El uso fascista de los niños

El uso fascista de los niños

Populistas, antisistemas y okupas no dudan en usar a los niños cuando se trata de conseguir sus propósitos. Desde que los dirigentes de Podemos utilizaran al bebé de Carolina Bescansa para acaparar toda la atención informativa durante la apertura de las Cortes el pasado 13 de enero, la instrumentalización de los menores ha llegado a niveles intolerables. El ejemplo más flagrante está teniendo lugar ahora mismo en Barcelona. Ante la inacción de la alcaldesa Ada Colau en los disturbios del Banco Expropiado, los okupas han subido el nivel de su chantaje. La última estratagema es utilizar a varios niños como escudos para evitar la intervención de los Mossos d’Esquadra. A pesar del peligro inherente de un contexto dominado por los disturbios y la violencia callejera, los radicales no están teniendo remilgo alguno a la hora de exponer a los menores a un estrés emocional atroz. De hecho, aprovechan su amparo para insultar, zarandear y escupir a los efectivos policiales.

Este uso de personas indefensas con fines políticos y chantajistas es una perversión que Podemos también ha llevado hasta la Comunidad de Madrid. Los representantes del partido morado en Móstoles invitaron a los niños a disparar contra los carteles de los políticos del Partido Popular durante las fiestas del 2 de mayo. Los niños tuvieron en frente papeles con los rostros de Esperanza Aguirre o Alberto Ruiz-Gallardón y durante horas lanzaron pelotas con belcro contra ellos. Armas, violencia, okupaciones… elementos totalmente nocivos para que personas en edad escolar empleen su tiempo de ocio en base a ellos. La presidenta de la Región, Cristina Cifuentes, debe tomar medidas para acabar con este tipo de exhibiciones que incitan a la violencia y al odio y, lo que es peor, que tienen a los niños como rehenes de una diabólica manipulación. Individuos especialmente vulnerables y expuestos a las veleidades de unos adultos cuyo sentido común parece completamente carcomido por la radicalidad de sus postulados.

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