España ingobernable. Hagamos números

España ingobernable. Hagamos números

El resultado de las pasadas elecciones generales fue una clara victoria del PP que nos ha dejado en una situación idéntica a la de diciembre; porque el mismo PSOE, el claro perdedor, es el único que tiene la capacidad de facilitar que el PP pueda formar gobierno. Hagamos números. Suponiendo que el PP consiguiera el apoyo de los 32 diputados de Ciudadanos, de los 5 del PNV, y del de Coalición Canaria; sumaría 175 votos a favor. El resto -los 85 del PSOE, los 71 de Unidos Podemos, los 9 de ERC, los 8 de Convergencia y los 2 de Bildu- suman otros 175. No se llega ni siquiera a la mayoría simple suficiente en una segunda votación. Existen sobrados motivos para pensar que vamos directos a unas terceras –y nada indica que últimas- elecciones.

En primer lugar, contamos con las innumerables declaraciones de todos los dirigentes en activo del PSOE quienes, sin ninguna excepción, nos repiten una y otra vez que van a votar en contra del PP y de Rajoy. Y, en segundo lugar, tenemos la experiencia de lo que ya han hecho en diciembre, cuando todos los augurios para el PSOE eran negativos y le garantizaban que serían derrotados y sobrepasados por Podemos en caso de acudir de nuevo a las urnas. Y aún con la seguridad de pasar de ser segundos a terceros, el PSOE decidió entonces forzar la repetición de las elecciones. La situación se repite y no hay ningún indicio que nos haga pensar que esta vez vayan a actuar de forma diferente.

Pero es que, además, de nada sirve la solución propuesta por dirigentes históricos del PSOE, para que algunos de sus diputados se ausenten del hemiciclo durante las votaciones, mientras los demás votan en contra, y así permitir una investidura “por la mínima”. Rajoy deberá ser investido sólo si el PSOE se compromete a unos pactos mínimos que permitan sacar adelante los presupuestos y las reformas que necesita España de manera urgente. De lo contrario se metería en una trampa de ingobernabilidad y bloqueo que aún perjudicaría más al país que volver a repetir las elecciones.  Y ese compromiso no lo va a ofrecer el PSOE en ningún caso.

Por el contrario, lo que parece más probable es que el PP ni siquiera consiga 175 apoyos. Ya el lehendakari, Íñigo Urkullu, ha advertido de que si el PP quiere hablar con el PNV debe poner sobre la mesa “la agenda vasca”, que incluye el traslado al País Vasco de los presos etarras y la trasferencia de la política penitenciaria. Por su parte, Albert Rivera no cede en su infantil comportamiento y sigue obcecado en el veto al candidato del PP, quien ha recibido la friolera de cinco millones de votos más que él. Además, debemos tener en cuenta que quien menos miedo debe tener a unas terceras elecciones es precisamente el PP. En primer lugar porque mientras tanto mantiene el Gobierno en funciones pero, además, porque los resultados del 26J hacen razonable que deba esperar mejores resultados aún, en caso de que el resto de partidos nos lleven, obstinados, de nuevo a las urnas. En consecuencia, el PP no va a ceder ante reclamaciones inmaduras, injustificadas o perjudiciales para el interés general. Iros acostumbrando a ir a votar cada seis meses.

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