Feijóo: coherencia y gran sorpresa

Feijóo: coherencia y gran sorpresa

Quince minutos tardó Feijóo en propinar una sorpresa morrocotuda. No viene a Madrid, no atraviesa el Padornelo. Ahora el mundo entero se apuntará al “ya lo decía yo”. Pues no es verdad. Horas antes de anunciar su renuncia, que no ha sido sino un desistimiento, el círculo más cercano al presidente de la Xunta apostaba más por el que por el NO. Un consejero decía en privado: “NO se qué va a hacer, pero no me gusta”. Feijóo ha esgrimido coherencia como eje básico de su decisión, pero se ha guardado para sí la razón de su intimidad. Otro motivo básico que durante días hemos venido presentando como el bastión de su duda. Su vida familiar y profesional que le pertenece en exclusiva.

Ahora ha disgustado a muchos, la mayoría de los populares españoles, y ha agradado a otros pocos, los populares de su región que temían que su huida les dejará huérfanos de éxito para los próximos comicios gallegos. Feijóo además, y él lo sabe, ha abierto en canal la confrontación próxima en el Partido Popular, el partido que, como herencia de Mariano Rajoy urgía a la unidad. Pues bien: esa unidad ya no será posible porque el único que la podría representar era Feijóo.

El exigía aclamación, y le ha faltando esta constancia. Otro argumento para su negativa. El sábado en el convite general de la boda del secretario general del PP en el Congreso, con presencia callada del propio Rajoy, se decía. “Feijóo se presenta y llevará como secretaria a Fátima Báñez”. Los especuladores, muy activos, añadían: “Báñez ha quedado sin tocar tras su larga estancia en el Ministerio de Empleo, y los compromisarios de su región, Andalucía, son más de 500, lo que garantiza una posibilidad muy grande de victoria. Pero el ticket ha saltado por los aires. Ahora comienza el pugilato en el que juegan varios aspirantes.

De entrada, una reflexión personal: no se minusvalore la candidatura, otra sorpresa, de Pablo Casado. Apenas conocida la sorpresa de Feijóo, una persona de gran ascendencia en Génova, se expresaba así: “Ahora, Casado es el favorito”. No necesitaba de argumentos, especulaba únicamente con la enemiga que casi todos los barones regionales del partido le tienen presentada a Sáenz de Santamaría. Esa puede ser la clave de una elección que empezó con un fervor general a favor de Feijóo y que puede terminar con la estupefacción de un aspirante calificado de antemano como un outsider sin futuro que se encarama a la Presidencia del partido más grande de España.

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