Mejor calladito, president

Mejor calladito, president

El clarividente acervo popular señala que «siempre habla quien más tiene que callar». La frase se adapta como una segunda piel a Josep Maria Bartomeu. Un presidente a la altura de la grandeza histórica del Fútbol Club Barcelona le habría enmendado la plana a Gerard Piqué por sus excesos verbales —entre otras falsedades, dijo que Marta Silva, ex directiva del Real Madrid desde 2006, imputó a Messi y Neymar—. Lejos de cualquier atisbo de congruencia, el mandatario azulgrana se ha decantado por echar más gasolina al fuego al asegurar que el defensa «no ha dicho ninguna mentira y el Barça estará siempre al lado de la verdad». Ese gusto por la verdad que parece proferir Bartomeu debería hacerlo más prudente, sobre todo dadas sus asiduas visitas al juzgado, las pasadas y las futuras. Verdad es, por ejemplo, que bajo su mandato el Barcelona ha sido condenado a pagar una multa de más de 5,5 millones de euros por el ‘caso Neymar’. Condena que podría haber sido mucho mayor. 

Verdad es también que el grupo inversor DIS —que era propietario del 40% de los derechos federativos de Neymar— lo ha denunciado por corrupción y estafa y pide para él ocho años de prisión. A tenor de sus últimas palabras, estos «valores» que desprende últimamente el Barcelona gracias a la gestión de Bartomeu no deben satisfacer en modo alguno al ínclito Piqué. Un gran defensa central pero con modos y rabietas propias de un párvulo. Flaco favor le hace el president —a él y a la propia institución— al apoyar este tipo de diatribas. Bartomeu debería de pensarlo dos veces antes de manifestarse. Entre la libertad de expresión y hacer el ridículo hay una fina línea, casi imperceptible, que no conviene traspasar. Especialmente cuando eres el máximo representante de un colectivo con tanta presencia en el mundo social y deportivo.

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