Agradezcamos a ZP que no haya Plan Hidrológico Nacional

Agradezcamos a ZP que no haya Plan Hidrológico Nacional

Esta primavera, como este invierno, han resultado raros: húmeda, fría e invernal la primera y seco y caluroso el segundo; pero, yo no observo que se pueda hablar de un cambio sustancial en la climatología, que debe de ser considerada en períodos muy amplios. Lo que sí parece apreciable este año es un cierto retraso climático de aproximadamente mes y medio. Ayer rezaban para que lloviese y argüían un cambio meteorológico drástico que nos llevaba a la desertización para, ahora, hacer lo propio con las lluvias que anegarán las ciudades. Según Quevedo: “El exceso es el veneno de la razón”. Ni nos secamos, ni nos ahogamos, pero sí me sorprende que todos aquellos que sollozan por la desertización o la lluvia, ninguno recuerde que hace unos años, en este país, hubo un presidente que elaboró un Plan Hidrológico Nacional.

¡Coño!, al poco de realizar tan ímprobo trabajo llegó al Gobierno, el bausán por excelencia, ZP y como hizo con la economía —nos hundió en la crisis— y todo lo que supuso un esfuerzo, un trabajo y/o era bueno, lo destrozó. Que si en el pasado, con un régimen totalitario, no construimos un importante número de embalses, canalizaciones y obras de ingeniería, que han servido, y sirven, para cubrir las necesidades durante más de media centena de años, ahora estábamos aviados. Pues, gracias al cejijunto ZP y al giróvago Rajoy, ahora llevamos décadas sin una previsión y sin visos de realizarla. Algún “instruido” se mofaba de los embalses del dictador, criticaba el intento de Aznar y se refocilaba con la decisión de Zapatero; pero, ahora, lloramos cuando falta agua dos días o se nos inunda otros dos, y seguimos sin hacer nada. La política es la actividad pública de unos pocos que trabajan en la solución de los problemas de los muchos y dedican su tiempo en evitar que los muchos puedan tener dificultades por haberlas previsto y actuado.

Otra definición podía ser la de una panda de mangarranas que por medio del engaño, la filfa, la foto y la mentira nutren sus bolsillos del cobre que detraen a sus vecinos, para lo que fingen dar solución a problemas, muchos de ellos creados ad hoc por ellos y que les sirven para la depredación económica. Sí es cierto que con cambios en el clima, o no, no parece descabellado o falto de precisión el elaborar, con trabajo, esfuerzo y responsabilidad un P.H.N., e intentar evitar los problemas de los “perritos sin alma”. Pues bien, de nuestros serios y rigurosos políticos, ni uno solo ha realizado ese planteamiento. ¿Para cuándo dejaremos un P.H.N.? ¿Qué partido lo propone o habla de ello? Lo harán cuando sea un arma arrojadiza con la que culpar al adversario. ¡Vaya tropa!

Si partimos de la primera definición de la política, esta se prestigiaría, consideraríamos a estos en alta estima; pero, a la luz de la inteligencia demostrada, más pareciese que ellos se empeñan en la segunda y en crearnos problemas de secesión que se podían haber evitado, poner en riesgo nuestras pensiones mientras ellos ceban su faltriquera, sostener la necesidad de unas autonomías que sólo sirven para el latrocinio y engorde de familiares, enfrenta a hombres y mujeres… etc. Algún día, los “perritos sin alma” nos vamos a cansar y dejaremos de ladrar para dar un paso adelante y sin ira, con el alma limpia y las manos blancas vamos a decir “¡Basta!”, a dar un golpe en la mesa y demostrar que hay otra forma de hacer las cosas, hacerlas y, una vez hechas, volver a nuestras casas a seguir viviendo en paz.

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