Las cloacas del machismo

Las cloacas del machismo

A los dirigentes de Podemos no les gusta la hemeroteca, tampoco la prensa libre. Los dirigentes de Podemos detestan a los periodistas cuando los periodistas no les dan la razón, que es justamente en lo que consiste el periodismo, ya que esta profesión, entre otras cosas, necesita una equidistancia entre los profesionales que la ejercen y aquéllos que pretenden ostentar el poder… todo lo demás, son relaciones públicas. Se llame Pablo Iglesias, Ramón Espinar o Pablo Echenique, lo cierto es que desde la estratosfera morada siempre sale algún mandamás para intentar matar al mensajero. En esa mentalidad chavista, madurista y bolivariana que exhiben sin pudor no cabe que el informador se dedique a informar. Sin más. Por eso, y ante las noticias que publica OKDIARIO sobre los innumerables casos de machismo que jalonan el día a día del populismo patrio, ellos siempre responden con la misma monotonía y la misma cortina de humo —»la prensa no piensa como nosotros, ergo la prensa es mala»— con el objetivo de ocultar la única conclusión posible que se puede extraer de sus palabras: llevan el machismo tan impregnado en sus maneras como llevan a Venezuela o Irán. 

El último caso tiene como protagonista al inefable Ramón Espinar. El senador del piso black, de la Coca-Cola a hurtadillas, el saltador de charcos más pertinaz de Podemos, se refirió a Cristina Cifuentes de la siguiente manera: «Te hacen falta vacaciones para recuperar el control, guapi». Amén del nivel semántico y gramatical de la frase, ese «guapi» —tras acusar a la presidenta de Madrid de perder «el control»— evidencia una vez más que a los gerifaltes podemitas sólo les gusta la igualdad y el respeto cuando forman parte del guión de sus discursos mitineros. En realidad, declaraciones como las de Espinar son el pan morado de cada día por mucho que Pablo Echenique trate de menospreciar a OKDIARIO por el mero hecho de informar. 

No fue esta cabecera, sino el señor Pablo Iglesias, quien dijo que «azotaría a Mariló Montero hasta que sangrase». No fue este diario, sino Carlos Sánchez Mato, quien se refirió a la propia Cifuentes como «la chica rubia de la coleta». No fue esta página de noticias, sino Echenique, el que dijo aquello de «chúpame la minga, Dominga, que tiene sustancia». Nosotros, como dijo una vez un legendario periodista, sólo nos limitamos a ser «notarios de la realidad». Si en Podemos no les gusta, tendrán que aguantarse porque no vamos a dejar de hacerlo. Mientras tanto, en vez de desviar de manera interesada el foco público con trifulcas en Twitter y vacuidades de red social, podrían dignarse a condenar lo que sucede en Venezuela de una vez por todas y, a modo de excepción, estar del lado de los que defienden la libertad… pero todos sabemos que eso es imposible. Donde sólo mandan dinero y sectarismo no tiene cabida la dignidad.

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