El PP no puede ceder

El PP no puede ceder

El Partido Nacionalista Vasco puede hacer un buen papel como mediador entre la Generalitat y el Ejecutivo de Mariano Rajoy. No obstante, esto no debe significar un cheque en blanco para el partido vasco de cara a los Presupuestos de 2018. Resulta evidente que la formación presidida por Andoni Ortuzar también disputa el partido de Cataluña, incluso le han dicho al Gobierno que «si se excede» allí no hablarán de Presupuestos. Una advertencia que roza la amenaza y que se pueden permitir dada su privilegiada posición en el tablero de juego. El complicado contexto social, político y económico que se vive al otro lado del Ebro los convierte en un agente negociador idóneo para que Govern y Gobierno se pongan de acuerdo o, al menos, acerquen posturas. Lo saben y tratan de utilizarlo a su favor, lo que es tan comprensible como lógico. Pero siempre que el Partido Popular sepa mantener su sitio y no acceda a todas las peticiones que lleguen desde Euskadi. 

La proporcionalidad en el reparto entre las comunidades autónomas no sólo es una cuestión de solidaridad sino también algo que debe regir las políticas autonómicas por una cuestión de justicia gestora. Ahora que estamos a menos de una semana para el 1-O, el PP necesita mostrar solidez y determinación. Por muy complicada que pueda ser la situación en la relación con los golpistas catalanes, y por muy buen trabajo que pueda hacer el PNV, hay que ponderar qué es conveniente y qué no lo es para el funcionamiento del Estado. Los Presupuestos Generales de 2018 serán fundamentales para consolidar la recuperación económica de España. El Partido Popular es consciente de que en ellos se juega gran parte de su éxito gestor e incluso de su propia continuidad como Gobierno. 

Por ello, una buena relación con los nacionalistas vascos es imprescindible, ya que son un apoyo esencial en materia legislativa y económica. Sin embargo, España debe seguir ostentando el control sobre los presos y limitar la cesión de muchas más partidas no previstas. Si el Gobierno se muestra blando, los vascos, tal y como ha insinuado Urkullu, incluso podrían solicitar una consulta similar a la de Quebec en Canadá. Las negociaciones son una buena forma de resolver casi todo pero el PP no puede ceder más de lo meramente necesario.

Lo último en Opinión

Últimas noticias