Podemos se pasa a la defensa de la flora pélvico-vaginal

Podemos se pasa a la defensa de la flora pélvico-vaginal

En septiembre de 2013, casi un año antes de la irrupción de Podemos en el Parlamento Europeo con 5 diputados, Iglesias aseguró en un seminario universitario que “la identidad de España para la izquierda, una vez finalizada la Guerra Civil, estaba perdida. No sirve para hacer política en Cataluña, en Galicia y en el País Vasco”. Tampoco en la Comunidad Valenciana, deglutida para él, dentro de la realidad fáctica de los países catalanes. Cinco años más tarde, y tres años después de su entrada en el Congreso de los Diputados con 69 escaños, Unidos Podemos ha pasado de competir por el liderazgo de la izquierda a disputarle la pugna cuatrero-plenaria a Rufián. De “tomar el cielo por asalto” a reivindicar las conquistas sociales de la flora pélvico-vaginal. “En lugar del Tampax hay que llevar copa mentrual”. Ahora Iglesias es como el tampón: es algo incómodo, pero cabe en el bolso, es más discreto y, además, más fácil de colocar. De azote parlamentario a manubrio de taller de masturbación municipal. Fíjense en las tierras aragonesas gobernadas por un sujeto cuya obsesión por el sexo y la intimidad de sus ciudadanos son tan intensas y recurrentes que implican, necesariamente, graves trastornos de su personalidad e intimidad sexual. ¿Cuántos votantes de Podemos dejarían solas a sus hijas con Santiesteve sin echarle antes una generosa dosis de Diazepam?

Y en aquellas comunidades autónomas en las que Iglesias siempre sostuvo que la defensa de España no servía para hacer política es España la que está arrinconando a Podemos demostrando que son los morados los que no valen para nada. En las comunidades con más de una lengua cooficial y por tanto susceptibles de comprar su discurso de la plurinacionalidad, Podemos cae estrepitosamente cumpliendo primorosamente con la tercera ley de la estupidez del genial Carlo Mario Cipolla. La del estúpido que causa daño sin obtener al mismo tiempo provecho para sí, o incluso obteniendo perjuicio. Tanto es así que en Cataluña y Comunidad Valenciana Iglesias negocia librar la contienda de los comicios de 2019 con el nombre de las marcas nacionalistas prescindiendo de la marca nacional. Dejándose fagocitar.

Sus apoyos comenzaron a diluirse con la inminencia de la amenaza secesionista y el referéndum ilegal del 1-O hasta desplomarse con 15,3% de previsión actual. Cooperantes del soberanismo y enemigos por antonomasia de la libertad de los padres obligados a pleitear contra la administración, a hipotecarse para pagar un colegio privado o a emigrar. Con un discurso apostando por el derecho a decidir y a favor de la consulta prohibida por el Tribunal Constitucional. A favor de la despenalización del enaltecimiento del terrorismo y la derogación del artículo 525 del Código Penal que considera el escarnio público o la vejación de confesiones.

Mercantilistas de la mujer a la que usan como excusa para atacar a la iniciativa privada, acaban de lograr sacar adelante la Ley de Igualdad Retributiva con el respaldo de todos los grupos parlamentarios, incluido Ciudadanos y la abstención del PP. Uno de los más graves atentados contra la libertad de empresa y la autonomía del empresario cometidos con la excusa de la causa de la brecha salarial, que en la inmensa mayoría de los casos nada tiene que ver con la discriminación sino con los diferentes trabajos, las horas y la especialidad elegida. Con esta medida los agentes sociales podrán intervenir las nóminas de las retribuciones abonadas y desglosadas por sexo, incoando sanciones de hasta 200.000€. Implementarán “unidades de inspección de trabajo en material de igualdad de género en cada provincia”, es decir: una policía ideológica y sancionadora que incluso podría llegar a cerrar una empresa. La empresa privada, que siempre ha tenido que superar el maltrato político y fiscal, deberá lidiar ahora con la mediocridad de estos ninis, con su populismo y con los falsos supuestos elevados a categoría general para promocionar y justificar sus observatorios y comisiones.

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