No hay carbón suficiente

No hay carbón suficiente

Ya están en ruta sus Majestades Los Reyes Magos de Oriente. Han recibido cartas, de esas con garabatos, con dibujos porque muchos de sus demandantes aún no saben escribir, y otras escritas con buena letra dictadas a padres y madres que, diligentes, atienden los deseos de quienes aún creen que existe la magia y por eso han sido «buenos» durante todo el año, esperando ahora que llegue su merecida recompensa.

También hay cartas como la mía, que aún siendo adulta me encuentro entre quienes todavía queremos seguir creyendo en la magia, en la bondad de la buena gente, quienes queremos creer que aún es posible confiar y esperar que merezca la pena. Algunos seguimos escribiéndole la carta a los Reyes Magos, quizás con deseos más intangibles, quizás con anhelos más urgentes y necesarios para todos. Yo sigo pidiéndoles que se haga justicia, que los que nos mienten y nos decepcionan dejen de hacerlo, y que, de paso, les traigan carbón. Y este año me he llevado una sorpresa: sus Majestades me han contestado. Me han dicho que agradecen mucho mis deseos, los vasos de leche y coñac y los dulces que les dejo en la ventana, pero que este año están teniendo muchas dificultades para poder acarrear los sacos. Me comentan que no han conseguido encontrar todo el carbón que por nuestro país se merecen, y me piden consejo para preparar un envío en contenedores de grandes dimensiones. Es una entrega especial. Quieren saber si estarán abiertos los locales de la Calle Génova y Ferraz la noche del día 5. Están preocupados porque no saben bien a quién deberán entregarlo, dicen que el listado de destinatarios es tan grande que quizás necesiten quedarse varios días… que por mucha magia que hagan no tienen por dónde empezar. Han recibido millones de cartas de gente enfadada, triste, desesperada que ha recurrido a la magia para ver si por esas…

Sus Majestades de Oriente están indignadas. Les han hablado de mentiras, corrupción, abusos de poder y, sobre todas las cosas, lo que más les duele y por lo que han decidido preparar el enorme cargamento de carbón es porque este año hay muchas cartas que esperaban recibir y no han llegado: las de miles de niños que no tendrán regalos. Y esto es algo que Sus Majestades no van a consentir: que por el desempleo, los recortes, y el sufrimiento generado haya tantos pequeños que no sólo no tendrán juguetes, sino que se encuentran por debajo del umbral de la pobreza en nuestro país todos los días del año.

Van a hacer todo lo posible para que no falten regalos, para multiplicar la leche, el pan, el arroz. Pero me han pedido un favor: por si el cargamento no llegase a tiempo, que hagamos lo que podamos para ayudarles. Que no falte un regalo a ningún niño, ni comida durante el año, y que, a quienes consideramos que han sido malos, muy muy malos les hagamos llegar un paquetito de carbón. Así que aquí les traslado el mensaje. Yo ya tengo preparado el mío.

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