¡Gracias, presidente, por levantar los ánimos!

¡Gracias, presidente, por levantar los ánimos!

¡Ya es Navidad en MercaEspaña! ¡Mazapanes y licores se apilan a la entrada! ¡Gracias, don Mariano, por habernos sacado las urnas de la cabeza! Volvemos a ser un país civilizado, la gran nación que somos y, al que no le guste, que le ponga cintas. Ahora, aquí, en España, van a invertir hasta los cafres, la bolsa dará tal subidón que le hará un boquete al cielo y los equipos de Madrid, Atleti y Real, volverán a jugar la final de la Champios League en Cardiff. Gracias, millones de gracias, don Mariano, por rescatar el anhelo perdido de un futuro próspero y en paz, por catapultar a todo quisqui hacia unas felices Navidades. Nos ha devuelto usted el aliento, don Mariano, y eso es de mucho agradecer, aunque también nos las ha hecho pasar canutas, por no decir putas.

Traslademos los parabienes a Albert Rivera. Reconozca usted, señor presidente, que sin el leal apoyo de la inteligencia, la integridad y la determinación del joven político catalán, es más que probable que en este momento usted andara haciendo senderismo en su Galicia natal, barruntado a qué editorial iba a cederle sus memorias. Ni olvide que, sin el lúcido juicio de Javier Fernández y otras honorables reliquias del PSOE, correría peligro de ser devorado por los lobos galaicos. Todos ellos y, en primer lugar, Felipe VI, el mejor rey que una democracia parlamentaria soñase tener, obraron el milagro de que usted fuera reelegido presidente. En lenguaje de calle, no se ha visto en otra, le ha tocado el gordo. Pero cumpla con la ley, antes que con su promesa, tantas veces ventilada: “Estoy abierto al diálogo”.

Sinceramente, prefiero que aparque el diálogo y exija que se cumpla a rajatabla la Constitución. Dejémonos de mariconadas y mande a Montoro a la ciudad condal para que anuncie a esos sediciosos que no van a ver ni un duro hasta que todos los Pujol estén en la cárcel y la Generalitat haya solventado la deuda de más de 74.757 millones de euros que ha contraído con el Estado y todos los españoles. Como Montoro se cierre en banda y no les suelte ni un triste euro, al mes siguiente, los independentistas no podrán pagar a sus funcionarios ni a esas tvs que, a diario, humillan a España. Y como la pela es la pela, el 47,74% de rebeldes que escupen al Tribunal Constitucional, se reducirán a tres pelagatos.

Ni armas, ni violencia, asfixiarles con la deuda hasta que paren de abrir embajadas con nuestro parné. De modo implacable, que con canallas, farsantes y traidores no cabe diálogo alguno y si auditorías a mansalva: al coletas, Errejón, Monedero y a esa rica señora del cisne extinto, al cual, siendo justos, habría que disecar y exhibirlo en el museo de cera. Don Mariano, enhorabuena cordial, pero póngase en marcha, que tiene tajo a destajo. Ha de fumigar a cuantos estafan, odian y vejan a la nación española.

Lo último en Opinión

Últimas noticias