Nuevo Kia Sportage, un soldado curtido en Death Valley
La fiabilidad es uno de los aspectos que más nos preocupan cuando nos compramos un coche nuevo. Para asegurarla, las marcas someten a sus vehículos a una serie de tests de resistencia que no se los desearíamos ni al peor de nuestros enemigos. Y es precisamente lo que ha hecho Kia con el nuevo Sportage, que con ésta llega a la cuarta generación. El nuevo SUV coreano ha sido puesto a prueba en uno de los lugares más inhóspitos de la Tierra, Death Valley, donde se llegan a registrar temperaturas cercanas a los 60ºC durante el verano.
El objetivo de someter al nuevo Sportage a estas pruebas no era otro que el de asegurar el correcto funcionamiento tanto del motor como del sistema de climatización, seas cuales sean las condiciones. Para ello, los ingenieros de Kia han llevado a cabo tres pruebas muy exigentes, todas ellas en el citado ‘Valle de la Muerte’. La primera de ellas es una subida, aunque no una cualquiera. El vehículo se deja expuesto al sol del mediodía durante una hora para que la temperatura del habitáculo alcance 50ºC. Es entonces cuando el nuevo Sportage debe circular a 100 km/h desde el nivel del mar hasta unos 1.500 m de altura, por la zona llamada Furnace Creek, una cuesta continua de 27 km en el Death Valley. El objetivo no es otro que el de comprobar que la carga adicional en el motor tiene un efecto mínimo en la capacidad del coche para refrigerarse a si mismo y a los ocupantes.
Superada la primera, pasamos a la segunda prueba. Se trata de una conducción con parada y arranque que busca simular las condiciones típicas del tráfico congestionado en la ciudad. El Sportage se movió para ello por la zona de Furnace Creek a 40 km/h durante dos minutos. Después se paraba el coche y se mantenía al ralentí durante otros dos minutos, repitiendo varias veces el proceso. Esta prueba se ha ideado para aumentar la exigencia al motor, la transmisión y el sistema de climatización de cara a eliminar eventuales deficiencias.
La tercera de las pruebas es de conducción lenta, y tiene lugar en el punto más bajo de Norteamérica, Badwater Basin, a unos 86 metros por debajo del nivel del mar. Tras una hora expuesto al sol, el Kia Sportage circula a 40 km/h durante 30 minutos cada vez, permitiendo a los ingenieros evaluar y mejorar la capacidad del sistema HVAC de climatización cuando se reduce drásticamente el flujo de aire hacia el condensador del aire acondicionado.
Estas no son las únicas pruebas a las que ha sido sometido el nuevo Sportage, y es que Kia también lleva a cabo una serie de tests con calor extremo en las instalaciones norteamericanas de la compañía en el Centro de Pruebas de Mojave. Situado en el interior del desierto de Mojave, en California, este centro de pruebas demuestra hasta qué punto Kia quiere asegurar la calidad y durabilidad de cada uno de sus nuevos modelos.
Para que te hagas una idea de hasta que extremo es laborioso poner a punto un nuevo coche, debes saber que con el Kia Sportage se han recorrido más de 5,5 millones de kilómetros de pruebas, donde el nuevo SUV ha tenido que aguantar altitudes extremas, tormentas de arena, lluvias torrenciales, ciudades congestionadas, puertos de montaña y extensas pruebas de fatiga de materiales que abarcan desde -35ºC hasta 110ºC. Si ha superado todo eso, ¿cómo no va a convivir contigo sin dar problemas?
