Trapero ya no tiene la culpa

Trapero ya no tiene la culpa

La huelga del pasado miércoles en Cataluña fue un desastre para los golpistas. Salvo un puñado de radicales, la gente pasó de las movilizaciones. Es más, tuvo el efecto contrario al que pretendían los independentistas. La corriente de indignación no fue contra la aplicación del artículo 155, sino contra los organizadores de dicha huelga. La gente comienza a estar muy cansada y eso se nota en el enfado ciudadano por los retrasos y los cortes.

No obstante, la pasividad de los Mossos ante la violencia de los piquetes fue preocupante. Ya no se le puede echar la culpa a Trapero, pues dependen del Ministerio del Interior y, por lo tanto, tendría que ser el señor Zoido el que respondiera por cualquier deficiencia en el comportamiento de la policía autonómica catalana. El Gobierno no puede soplar y sorber al mismo tiempo. Menos si es para contentar a unos políticos que jamás estarán contentos con nada.

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