Berlin Atonal 2019: confluencia de disciplinas artísticas en el templo de la vanguardia electrónica

El festival de música avanzada y contemporánea Berlin Atonal volvió a ofrecer un programa épico en su edición de 2019. Durante la última semana de agosto el festival concentró, en el barrio berlinés de Mitte, un abanico de estilos que define las corrientes actuales más representativas de los clubs y compositores de todo el mundo, ofreciendo shows de alta calidad musical y visual, además de promover la unión entre diferentes disciplinas artísticas y la incorporación de innovaciones tecnológicas.

Durante las cinco jornadas que dura el festival, el impactante complejo de hormigón y cemento denominado Kraftwerk (que no significa otra cosa que central eléctrica) se pone de largo: con un soundsystem implacable con subgraves capaces de acariciar cada rincón de tu cuerpo y una arquitectura brutalista es imposible no sobrecogerse al entrar.

El programa principal se divide entre las dos plantas del edificio (Main Stage y Stage Null) mientras que los clubs Tresor, Globus y OHM, activos durante todo el año, acogen las sesiones y los directos más pisteros. Además la planta baja y la intermedia recogen una serie de instalaciones, centradas en esta ocasión en la forma humana y la virtualización de la misma este año con piezas lumínicas de Pedro Maia, esculturas de Folkert de Jong y las instalaciones de Cecile Beau y Emma Loriaut, Anne de Vries y Ho Tzu Nyen.

La programación se completa con una sala de proyecciones permanente en la sala central de máquinas del edificio, las sesiones de screening con las piezas de videoarte seleccionadas para esta edición y una performance in-situ dirigida por el director de arte del festival MFO: Nervous System 2020.

Atonal arrancaba el miércoles 28 de agosto con la actuación de la cantante y viola americana Annie Gårlid aka UCC Harlo, al que siguió uno de los capitanes de la escena rusa: Pavel Milyakov. Sus composiciones de ciencia ficción a medio camino entre el techno, el ambient y el rock psicodélico, le han supuesto sonorizar la escena rusa contemporánea y una de sus últimas reseñas (en el sello Johns Kingdom) fue utilizada por el genio Gosha Rubchinskiy en uno de sus desfiles.

Alessio Natalizia (Not Waving) presentó junto a Dark Mark (Screaming Trees, Queens of the Stone Age) su último trabajo:’Downwelling’ (Ecstatic Recordings) y Nivhek, alias tras el que se esconde la compositora americana Liz Harris,  también conocida como Grouper, interpretó en directo su último trabajo ‘After its own death / walking in a spiral towards the house’, una especie de oscuro réquiem personal publicado en el sello Yellow Electric, dirigido en parte por ella.

El dúo australiano HTRK estrenaba el Stage Null, seguidos por el compositor americano Darren White, aka dBridge, que presentó su pieza Black Electric. Aunque la verdadera potencia de la noche vino a cargo de la dj española Gemma Planell Bartolomé, alias Tutu, una de las grandes sorpresas del festival, con un DJ set fresco y competente, ritmos rotos y tintes experimentales que conquistaron la pista.

Metrist y Clara 3000 calentaron el club OHM, por el que también pasaron Alex Tsiridis (50% de Cassegrain), bajo su alias Rhyw (sexo en galés),  y su pareja Mor Elian. Creadores del sello Fever AM, cerraron esta primera jornada arropados por una cálida multitud.

El jueves empezaba con el directo de la artista de Georgia Natalie Beridze, a la que siguieron los ritmos locos y abstractos de Helm, alias detrás del que se esconde Luke Younger, flamante fichaje del sello PAN, que presentó su último trabajo: ‘Chemical Flowers’.

Nkisi, una de las artistas más representativas de este 2019, presentó Initiation, su peculiar mezcla de sonidos africanos y futuristas aplicados a la pista de baile, junto al show visual de Charlie Hope. El colectivo americano Marshstepper (que consiguió reunir una cantidad inusitada de amantes de lo industrial) unió fuerzas con el equipo visual de Team Rolfes y presentó ‘Deceivers of the Moments Presence’: una performance con visuales generados en directo a través de 3d, sensores de movimiento y equipos de realidad virtual.

