Fuera pederastas de la política

Fuera pederastas de la política

Resulta imposible de entender que Íñigo Errejón meta en su lista a Pedro de Palacio, un hombre que fue condenado en firme en 2003 por abusar de una niña de cinco años. Errejón debe estar medio noqueado para cometer un despropósito así. Una manera incomprensible de darse un tiro en el pie a una semana del congreso de Vistalegre II. Quizás sea por el aturdimiento a causa de los constantes ataques y purgas que tanto él como sus acólitos han sufrido por parte de Pablo Iglesias y del aparato directivo de Podemos. Gloria Elizo a través del inquisitorial Comité de Garantías e Irene Montero y Juan Carlos Monedero apuñalándolo políticamente en los medios de comunicación han estado al mando de las operaciones. De otra manera no se concibe que el secretario político de la formación morada pueda abrir la puerta de su candidatura a un hombre que sólo se libró de la cárcel porque cuando cometió el abuso aún tenía 17 años, a uno de la edad penal. Pedro de Palacio no puede formar parte de ningún proyecto político que opte a representar en las instituciones públicas a todos los españoles.

Sus execrables antecedentes lo inhabilitan ética y moralmente por mucho que asistiera durante un año a tratamientos terapéuticos. Bien es cierto que De Palacio, como cualquier ciudadano, tiene todo el derecho a reinsertarse en la sociedad siempre que cumpla con las leyes. Sin embargo, su presencia en la vida pública es inconcebible, un ataque a los principios de decencia que deben regirla. El propio De Palacio reconoció a OKDIARIO que efectuó «unos tocamientos». De hecho, fue la información publicada en este medio el pasado mes de octubre la causa de su dimisión al frente de Podemos en Burgos y también como número 2 en las Cortes de Castilla y León. Íñigo Errejón tiene que reaccionar y deshacerse de él. Imagínense la desconfianza que generaría entre los ciudadanos y, sobre todo y ante todo, el dolor que causaría a la familia de la víctima. No hay discusión posible: los pederastas tienen que estar fuera de la política.

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