Ahora o nunca: que luego no se quejen

Ahora o nunca: que luego no se quejen

El próximo 21 de diciembre, la mayoría silenciosa que puebla Cataluña debe echarse a la calle, empuñar el voto constitucionalista y acudir a los colegios electorales como si no hubiera un mañana. De hecho, no lo hay. El futuro de la región, su viabilidad, depende de que el bloque unionista saque al menos un escaño más que los golpistas. De otro modo, será el principio del fin para la otrora comunidad de referencia en toda España. De ahí que sea el ahora o nunca en Cataluña. Los ciudadanos convocados a las urnas no tienen más opción que acudir a votar en masa. De lo contrario, las quejas, por muy comprensibles que fueran, ya no servirían de nada pues habrían claudicado ante el empuje golpista.

Los catalanes han de tener presente que son elecciones de una importancia histórica, no unas autonómicas más. Por eso deben actuar en consecuencia y asegurar que su voto vaya para las formaciones que defienden sin ambages ni dobleces la legalidad vigente y el respeto a la Constitución. La movilización de los demócratas es fundamental para neutralizar a los independentistas. El Gobierno cuenta con estudios que demuestran que los seguidores del huido Puigdemont y compañía irán a votar en manada. Ante eso, es necesario que no haya nadie que se quede en casa. Puede ser la última oportunidad de acabar con todas y cada una de las veleidades golpistas de la mejor manera posible: en unos comicios legales.

No habrá matices ni grises tras las elecciones de la semana que viene. Será Estado de Derecho o dictadura independentista. Educación plural o adoctrinamiento. Prosperidad económica o persecución a los empresarios. Desempleo o futuro. No hay lugar para las medias tintas. Por eso, ante la ilegalidad y la opresión, votar por una Cataluña dentro de España es la mejor respuesta posible. La movilización tendrá que ser histórica. Si no lo hacen aquellos catalanes que creen en nuestra Carta Magna, lo harán los que quieren acabar con ella. Y entonces habrán perdido la oportunidad de recuperar el presente y posibilitar el porvenir de una región muy necesitada de democracia.

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