Shapednoise alias del músico Nino Pedone presentó ‘Aesthesis’ (Numbers), una pieza industria  junto al increíble juego de pantallas, clips y texturas que había desarrollado el artista gráfico Pedro Maia para el proyecto.

El escenario Null ofreció su noche más fresca con la artista Ziúr (publicada recientemente en Planet Mu), la formación HXE, fichaje reciente del sello UIQ de Lee Gamble, el estilo post industrial (como ellos mismos se etiquetan) de Kinlaw y Franco Franco, de Avon Terror Corps (un sello de Bristol que empieza a despuntar y que volvió a tomar protagonismo durante su showcase el sábado por la noche en OHM) y por último el trap crudo de JK Flesh.

Bambounou, creador de uno de los EPs del año en el sello Whities, aportó a la historia del festival una intensa sesión en el club OHM de más de 6 horas, que hizo las delicias del  público, menguante pero resistente, cerrando la programación del festival por ese segundo día.

La tercera jornada de Berlin Atonal, el viernes 30 de agosto, fue una de las más intensas en cuanto a programación: MY DISCO abrieron la tarde, seguidos por el proyecto persa/kurdo Mi†ra que presentó  ‘nine-sum sorcery’ junto a los increíbles visuales de Evelyn Bencicova y Enes Güç.

También en el escenario principal el finés Vladislav Delay presentó mundialmente ‘Rakka’ junto a su colaborador habitual  AGF y Lee Gamble, el creador del sello experimental UIQ, (una de las casas de discos más observadas del momento con reseñas de Lanark Artefax, los citados HXE, Zuli o N1L) y considerado como uno de los artistas con mejor gusto de la escena contemporánea, disfrutó de dos espacios durante el desarrollo del festival: presentó su directo ‘Flush Real Pharynx’ en el Main Stage y el domingo por la noche desarrolló una sesión ecléctica de dos horas que hizo las delicias del público de OHM, siempre ansioso de nuevos patrones rítmicos.

La película de Cortini

‘Volume Massimo’(Mute, 2019), el último trabajo de Alessandro Cortini (ex NIN y leyenda viva de la electrónica) fue uno de los momentos más emotivos e inolvidables del festival. Se presentó como una especie de película, en la proporción habitual que ofrece la pantalla vertical del festival, con poco trabajo realizado en directo pero con una amplia preparación previa. Los diferentes cortes del disco están ambientados por clips de distintos videografos que abordan la interacción humana, el aislamiento y la deshumanización.

Podremos disfrutar del segundo pase de esta película el 20 de octubre en la visita que realizará Cortini a LEV Madrid, en Matadero. 

Otra leyenda viva, Sam Shackleton, debutó a continuación con su nuevo colectivo: Tunes of Negation, formado junto al Takumi Motokawa y el percusionista Raphael Meinhart.  Presentaron en directo ‘Reach The Endless Sea’ su trabajo para Cosmo Rhythmatic que e publica este próximo octubre.

Otra de las sorpresas que reservaba el escenario Null:  E-Saggila, nombre tras el que se esconde la canadiense Rita Mikhael, cerró la noche del viernes con el directo aplastante de su último trabajo ‘My World My Way’, un paseo por los ritmos raves con influencias experimentales y ambient que ha sido publicado recientemente en el sello sueco Northern Electronics.

Esa noche por la sala OHM desfilaron los directos de Jason Kolar, Annelies Monsere, Aponogeton y TRjj y los sets de Nosedrip junto a Victor de Roo, Trevor Jackson, Sofay y Arthur mientras que Tresor acogió los sets de Terrence Dixon, Solid Blake, el maravilloso cierre de Umwelt o el ‘back 2 back’ de Elena Colombi y Jon K.

El sábado, el día más potente del festival si atendemos a la venta de entradas, la selectora y directora del sello Shelter Press, Félicia Atkinson,  presentó sobre el escenario su personal homenaje a la pintora Helen Frankenthaler, el colectivo Pablo’s Eye, liderado por el ingeniero Axel Libeert y recientemente publicado en el sello Stroom, realizó su primer directo y el artista parisino Aho Ssan presentó el directo de su último trabajo en Subtext Recordings ‘Simulacrum’.

