El crack catalán ya está aquí

El crack catalán ya está aquí

El golpe de Estado independentista ha dejado Cataluña a las puertas del crack económico. De persistir esta situación, la región sufrirá graves consecuencias y, por extensión, toda España. Las inmobiliarias catalanas, un sector clave para la región, alertan de que la situación es insostenible: «La gente tiene miedo y no quiere comprar casas aquí». Los inversores internacionales han detenido sus operaciones debido a la inestabilidad política así como por la inseguridad jurídica que Carles Puigdemont y sus acólitos han propiciado. A pesar de que el Gobierno ha actuado con celeridad a la hora de aplicar el artículo 155 de la Constitución, y de la convocatoria de elecciones para el próximo 21 de diciembre, todo está detenido debido al contexto. Comprensible si tenemos en cuenta el espectáculo que los secesionistas huidos están dando en Bélgica así como las intenciones más que notorias de partidos populistas e independentistas. Preparan ya una alianza para concurrir juntos a los comicios y tratar de obtener una victoria que acabe de arrojar a los catalanes por el precipicio social, económico y político. 

Lo peor es que lejos de cualquier tipo de reflexión sobre el gravísimo contexto al que nos enfrentamos, los independentistas más radicales apuestan por hundir la economía con premeditación y alevosía para así chantajear a Europa. Una prueba más de que cualquier medio está justificado cuando se trata de conseguir el fin de partir España en dos, por mucho que eso suponga una auténtica tragedia para los ciudadanos que, en su día a día, sólo quieren vivir de manera honrada, alejados de las veleidades de unos pirómanos de la política que con tal de seguir viviendo del cuento independentista están dispuestos a sumir toda la región en la más absoluta ruina. Hasta el momento, esta locura ha ocasionado que un total de 2.066 empresas trasladen su sude social desde Cataluña a otras regiones. Bien es cierto que tras la aplicación del artículo 155 la salida de compañías se ha ralentizado. 

No obstante, no es menos cierto que diversos organismos de primer nivel alertan de las graves consecuencias que esta deriva tendrá en el crecimiento del Producto Interior Bruto español. Hasta hace poco, líder de las economías europeas y ahora en tela de juicio debido a la irresponsabilidad suicida de unos políticos que deben pagar ante la ley por las graves consecuencias de sus actos. El Banco de España ya ha advertido de que el impacto negativo puede ser de hasta 2,5 puntos. Tampoco es optimista el BBVA, que cree que Cataluña lastrará el crecimiento económico en España al 3,1% en el presente curso y al 2,5% en 2018. Una realidad a la que tampoco ayudan otros factores propiciados por los mismos radicales. La turismofobia de la kale borroka de Arran y las políticas de Ada Colau afectan al sector hostelero catalán, clave para su economía. Así las cosas, los ciudadanos aún tienen una oportunidad de enmendar esto el próximo 21 de diciembre. Deben votar de un modo masivo a las fuerzas constitucionales para que el orden vuelva a ser el plato principal en el menú político y social del día a día en Cataluña.

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