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El Rolls-Royce Wraith se pone chulo

Rolls-Royce Wraith SEMA 1

Que en el SEMA de Las Vegas pasa de todo cada año ya os lo hemos contado alguna que otra vez. Y en la edición 2015, recientemente celebrada, no ha sido diferente. Incluso los coches más elegantes y con más clase del mundo pueden hacerte cambiar su concepción de ellos en la muestra de la ‘Ciudad del Pecado’. Ésta se dedica al mundo de las preparaciones, permitiéndose prácticamente de todo en él. No se puede explicar de otra forma la versión del Rolls-Royce Wraith de la que te vamos a hablar. Ha pasado de ser uno de los coches más elegantes del mundo a uno de esos vehículos típicos de los traficantes de drogas de las películas de Hollywood.

El responsable de este cambio de imagen tan radical es un nuevo kit de carrocería llamado Black Bison, cuyo objetivo prioritario ha sido el de darle un toque más agresivo y deportivo al vehículo de origen británico. A la vista está que lo ha conseguido con creces, aunque sea otorgándole de paso un toque bastante más chulesco.

Rolls-Royce Wraith SEMA 2El nuevo kit de carrocería Black Bison incorpora nuevos paragolpes tanto en la parte delantera como en la trasera. En el frontal se une a éste un nuevo splitter, que hace juego con los faldones laterales, los cuales acercan la carrocería al suelo aumentando la agresividad del conjunto. A esto último también ayuda el nuevo alerón trasero que se ha equipado. Pero lo que sin duda aporta la guida del pastel son las nuevas llantas de 22 pulgadas instaladas. Sus cinco radios dobles, su acabado cromado y su diminuto perfil cambian por completo la imagen del Rolls-Royce Wraith.

Los cambios propuestos en esta preparación del Wraith no se limitan al apartado estético. Se ha apostado también por una nueva suspensión neumática, cuyo reglaje es más duro en busca de ofrecer un comportamiento más deportivo. Se instala también un nuevo sistema de escape orientado a que el motor ofrezca un bramido aún más brutal que el del modelo original.

Donde no se propone variación alguna es en el motor, ni falta que le hace, la verdad. De esta forma, el Rolls-Royce Wraith que ves en las imágenes, a pesar de su amenazador aspecto, conserva el W12 de 6,6 litros del modelo original, que es capaz de entregar una potencia de 624 CV y un par máximo de 800 Nm. Unas cifras impresionantes que son las responsables de que el Wraith sea capaz de acelerar desde parado hasta 100 kilómetros por hora en tan solo 4,6 segundos.

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