La historia del vendedor de Lamborghini que incendió un Murciélago
Hay historias que por rocambolescas que parezcan, son totalmente verídicas. Y la de hoy vuelve a tener como protagonista a un Lamborghini que sale ardiendo, tal y como has podido ver en el pequeño vídeo que preside este artículo. Eso sí, al menos en esta ocasión el espectáculo visual no lo causó un fallo de diseño del deportivo italiano, sino la irresponsabilidad del vendedor del concesionario al que el coche pertenecía.
Seguramente el nombre de Cary Atkins no te suene de nada, pero ha sido uno de los protagonistas de las páginas de sucesos de los diarios británicos durante los últimos días. A sus 29 años de edad tenía un trabajo que era la envidia de sus amigos. Atkins era vendedor de uno de los concesionarios de Lamborghini de la zona donde residía. Gracias a ello consiguió permiso de sus jefes para disfrutar de las bondades del Murciélago, uno de los modelos más míticos de la marca. Así que, ¿por qué no sacar a pasear este espectáculo de vehículo una noche e impresionar a todas las féminas que se cruzasen con su camino?
El plan parecía perfecto… hasta que estrelló el coche. Tal fue la magnitud del impacto que el Lamborghini Murciélago cruzó hasta el carril contrario de la calzada antes de golpearse contundentemente con un muro, lo que provocó el incendio que has visto en la filmación de un vídeo aficionado que pasó por delante del coche recién siniestrado.
Según llegó la policía al lugar de los hechos, tomó declaración al bueno de Cary, que reconoció que se había pasado pisando el acelerador del Murciélago. A todos nos podría pasar. El problema es que cuando los agentes le realizaron un test de alcohol y drogas, por poco rompe el aparato medidor. El señor Atkins había pasado una noche de fiesta desenfrenada en la que había consumido todo tipo de sustancias, con lo que además del ‘marrón’ que iba a ‘comerse’ con su jefe, fue correspondientemente sancionado.
Al enterarse de lo sucedido, los superiores de Atkins decidieron despedirle de forma fulminante, porque además del lío que suponía el accidente en sí, la aseguradora correspondiente no se ha hecho cargo del coste del vehículo al haber dado positivo su conductor. Y eso ha supuesto unas pérdidas a la empresa por valor de 250.000 euros. Por mucho Lamborghini que se tenga en el garaje, si quieres salir de fiesta hasta niveles extremos, mejor vete en transporte público…
