España les importa un comino

España les importa un comino

Tras la investidura fallida de Mariano Rajoy quedan pocas esperanzas de poder evitar unas terceras elecciones consecutivas. Si había alguna posibilidad, este viernes los escasos puentes que aún estaban tendidos han saltado por los aires tras el enfrentamiento entre Partido Popular y Ciudadanos y la taxativa negación del PNV a conceder su apoyo antes de que acabe septiembre. Aunque siempre hay loables excepciones en cualquier generalidad, este hecho inaudito supone un fracaso colectivo de todos los políticos que conforman el Congreso de los Diputados, más centrados en la defensa a ultranza de sus intereses partidistas que en el interés general del país. Especialmente grave ha sido la actitud irresponsable de Pedro Sánchez. El líder socialista, convertido en el apóstol del ‘no’, pasará a la historia de España como el principal responsable de que tengamos tres elecciones generales en un año.

Este contexto deja el país en una situación muy delicada e hipoteca el futuro de los españoles. Desde el punto de vista económico, los Presupuestos quedan en suspenso al igual que la financiación de las comunidades autónomas y los ayuntamientos. El objetivo del déficit que nos compromete con Bruselas se cumplirá difícilmente. El salario de los funcionarios, así como las pensiones, permanecerán congelados y las inversiones interiores y exteriores se mantendrán en estado de catalepsia. Ahora que España crece a más del 3% y la coyuntura internacional nos sitúa como un lugar idóneo donde invertir, la prolongación de este insoportable bloqueo político supondrá una dura rémora para el desarrollo de nuestro mercado laboral y el crecimiento del producto interior bruto. Desgraciadamente, la economía no es el único frente abierto. Al respecto del ámbito político y social, las consecuencias serán inmediatas.

Esta parálisis dará alas a los independentistas catalanes, que aprovecharán el caos institucional para perseverar en su voluntad de romper la unidad de España. El paso del tiempo juzgará el egoísmo de Sánchez, político sin la más mínima altura de miras. De nada ha servido la oferta en forma de «acuerdos flexibles» por parte de Mariano Rajoy o la constante y responsable llamada de Albert Rivera a un pacto de Estado entre las fuerzas constitucionalistas. El secretario general del Partido Socialista no ha encontrado motivo más allá de sí mismo para cambiar la orientación del voto en su partido. Tendremos que esperar a octubre para saber hasta qué punto las urnas autonómicas de Galicia y País Vasco influyen a nivel nacional pero, estimado lector, ármese de paciencia y sea consciente de que esta Navidad el turrón vendrá acompañado de papeletas electorales.

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