¿Golpistas sí o golpistas no, Tajani?

¿Golpistas sí o golpistas no, Tajani?

La credibilidad de la Eurocámara no se puede permitir un acto como el de este jueves en Bruselas. Resulta incomprensible que la casa de todos los europeos haya consentido un acto a mayor gloria de los golpistas y con un documental de Jaume Roures que enaltece el referéndum ilegal del 1-O. A este aquelarre de la ilegalidad se han sumado ínclitos como la ex consejera de Educación Clara Ponsatí, huida de la justicia en Bruselas al igual que Carles Puigdemont. También Roger Español, un hombre que acosó, provocó y agredió a la Policía Nacional en varias ocasiones. «Espero que Europa reconozca lo que pasó el 1-O», ha tenido la desfachatez de argumentar.

Europa se ha pronunciado varias veces a través de las palabras de Antonio Tajani: «El independentismo es el pasado, no el futuro». El presidente del Parlamento Europeo ha dicho también que «cualquier acto contra la Constitución es un acto contra la propia UE». Unas palabras loables que, sin embargo, se tienen que refrendar con hechos. Actos apadrinados por los secesionistas no deberían tener cabida en las sedes comunitarias. Esa conferencia, llamada ‘Derechos civiles y fundamentales en la Unión Europea: el caso catalán’, no era más que una excusa encubierta para seguir perseverando en la ponzoñosa propaganda secesionista. Esa que trata de convencer a los europeos de que España es «un Estado opresor».

El nivel del evento y sus participantes se resume en la figura de Alfred de Zayas. Un viejo amigo de los independentistas catalanes que destaca por su afinidad con el nazismo, el castrismo y su perfil antisemita. Zayas ha llegado a decir que Churchill y Roosevelt se unieron en «una forma de genocidio» contra los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. Incluso ha sugerido a los separatistas que sigan saltándose la ley, ya que «el ‘apartheid’ también era legal». Personajes de este calado definen la deriva absoluta que ha tomado el desafío de Puigdemont y sus adláteres. Europa no puede dar cabida en sus instituciones a estos actos esperpénticos. Antonio Tajani es un hombre de probado prestigio, pero tiene que aplicarle a los hechos la contundencia de sus palabras.

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