Abuelos, mujeres, manteros: todo vale

Abuelos, mujeres, manteros: todo vale

¡Vaya semanitas que llevamos! Ora las feministas, ora los pensionistas, ora los manteros y mañana lo hará cualquier otro. Esto es una fiesta constante siempre con el mismo lema “la derecha es mala” y, como no hay un Dios en ese centro derecha democrático que les diga nada, pues ya está, ya tenemos el mantra de la semanita. Vamos a ver abuelo que su pensión no corre ningún peligro, que no les roban las pensiones ahora, que nos las robaron hace años, que el tema de los planes de pensiones por la insostenibilidad del sistema ya lo escuchaba yo en época de Felipe Gonzalez, pero entonces gobernaba la izquierda y eso no estaba mal visto.

El sistema de pensiones, el sistema nacional de previsión y la cobertura de los menos favorecidos, es de  la época de la Segunda República, del gobierno conservador de Maura, que Franco, en los tiempos de la tecnocracia de opus dei, lo consolida y, finalmente,  se constitucionaliza en el 78. Vamos, que de logro de la izquierda nada de nada, más bien han sido los sucesivos gobiernos del PSOE los que han llevado a la ruina el sistema, primero con Felipe Gonzalez y después con Zapatero, no sin salvar de responsabilidad al soñador, por durmiente, Rajoy. Lo único cierto de toda esta marea mediática de los “yayoflautas” es que ellos sí cobrarán sus pensiones; pero,  sin más hijos —nunca se ha llevado a cabo una política de defensa de la familia, de la natalidad y de protección de la mujer que desea ser madre y trabajadora—, sin más cotizantes —cada día el empleo es más precario y de menor duración—, sin una economía próspera —crecemos por debajo del porcentaje de pensionistas que se incorporan al sistema— parece previsible que el sistema deje de funcionar; pero, repito, los actuales no se preocupen y los futuros exijamos que se tomen medidas que lo puedan sostener, no incrementos o luchas estériles que darán al traste con lo creado por años.

La mujer, por más que sea precisa la lucha por la igualdad, me sorprende que clamen con tanta fuerza en el país de Europa que mayor protección ha generado en su favor, que ha creado una legislación injusta, discriminatoria e incluso inconstitucional —por más que no se declare en tal sentido— que criminaliza al varón, e incluso clamen contra la Iglesia Católica, sin la cual no hubiera sido posible la igualdad buscada y dignamente reclamada, pero no acudan a las mezquitas, o a las Embajadas de China, Venezuela, Irán, los Emiratos Árabes  o del partido de la canalla nacional que, no sólo discriminan a las mujeres, sino que les gustaría pegarles hasta que sangrasen

Finalmente,  contemplamos lo sucedido con un mantero en Lavapiés y observamos cómo, nuevamente, la estulticia nacional se plantea como fórmula de criminalización de la policía, que ha muerto un delincuente por ser perseguido por la Policía como algo criminal. Pero, vamos a ver ¿no tiene la policía la obligación de perseguir el delito? La policía en el cumplimiento de su obligación y sin realizar ilegalidad alguna corre tras un delincuente y si a este le da infarto la culpa no podrá ser del policía, como pretende la morralla zurriburri. Pero, ¿no será que con tanta algarada, que finalmente acaba destrozando lo que es de todos, sólo se pretende ganar en la calle lo que no les damos los ciudadanos a toda esta chusma delictiva? Por favor, preguntémonos quid prodest y exijamos un mínimo de solvencia intelectual.

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