Se llaman tarántulas gigantes a diversas especies de artrópodos que por su tamaño y su aspecto han generado un verdadero terror a lo largo de la historia de la humanidad. Sin embargo, muchas personas deciden tener a estos animales como mascotas. Las razones pueden ser muy diversas, pero una de ellas es que las tarántulas son realmente asombrosas, aunque peligrosas, según algunos relatos.
Curiosidades de las tarántulas gigantes
Tarántula Goliat
La tarántula es un enorme invertebrado que forma parte de la familia Theraphosidae, término de origen griego que significa “bestia de la luz”, aunque casi todas sus actividades las realiza durante la noche.
La Theraphosablondi, es también conocida como “la tarántula que come aves”, y puede alcanzar un peso de 180 gramos y medir más de 30 centímetros de diámetro. Este nombre proviene de un antiguo grabado del siglo XVIII en donde una araña devora un colibrí. Pero, por lo general, las tarántulas del género Theraphosa se alimentan de insectos mucho más pequeños que ellas.
A pesar de su aspecto aterrador, las tarántulas gigantes también tienen depredadores. En el caso de la tarántula Goliat, su peor enemigo es el coatí.
Cuando una tarántula detecta la presencia de este animal, comienza a frotarse las patas delanteras y, si el depredador se acerca demasiado, la tarántula extiende rápidamente sus patas y libera los dardos venenosos, una especie de pelos diminutos, que irritan y asustan al atacante.
Un hecho curioso es que, después de desovar, la tarántula Goliat cubre sus huevos con estos arpones para proteger su nidada, que generalmente, contiene entre 100 y 150 huevos.
Después de nacidas, las pequeñas tarántulas conviven con su madre durante dos o tres años, hasta que llegan a la edad adulta. Este tipo de artrópodo es muy longevo; los machos viven más de 15 años y las hembras superan los 30 años.
La tarántula Goliat de Borgoña
Al igual que su pariente la Theraphosablondi, la Stirmi es llamada “devoradora de aves”, pero se la distingue de las demás por su nombre Goliat de Borgoña. Algunos ejemplares de este animal han llegado a vivir hasta los 33 años en cautiverio y alcanzado a medir hasta 32 centímetros de diámetro.
Esta especie de tarántula tiene algunas características sorprendentes ya que, además de lanzar dardos venenosos, tiene otra estrategia defensiva. Antes de atacar, emite un silbido agudo que advierte al depredador que ya lo ha visto y que está a punto de atacarlo.
Las tarántulas gigantes tienen escasa visión
A diferencia del resto de las arañas, las tarántulas gigantes son casi ciegas. Pueden ver diferentes grados de luz y captar los movimientos, pero sus ocelos son estructuras de visión muy primarias y rudimentarias.
Para compensar esa falta de visión, cuentan con un gran sentido del tacto, gracias a los pelos que recubren todo su cuerpo. A través de ellos pueden saber qué tipo de presa está cerca y hasta cuál es su tamaño. Incluso, pueden saber si el animal que se acerca es un espécimen peligroso.
Tarántulas gigantes acuáticas
Dentro de la familia de las Theraphosidae, existe un género denominado Histerocrates, y dentro de este se encuentra la especie Hysterocrates gigas. Este tipo de tarántula gigante tiene la extraña habilidad de nadar y bucear.
Gracias a esta capacidad, es capaz de atrapar peces en movimiento y así complementar su dieta habitual de insectos y pequeños mamíferos y aves.
Este tipo de araña, aunque muy venenosa, no es mortal para los seres humanos. Sin embargo, un mordisco resulta bastante doloroso.
La tarántula gigante como mascota
Si bien no es una mascota común, existen muchas especies de tarántulas que se han habituado a vivir en cautiverio. Pero hay que saber que no es un animal fácil de mantener y es preferible no mantener contacto demasiado cercano con ellas. No se trata de una mascota a la que se puede tocar y acariciar como podría hacerse con un perro o con un gato.
Antecedentes de lesiones provocadas por tarántulas
Denise Grady, de 29 años, fue atendida en una clínica de ojos en el Reino Unido, por tener los ojos muy doloridos e inflamados y llorosos en exceso. Tras los exámenes, los médicos descubrieron en su córnea diminutas proyecciones muy delgadas, similares a hebras de pelo, adheridas firmemente.
Grady contó que, limpiando el estanque de vidrio en el que vive su tarántula mascota, fue atacada repentinamente por el animal. Este lanzó una nube de pelo, que golpeó directamente en su cara y en sus ojos.
Los médicos y cirujanos no pudieron extraerlos, ni siquiera con la ayuda de microscopios quirúrgicos especiales. Pasado un año de la operación, Grady ha recuperado bastante la visión, pero aún no completamente.
Después de la experiencia, los médicos publicaron un informe en la revista Lancet, en donde advierten a los criadores de tarántulas de tomar las precauciones necesarias al aproximarse a ellas. Para alimentarlas, se deben usar gafas y máscaras protectoras del rostro.
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