Los sindicatos serios respetan la ley

Los sindicatos serios respetan la ley

Si en España hubiera más colectivos como la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), la credibilidad de los sindicatos no estaría al nivel del subsuelo. Mientras los miembros del CSIF hacen un trabajo encomiable plantándole cara al xenófobo Quim Torra, tanto UGT como CCOO muestran una intolerable actitud de connivencia con los separatistas. Incluso han participado en sus manifestaciones a favor de los golpistas encarcelados, algo que no es propio de colectivos serios, ya que la credibilidad se gana cuando el respeto a la ley es incuestionable. Dado el contexto en el que se encuentra Cataluña, la labor del CSIF se antoja imprescindible en estos momentos.

Esta central sindical colaborará con el Ministerio de Educación en la denuncia de abusos sobre profesores constitucionalistas. También dará protección legal y proyección mediática a los afectados por las ilegalidades separatistas. Una iniciativa que se antoja más perentoria que nunca si tenemos en cuenta que la Generalitat está manejada por un ultra como Quim Torra. Un representante que con su irresponsabilidad y radicalismo alentará los más bajos instintos de aquellas facciones sediciosas que entienden la política como una imposición a través de la fuerza, la coacción y el chantaje. Por todo ello, los componentes del CSIF tendrán que trabajar a destajo para que no haya ilegalidad sin la correspondiente denuncia y proteger así a los trabajadores en todos los ámbitos de la sociedad.

Algo en lo que deben estar amparados y apoyados por el Gobierno, que tiene que tomar un papel activo ya sea en forma de procesamiento contra los que infrinjan las normas o, directamente, aplicando de nuevo el artículo 155 de la Constitución, pero con una vertiente mucho más expeditiva. Sin embargo, lo que resulta intolerable es la actitud de un Govern que segrega entre españolistas e independentistas como si la región se rigiera por los lacerantes efectos de un apartheid de nuevo cuño. Afortunadamente está  la Central Sindical Independiente y de Funcionarios, ya que si los trabajadores que respetan el Estado de Derecho tuvieran que depender de la labor de UGT o CCOO verían sus derechos reducidos a la nada. Por desgracia, estos sindicatos llevan demasiado tiempo girados hacia el sol que más calienta en cada territorio y bajo cada circunstancia.

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