La mirada sucia

La mirada sucia

Hace dos días, hemos presenciado una lamentable campaña de descrédito y difamación política tratando de utilizar las más sucias artimañas por parte del Partido Popular y de los que presuntamente se esconden de manera cobarde tras las redes sociales de Podemos. Aparecía a primera hora de la mañana en algunos perfiles de Twitter un vídeo en el que Pedro Sánchez saludaba a una familia negra en la calle. Pasaba de largo y tendía la mano a los niños y a quien supuestamente era la madre antes de entrar en un acto de campaña. Tras saludar al pequeño, estrechándole la mano, se ve cómo el candidato socialista se limpia. Es un vídeo muy corto, donde prácticamente no da tiempo a analizar lo que sucede. Y para que quien lo visualice tenga ya la atención dirigida, los perfiles que comenzaron a viralizarlo lo acompañaban de afirmaciones que sentenciaban que se trataba de una actitud racista por parte de Sánchez. Así, sin más.

Si el espectador no está atento, quizás no se dé cuenta de que el niño también mira su mano con cierto repelús tras estrecharla con Pedro. Siendo objetivos y justos, podría decirse que algo sucede y que a los dos les deja una «rara» sensación. No se podría adivinar nada más al ver las imágenes. Una situación de lo más normal si tenemos en cuenta que pueden darse mil razones. Lo que es inaceptable es tratar de dar a entender que alguien se limpie las manos por estrecharlas con un negro. Tan sólo el hecho de insinuarlo es repugnante, ya que pone de manifiesto el racismo de la persona que tiene la mirada sucia y enferma, de quien interpreta tal situación desde el tinte racista.

Lo racista ha sido la actitud de Cristina Cifuentes, de Albiol o de la periodista Cristina Pardo. Personas conocidas y creadoras de opinión pública que aún a día de hoy no se han disculpado por semejante actitud vergonzosa. Son ellos quienes tienen la mirada sucia y deberían reconocerlo. Conocí el vídeo a través del grupo ‘Guerrilla’ de Telegram. Es un canal de comunicación donde se informa, avisa y dirigen campañas en redes sociales a favor de Podemos. Por su parte, desde la formación morada se cuidan mucho de decir que el canal no es oficial y que no se responsabilizan de lo que en él se ponga. Ética aparte, hay que reconocerles que funcionan bien y que es todo un ejemplo de acción coordinada. Consiguen sus objetivos, aunque estos a veces sean lamentables.

No son los únicos. Información ya publicada denunciaba en su momento al grupo de los ‘sugus’. Otra pandilla de acción en redes sociales, desde la que se coordinaban cientos de perfiles falsos que atacaban sistemáticamente a cualquier crítico con el PSOE y aplaudían a Sánchez de manera a veces vergonzosa. Se atribuía su coordinación a Cepeda, un dirigente socialista que fue denunciado precisamente por haber introducido presuntamente programas de espionaje en teléfonos que regalaba a compañeros del PSOE. Entre ellos, a quien fuera su pareja. Ya conocemos la pasta que se ha dejado el PP a través de sus tramas —presuntamente— corruptas, que financiaban, entre otras cosas, campañas de reputación en Internet de los líderes populares. Más de lo mismo.

El juego sucio se ha instalado en esta cosa que ahora se llama «política» y que queda muy lejos de lo que realmente debería ser. Se utilizan y manipulan datos, imágenes, y cualquier elemento parece valer con la finalidad de quitar del medio al rival. No todo vale, ni debería valer. Esta vez les ha salido el tiro por la culata. Y Pedro Sánchez podrá tener mil razones para ser criticable como candidato socialista; pero desde luego, la de ser racista, no. Con eso no se juega, y quien lo haga, no merece representar a nadie en este país.

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