La derecha española pierde complejos

La derecha española pierde complejos

Hace unos días miles de ciudadanos se reunieron en Alsasua en un acto impulsado por la plataforma ‘España Ciudadana’, para mostrar su apoyo a los guardias civiles y sus parejas agredidos en esta localidad. Sabían que iban a verse rodeados de violentos que intentarían impedirles expresarse y pese a que gozarían de la protección de un potente dispositivo policial, había que echarle narices para estar allí. ¡Y se las echaron! En las puertas de un hotel de Murcia, el delegado del Gobierno consintió que un grupo de unos cientos de matones profiriera durante horas gritos como “¡Ortega Lara de vuelta al zulo!”, “¡Os mataremos como en Paracuellos!” o «¡Sin piernas y sin brazos, fascistas a pedazos!». Lo que el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, calificó como “sucesos puntuales” para no “generar alarmismo”. Y pese a las amenazas, cientos de personas entraron por las puertas de ese hotel y asistieron al acto desafiando a los matones.

El otro día dos jóvenes simpatizantes de VOX grabaron con sus móviles al “actor” Willy Toledo en la estación de Atocha y le preguntaron, valientes, por qué tuvo tan poca vergüenza de decir que “VOX se combatía a hostias”. La reacción de la ciudadanía española ante la afrenta que cometió Dani Mateo al sonarse los mocos con la bandera de España ha sido tan notoria que un gran número de anunciantes han comunicado que dejaban de colaborar con su programa, sin miedo, lo que llevó al “cómico” a pedir unas disculpas que no convencieron a nadie, pero que indican que había acusado el golpe. Parece que el centroderecha español ha dejado de esconderse atemorizado con la posibilidad de que les tachen de “fachas”, ese ‘palabro’ que de tanto usarlo como insulto contra cualquiera que piense diferente ha quedado vacío de contenido.

Este cambio empezó a producirse en Cataluña, donde los constitucionalistas empezaron a organizarse con buen humor alrededor del movimiento de Tabarnia y salieron a la calle con las banderas oficiales de España y Cataluña los días 12 de octubre, Fiesta Nacional de España. Comenzaron a aparecer banderas en los balcones y grupos organizados empezaron a arrancar lazos y cruces amarillas de los espacios públicos, en una muestra evidente de que los españoles estaban reaccionando. Ciertamente todos debemos de estar muy agradecidos a aquellos primeros valientes, porque cuando defendieron nuestros símbolos nos estaban defendiendo a todos y porque dieron el ejemplo que pronto una multitud se atrevió a imitar. Fue Santiago Abascal el que dijo en su mitin de Vistalegre aquello de que “cada vez que nos llaman fachas es una medalla que nos colgamos”, cansado de que el patriotismo español sea motivo de insulto para la izquierda.

Es una circunstancia en la que los partidos mayoritarios están yendo claramente a remolque de la ciudadanía. Habéis sido todos vosotros los que provocasteis en los partidos de centroderecha reacciones que hace pocos meses ni estaban ni se las esperaba. Incluso alguno de ellos ha tenido que cambiar de líderes porque los antiguos no encajaban con esta nueva posición más valiente. Si son sinceros bienvenidos sean todos. Nuestro sistema electoral hace que tengan que competir entre ellos por nuestros votos, pero tenemos que esperar que todos hayan aprendido la lección y que sepan que los votantes no vamos a consentir más traiciones ni más falsas promesas. Estamos hartos del discurso único de la izquierda y exigimos que se escuchen nuestras opiniones que por ser liberales o conservadoras no merecen menos consideración que las de los progres. Tenemos derecho a que se nos escuche como mínimo con el mismo respeto que a los de izquierdas.

Lo último en Actualidad

Últimas noticias