Madrid debe seguir siendo un ejemplo de política fiscal

Si Ciudadanos decide apoyar finalmente la moción de censura que presentará el Partido Socialista en Madrid, hará bien en garantizar que la comunidad autónoma siga siendo un ejemplo en política fiscal. Por mucha regeneración que necesite la autonomía en su aspecto institucional, hay que reconocer los logros —que también los has tenido— de Cristina Cifuentes. Habrá podido mentir en el máster y por ello es probable que se vea abocada a abandonar la Presidencia; no obstante, su gestión en relación a los impuestos ha sido impecable. Al César lo que es del César y a Cifuentes lo que es de Cifuentes. La todavía regidora autonómica acordó en compañía de Ciudadanos una nueva bajada de impuestos que incidía especialmente en las rentas más bajas y en las familias.

Eso es política social. El dinero debe estar en el bolsillo de los ciudadanos y no en las arcas gestionadas por los políticos. De ahí que el partido que lidera Ignacio Aguado en Madrid demuestre que sigue en la buena senda y cumple con su propio ideario a nivel nacional. La bajada de impuestos es una prioridad para Albert Rivera. Con esta condición, no sólo cumplirán con lo que dicen —algo que en política es menos común de lo que debería— sino que además le demostrarán al Partido Socialista que si apoyan su moción de censura es para asegurar un buen Gobierno para los madrileños con bajada del IRPF incluida. Ciudadanos, por tanto, no debe abandonar esa actitud fiscalizadora en la región.

En primer lugar, porque supone una loable responsabilidad política; en segundo lugar, porque el periodo que duraría un hipotético Ejecutivo de Ángel Gabilondo —menos de un año— sería la rampa de salida para unas eleciones donde los naranjas tendrían muchas posibilidades de imponerse si les demuestran a los ciudadanos que actúan con altura de miras y que velan por los grandes intereses generales. Entre esos intereses está evitar que el PSOE cumpla con su programa electoral y entre en la Comunidad de la mano de una subida de impuestos. Perjudicar a los madrileños es lo último que debería propiciar un nuevo gestor, ya que se trata de sanear la imagen pública. Si Cifuentes no sigue, Ciudadanos tiene que perseverar en el buen trabajo que ha hecho hasta ahora.