Puigdemont y su abogado: relación distante en redes sociales

Puigdemont y su abogado: relación distante en redes sociales

Carles Puigdemont ha encomendado su difícil defensa al británico Ben Emmerson, un hombre acostumbrado a casos que rozan lo imposible. Por citar dos de sus trabajos más mediáticos, el abogado ha defendido al fundador de WikiLeaks, Julian Assange, y a uno de los líderes más representativos de Al Qaeda en Europa, el clérigo Abu Qatada. En ese currículo confía el expresident huido de la justicia para que le saque las castañas del fuego. No obstante, hasta este martes no han tenido contacto conocido a través de las redes sociales.

Puigdemont lo acaba de seguir en Twitter para reactivar así la comunicación entre ellos. Algo que denota que el líder de la antigua Convergencia cada vez siente más lejana la posibilidad de volver a España sin tener que rendir cuentas en los tribunales. Esta cercanía cibernética también se debe a una necesidad tan personal como jurídica. Según ha podido saber OKMACUTO, el fugado en Bélgica cada vez se siente más aislado y solo en el centro de Europa.

Sabe que a medida que pasa el tiempo su figura es más prescindible, ya que la investidura es imposible —por mucho que se haya empeñado Roger Torrent hasta hace poco— y si al final cediera y decidiera volver, tendría que ir directamente a dar cuentas frente al magistrado del Tribunal Supremo Pablo Llarena. Aunque sólo los separa el Canal de la Mancha y un viaje sobre los raíles del Eurostar, ahora también están unidos por redes sociales tras un inicio de relación bastante distante. A tenor de los acontecimientos, Puigdemont necesita un truco, y de los buenos, por parte del ínclito Ben Emmerson.

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