El artista multidisciplinar Cyprien Gaillard presentó ‘Ocean II Ocean’ una pieza de video experimental muy cuidada con la contaminación oceánica y la fosilización como línea argumental y que se expone en la Bienal de Venecia de este año.

Samuel Kerridge, enfant terrible de Downwards y del techno inglés en general, regresó al escenario principal con su último trabajo: ‘The Other’, junto a la vocalista Taylor Burch y TJ Hertz aka Objekt presentó su magistral ‘Cocoon Crush’ (2018, PAN), demostrando que no solo la oscuridad puede ser profunda, con la ambientación visual de el creativo Ezra Miller.

Yousuke Yukimatsu dio el salto del OHM (donde hemos disfrutado de sus locos djs sets durante las dos últimas ediciones de Berlin Atonal) hacia el Stage Null con Zone Unknown,  un dj set contenido e intenso que nos paseó por la luz y la oscuridad.

Tras su actuación, el escenario Null se transformó en una rave post-industrial y los ritmos del gurú Amnesia Scanner abrieron una ventana al futuro acompañados de una pantalla lanzando mensajes estroboscópicos, una performance en castellano y la locura general invadiendo el recinto.

Tras su actuación, Varg, creador de Northern electronics junto a Anthony Linell y siempre con algo nuevo que presentar, tomó el relevo acompañado de VTSS, el aka artístico de Martyna Maja, la Dj y productora de Polonia asentada en Berlín, que está sacudiendo los últimos meses la escena club de media Europa.

Ese mismo día OHM  recibió los Showcases de las casas de discos West Mineral Ltd. y de Avon Terror Corps mientras que Tresor acogío la visita de James Ruskin y Globus (la sala superior del club) presenció el directo de SØS Gunver Ryberg.

El domingo, día de la despedida, el escenario Main fue inaugurado por rRoxymore, alias bajo el que se esconde Hermione Frank. Presentó en directo ‘Face to Phase’, primer álbum de la artista que será lanzado por el sello Don’t be afraid el próximo 27 de septiembre.

A continuación dos exploradores rindieron homenaje al ruido: la investigadora de sonidos Kali Malone junto al artista visual Rainer Kohlberger, desarrollando un show profundo y sucio del tipo que solo puede verse en este festival.

La danesa Soho Rezanejad del sello Sillicone Records presentó ‘Crow Without Mouth’, en una performance dinámica e íntima que resultó un paréntesis de frescor y sensibilidad entre las masas de subgraves que emanaba del escenario principal.

La conquista de la luna por Roly Porter

La pieza ‘Kistvaen’ era uno de los platos fuertes del festival, una obra comisionada entre los festivales Unsound, Atonal y el festival español MIRA y concebida por dos de los nombres más significativos de la escena audiovisual contemporánea: Roly Porter y Marcel Weber (MFO). 

Con los elementos, los ritos funerarios, las deidades básicas y la virtualización del mundo como hilos conductores e inspiracionales, MFO transformó la noche de luna nueva en un paisaje árido y apocalíptico. El sonido de Roly mutaba entre raíces folclóricas, grabaciones de campo y procesamiento digital, y tuvo el apoyo de un cantante profesional entonando antiguos himnos funerarios. Para muchos el broche platino de un festival que te sitúa a varias capas de profundidad de donde empezaste.

Function presentó su último trabajo: ´Existenz´ en un intento perfomático bastante pobre que dejó frío al público, exhausto de sonoridades más profundas.  OHM también fue escenario de la segunda intervención de Lee Gamble, una sesión con una selección apabullante de estilos y Jensen Interceptor sacudió por completo la pista con su electro rápido y cambiante.

Los amos del Dubstep: Peverelist y Simo Cell realizaron un Dj Set conjunto que terminó de exprimir las energías de los asistentes y despidió el festival hasta la próxima edición con otro éxito de asistencia y crítica.