Mejor que nunca

Mejor que nunca

Mariano Rajoy cada vez está más en modo presidente, un auténtico hombre de Estado. El jefe del Ejecutivo se enfrenta al segundo gran reto de su mandato. El primero le salió bien y, gracias al acierto de sus decisiones, España volvió a la Champions League de la economía europea. Fue en 2012, cuando se negó al rescate en contra de la opinión mayoritaria. Aquella decisión sirvió a la postre para que nuestro país recobrara la senda del crecimiento con mayor facilidad. Actualmente, y tras superar la peor crisis económica de nuestra historia reciente, somos la referencia continental con un Producto Interior Bruto (PIB) que crece a más del 3%. Ante el desafío secesionista, no cabe otra cosa que reeditar aquel éxito por el bien de todos los españoles.

El presidente del Gobierno ha desarrollado una estrategia sólida pero mesurada. Determinación y flexibilidad como antídotos para evitar las confrontaciones y así no generar mártires en un movimiento donde sólo hay políticos incompetentes y pirómanos de las instituciones. La apuesta de Rajoy es decidida y ha vuelto a dar prueba de ella en una alocución de meridiana claridad, justo lo que necesita la nación ahora que los golpistas tratan de chantajear al Gobierno a base de una violencia incesante que no ha hecho más que comenzar: «Saben que el 1-O ya no se puede celebrar, vuelvan a la ley». Una declaración institucional contundente que no ha obviado un sólo detalle de la realidad política y social que los radicales tratan de instaurar en Cataluña: «Es un acto totalitario pero trabajaremos para que la sinrazón de unos pocos no afecte a la mayoría».

Éste, junto con el golpe fallido del 23-F de 1981, es el momento político más delicado desde la Transición hasta nuestros días. Está en solfa la Constitución de 1978 y el mayor periodo de paz y prosperidad de nuestra historia. La actitud del presidente, por ello, es clave para solucionarlo y por ahora, se está comportando mejor que nunca. Lo deseable sería que las grandes fuerzas constitucionalistas apoyaran sin fisuras ni excusas al Gobierno. En ese sentido, Ciudadanos está actuando con integridad, siempre partidario de un gran acuerdo de Estado para imposibilitar y maniatar legalmente a los que intentan romper la unidad de España. Sin embargo, el PSOE y Pedro Sánchez no pueden decir lo mismo. Sus tribulaciones y cambios de rumbo sobre Cataluña dificultan el trabajo del Ejecutivo. No obstante, Rajoy va por el buen camino: perseverar en la voluntad de trabajar con la ley en la mano para desmontar el referéndum golpista del próximo 1 de octubre.

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