La CUP contrata a mercenarios de la basura

La CUP contrata a mercenarios de la basura

En Italia la mafia deja a la población sin servicio de recogida de basuras y cuando la situación es insalubre y los políticos asumen sus exigencias acaban con el problema. “En España algunos partidos políticos usan la misma estrategia, pero a la inversa”, dice un importante empresario de una empresa concesionaria de basura. Desde los medios de comunicación afines se lanza un mensaje unívoco que cale en la población: “La ciudad está sucia”. Luego aparece el alcalde de turno que se presenta con un informe de “incumplimiento contractual de la empresa concesionaria” y se provoca la ruptura del contrato que pasa a manos públicas. Para algunos políticos, como Esteban Gea (PP), la remunicipalización de los servicios lo que en realidad busca es “colocar a los suyos”. Para otros, como el alcalde de Sabadell de la CUP se trata de “revisar el contrato” para velar por los intereses de los ciudadanos.

Sin embargo, según ha sabido OKDIARIO, tras estas tormentas perfectas que arruinan ciudades y empresas siempre está el nombre de un desconocido para el gran público: Jordi Colomer i Misse. Colomer nace en Arenys de Munt el 10 de septiembre de 1972. En 1991 inicia sus estudios en biología en la Universidad Autónoma de Barcelona que abandona para licenciarse seis años más tarde en Ciencias Ambientales. A partir de ese momento, se convierte en el mayor experto en “auditorías ambientales para diversos municipios catalanes” y en el alma mater de las remunicipalizaciones.

No es hasta el año 2000 cuando Colomer consigue un contrato fijo con el Ayuntamiento de Villasar de Mar y destaca por sus ideas rupturistas. “Lo contratan para implantar un sistema de recogida de basura puerta a puerta que acaba con Colomer y con el Gobierno Municipal que lo intentó implantar”, indican algunos afectados. “En Vilassar de Mar el año 2004 trabajaban 67 personas de Urbaser, empresa concesionaria de la recogida de basuras, más 6 personas del Ayuntamiento”, informan fuentes cercanas a un grupo de empresarios afectados por Colomer. Su sistema provocó un aumento de las contrataciones y que en “las elecciones siguientes a la puesta en marcha del sistema los promotores perdiesen el municipio”.

Durante los años en que se intentó aplicar el sistema de Colomer los hechos son tozudos: una huelga de los trabajadores de la basura, una protesta ciudadana que cortó la carretera nacional a su paso por el municipio y “auténticos vertederos sin reciclar que provocaban la indignación ciudadana”. Sin embargo, Colomer niega esas circunstancias y defiende su sistema en charlas, artículos científicos y foros especializados en los sistemas de tratamiento. “Los servicios públicos municipales presentan el gran atractivo de disponer de unos clientes cautivos; acceder a ese mercado es el sueño de cualquier empresario”. En ese municipio catalán, incluso, le acusaron de inspeccionar “los cubos de basura”, algo que el especialista medioambiental también negó.

Colomer manda

Dos años después de esa mala experiencia se convirtió en Asesor de Presidencia de la Macomunidad de San Marcos en Donostia. En aquella época se indica que “vino a Gipuzkoa, y asesoró a la Mancomunidad de San Marcos, y a los políticos incautos de los tres municipios en los que se ha puesto en marcha el desdichado sistema”. Sin embargo, los críticos indicaron que él salía ganando, se implantase o no lo que Colomer pretendía. “En primer lugar, por realizar estudios de viabilidad y en, segundo lugar, por proyectos de diseño del sistema. Es decir, facturará primero por decir lo que los que recurren a él desean que diga: que es posible la recogida de basura puerta a puerta. Y facturará después, por ‘copiar y pegar’ lo que ya ha dicho y cobrado en otras partes”. Sean o no ciertas las acusaciones, Colomer cobró 12.000 euros por un estudio de viabilidad de su sistema en Debagoiena, “cuyos resultados se consideraron insostenibles por los técnicos de la propia Mancomunidad”. Despreciada esa opinión, los políticos quisieron adjudicar el “proyecto de diseño y asistencia del sistema en Antzuola”. El coste era de 55.000 euros por dos meses de trabajo. Es decir, 28 euros por cada habitante del pequeño municipio.

