El empujón de la política monetaria

El empujón de la política monetaria

Las condiciones financieras de estos años, gracias a las medidas no convencionales del Banco Central Europeo con su todavía vigente programa de compra de bonos y rebajas de los tipos de interés prácticamente al 0%, han supuesto una inyección monetaria de enorme calado, primero, dando vida a la deuda pública emitida sobre todo por los países periféricos —con España a la cabeza— y, luego, poniendo a disposición de la ciudadanía créditos en unas condiciones irrepetibles.

La banca, con sus cuentas de resultados, ha sido la gran sacrificada a causa de esa política monetaria y ya espera expectante el momento en el que Mario Draghi anuncie la vuelta a tipos de interés más o menos normales, cosa que en teoría se tendría que producir entre finales de 2018 y comienzos de 2019 salvo que los alemanes, a la vista del rumbo inflacionista, presionen para anticipar la retirada de los estímulos monetarios.

En cierto modo, la banca ha compensado la contracción crediticia animando el crédito al consumo, lo que ha facilitado por parte de los ciudadanos la compra de bienes duraderos y desaguar la demanda embalsada, que es aquella que difería sus decisiones de compra sobre todo en bienes de cierta enjundia —automóviles, mobiliario, electrodomésticos…—. Al cierre de 2017 ese crédito al consumo concedido a las familias se sitúa en 175.791 millones de euros, por encima, por ejemplo, de los 163.056 millones con que se cerró el año 2014.

De hecho, algo así como la mitad del crecimiento experimentado por nuestra economía en los tres últimos años es gracias a los bajos intereses fijados por el Banco Central Europeo amén de por su generosa compra de deuda pública, gracias a lo cual la prima de riesgo se muestra apagada. Por tanto, de no ser por ese empujón que Mario Draghi nos ha dado, el crecimiento de la economía española en 2017 se hubiera quedado en el 1,6% y en 2016 y 2015 apenas en el 1,7%.

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