Estadista Arrimadas

Estadista Arrimadas

Inés Arrimadas ha vuelto a completar otra actuación impecable durante el intento de investidura exprés de Jordi Turull. La historia le atribuye una frase al canciller alemán del siglo XIX Otto von Bismarck que bien podría definir la incipiente trayectoria política de Arrimadas: «El político piensa en la próxima elección; el estadista, en la próxima generación». La líder de Ciudadanos en Cataluña ha dado un discurso por y para sus conciudadanos, siempre en defensa del Estado de Derecho y de la innegociable unidad de España. Su alocución ha estado centrada en los problemas de los catalanes, lejos de cualquier interés electoralista. Siempre con la visión puesta en las consecuencias que el grave contexto actual puede tener en el futuro de la región y, por ende, en el del propio país.

No es de extrañar que Arrimadas ganara las últimas elecciones autonómicas con más de un millón de votos y 37 diputados. No es de extrañar que Ciudadanos se haya convertido gracias a su trabajo en la referencia del constitucionalismo en Cataluña. No es de extrañar porque su estatura política no admite comparación con la de los representantes separatistas. Mientras Turull daba un discurso basado en el cinismo, condicionado por su comparecencia en el Tribunal Supremo, Arrimadas lo ha dejado en evidencia con cada palabra: «Usted no puede ser parte de la solución, porque usted forma parte del problema». Para añadir, entre otros muchos reveses: «Han roto puentes, no pueden reconstruirlos, esto es un nuevo episodio de la ficción independentista».

Cataluña iría mucho mejor si la presidenta de la Generalitat fuera Arrimadas. La ilegalidad nunca debería colarse en las instituciones, que es lo que sucede con los secesionistas y sus respectivos partidos. La dirigente de Ciudadanos ha señalado el punto débil y fundamental tanto de Turull como del movimiento separatista: «Usted no es un preso político porque durante décadas defendió el independentismo sin problema, está ante el juez porque decidieron salirse del terreno democrático». Si finalmente se repitieran las elecciones autonómicas, los catalanes tendrían de nuevo en su mano acabar con este disloque. Un voto masivo al bloque constitucionalista sería la única solución para acabar con un bloqueo que puede llevar la ruina a Cataluña y España. Por derecho propio, su referencia sería la estadista Arrimadas.

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