La ‘doctrina Oltra’ obliga a Ribó a dimitir

La ‘doctrina Oltra’ obliga a Ribó a dimitir

El podemita Joan Ribó debe dimitir. Por honestidad, por responsabilidad, por transparencia y porque, además, ha sido la exigencia de su propio partido siempre que la imputación ha caído sobre un miembro de otra formación. Su propia jefa, Mónica Oltra, no se ha cansado de exigir la dimisión de todos los políticos imputados. Por ejemplo, el pasado mes de octubre cuando pidió la dimisión del alcalde socialista de Alicante tras su imputación. Hace algo menos de tres años, cuando Compromís aún se presentaba como parte del fatuo paradigma político que quisieron aparentar las formaciones satélite de Podemos, incluso impulsó un código ético en las Cortes Valencianas para buscar una posible dimisión de Ximo Puig.

La coherencia con las declaraciones del pasado —que es tan poco frecuente en este tipo de formaciones como la buena gestión— debería llevar a Joan Ribó fuera de la representación pública e institucional. De hecho, el propio Ribó dijo que se iría de llegar a una situación como ésta. Ahora, y tras ser imputado por prevaricación e impedimento del ejercicio de los derechos cívicos, su periplo como autoproclamado alcalde del cambio se ha acabado. No debería agarrarse al bastón de mando después del escándalo que supuso la encuesta de 2017 pagada con dinero público al mundo fallero donde incluía preguntas sobre intención de voto y creencias religiosas. Si no abandona de manera inmediata la alcaldía de Valencia, la credibilidad de este tipo de formaciones será irrecuperable.

No obstante, tampoco se puede esperar mucho de la mal llamada nueva política. El comportamiento del propio Pablo Iglesias da prueba de ello. Capaz de pedir la dimisión de cualquier político del Partido Popular imputado —y sin imputar—, sin embargo se negó a que Carlos Sánchez Mato y Celia Mayer tuvieran que dimitir tras ser imputados por el caso del Open de Tenis. Y eso que el código ético de los morados, al menos sobre el papel, es cristalino: «Todos los cargos electos y cargos internos de Podemos aceptarán el compromiso de renunciar al cargo público en caso de ser imputados». Ahora Madrid, incluso, fue más allá. Su líder, Manuela Carmena, había dicho que cualquier político imputado debía dimitir, pero a la hora de la verdad, apoyó a sus dos ediles hasta el punto de que el partido que rige la capital de España llegó a borrar el código ético de su página web. Tras todos estos antecedentes, si Ribó no dimite ninguna de estas formaciones podrá sostener ni un sólo discurso más con un mínimo de credibilidad.

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