Por eso su salida del País Vasco tampoco fue pacífica llegando incluso a escribir cartas abiertas a medios de comunicación defendiendo su trabajo. Finalmente, el alcalde del propio municipio donde nació, Arenys de Munt, lo contrató como “responsable de remunicipalización de los servicios públicos” en 2011. Dos años después el equipo municipal se rompía y Convergencia i Unió dejaba a la CUP en minoría. “Aparentemente allí donde le contratan en único que sale beneficiado es él”, dicen sus detractores. Según ha podido saber OKDIARIO, Colomer además tiene en propiedad una casa junto a sus hermanos.

Intento de negocio en Madrid

“Cuando deja Arenys de Munt trabaja como consultor autónomo intentando vender su sistema en Tárrega o Castellón. Incluso Manuela Carmena se fijó en él”, indican en los municipios donde Colomer ha trabajado. No obstante, cuando Madrid desistió en la remunicipalización de los servicios, ante la imposibilidad de contratar nuevo personal en el sector público, ahí estaba Colomer para desmentirla: “La ley de presupuestos de 2015 permite la contratación temporal de nuevo personal para la prestación de servicios básicos y para las necesidades urgentes e inaplazables, el caso de los servicios públicos municipales», señalaba en un análisis en el blog Ecología Política.

“Su último trabajito como consultor lo realizó para el Ayuntamiento de Badalona” y, también, ha acabado en los medios de comunicación con acusaciones varias entre partidos políticos. El ex alcalde de Badalona y actual líder del PP en Cataluña, Xavier García Albiol calificó las acusaciones del nuevo alcalde basadas en el informe de Colomer como una “aberración” y anunció que tendría “consecuencias políticas y jurídicas graves” si no se demostraba que lo que el consistorio publicó era real. Desde la empresa concesionaria, incluso, se indica que el informe no está acabado y que, ahora, ya no lo podrá hacer porque está trabajando en exclusiva para otro municipio.

Según ha sabido OKDIARIO, actualmente Colomer trabaja para el Ayuntamiento de Sabadell, gobernado por la Crida de Sabadell (Entesa y la CUP). El 20 de junio de 2016 el alcalde del municipio catalán le firmaba un contrato en exclusividad de 45.253,66 euros brutos anuales. “A este señor le han contratado como cargo de confianza y no con concurso público. Cualquier auditor municipal debería ser contratado mediante concurso público”, dicen desde la oposición municipal. “Pero lo peor de todo es que los datos que maneja en Sabadell son falsos e incorrectos. Sus métodos no gustan ni a los técnicos municipales”, señalan desde la empresa concesionaria del municipio. Según ha sabido OKDIARIO cuando Colomer aterriza en Sabadell, Salvador Serrat, jefe del servicio de recogida y tratamiento de residuos del Ayuntamiento, causó baja y ya tiene sustituto.

Pero hace pocas semanas la tormenta perfecta tomaba forma en este municipio asesorado por Colomer. El alcalde de la ERC Juli Fernández daba una rueda de prensa con los datos de un informe que firmaba Colomer y que hacía público la Crida: la ciudad está sucia y la empresa no cumple con los estándares del contrato. Ese informe “no se ha contrastado con la empresa para conocer la veracidad de los datos. A nosotros nadie nos ha preguntado si hay errores”, manifiesta un directivo de la empresa la concesionaria de Sabadell. Por eso han solicitado a sus técnicos que presenten un documento con los datos reales de la empresa, para “demostrar que el informe de Colomer confunde incluso las subidas del IPC, exigibles por el convenio colectivo”. Parece que la CUP no quiere que “los trabajadores de la recogida de la limpieza diaria cobren anualmente lo que hemos ganado por convenio”, dice un empleado de la compañía.

Pero los medios de comunicación afines al alcalde no escuchan y quieren acabar con la empresa. “Por eso han vinculado a la concesionaria con el caso de corrupción Mercurio. Pero tiene un problema, la empresa a día de hoy no está imputada”. Pero entonces la tormenta perfecta no saldría como ellos necesitan y Colomer no seguiría siendo el único beneficiado. “El coste de romper un contrato como el de Sabadell es de 40 millones de euros”, algo que también pagarán sus habitantes, como el sueldazo de Colomer.

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