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Es una maravilla descubrir los rincones de la Comunidad de Madrid como Villarejo de Salvanés, una tierra que es el centro neurálgico de la Comarca de las Vegas y que es un placer visitar.

Está a apenas 50 minutos de Madrid y se trata de una escapada muy enriquecedora desde el punto de vista cultural para hacer con toda la familia. ¡Ah! Y atentos los aficionados al cine porque esconde una gran sorpresa, aunque la dejaremos para el final.

Villarejo de Salvanés tiene rutas guiadas muy interesantes – que hace Ricardo Anido, técnico y promotor turístico de la localidad madrileña– con las que poder recorrer el patrimonio del municipio, pero, además, también se trata de un lugar donde la producción de aceite de oliva es muy importante.

Cuenta con la Cooperativa Pósito, la almazara más antigua de Europa, ya que lleva trabajando desde 1798, año en el que Carlos María Luis Fernando de Borbón y Borbón, duque de Parma, ostentaba el cargo de Comendador Mayor de Castilla.

Y también cabe resaltar la importancia de Recespaña, una almazara que cuenta con más de 2000 socios y más de 50 años de experiencia elaborando aceites con variedades como la cornicabra, la manzanilla o la arbequina.

Su relación con la Orden Militar de Santiago

Este pueblo está, además, íntimamente relacionado con la gran Orden Militar de Santiago, de ahí que uno de los iconos del municipio sea su castillo, del que sólo se conserva la conocida como Torre del Homenaje –recuperada en 2007– en un estado de conservación admirable y donde hoy se ubican diversas muestras expositivas para los amantes de lo castrense, ya que en su interior encontramos el Primer Museo de los Tercios Españoles.

Desde la primera planta, la torre invita a los visitantes a hacer un recorrido por la historia, desde la Guerra de la Independencia contra los franceses con Juan Martín Diez –El Empecinado– como héroe de la contienda, hasta la firma de los tratados matrimoniales de Juana –La Beltraneja– con Alfonso V de Portugal o conocer más sobre la Batalla de Lepanto, en la cual participó con éxito Luis de Requesens, comendador de Castilla y señor de Villarejo de Salvanés que, como veremos, tiene un gran peso en la localidad.

La Casa de la Tercia, un espacio con poderío

Dejando la torre de planta rectangular con ocho semicircunferencias alrededor, a pocos metros, encontramos la Casa de la Tercia, sede de la Encomienda Mayor de Castilla y centro económico hasta medidos del siglo XIX. Desde este espacio, ubicado en la zona de paso de comerciantes y viajeros que recorrían el Camino Real de Valencia, se gestionaban los tributos de los campesinos de la zona.

La Casa de la Tercia –llamada así porque un tercio de los tributos que se recaudaban, se guardaban aquí– posee una imponente fachada y está dominada por el escudo real de la Casa de los Austrias y el escudo de armas de la Casa Zúñiga y Avellaneda. Desde su origen, sirvió de residencia de los caballeros de la Orden y complejo agropecuario en el que se almacenaban las rentas en especie de las tierras, junto con los impuestos y el diezmo que Villarejo tributaba al Comendador Mayor, así como las rentas de la propia Encomienda.

Al adentrarnos, encontramos un patio con columnas que nos dan paso a otro portón donde están colocadas grandes tinajas originales –del siglo XVIII– destinadas a albergar el vino, y donde hoy podemos observar los curiosos objetos del Museo Etnográfico de Villarejo, los cuales nos hacen entender mejor la forma de vida de este pueblo donde la vid, el cereal y los olivos eran la trinidad de su riqueza.

En el patio, además, hay una curiosidad que los visitantes de la Casa de la Tercia no deben perder de vista porque resulta entrañable. En una de las paredes, al hacer una de las restauraciones, apareció un dibujo muy esquemático del skyline de Nueva York. Una de las hipótesis que se manejan es que este lugar, que se utilizó como hospital de sangre durante al Guerra Civil Española (1936 – 1939), acogiera a brigadistas internacionales y que alguno de ellos pintara en esta pared el horizonte de su ciudad añorada.

La celebración de la victoria en la Batalla de Lepanto

Y en este camino cultural paseamos hasta el Convento de Nuestra Señora de la Victoria, el templo que guarda la imagen de la patrona de la localidad y donde antaño rezaban los frailes de la primera Orden de San Francisco.

Desde el punto de vista formal, se trata de una edificación sencilla con austeros muros de mampostería que está coronada por una espadaña de ladrillo de estilo mudéjar. Desde aquí, desde este lugar, suenan las campanas en octubre para celebrar sus fiestas patronales en honor a la Virgen de la Victoria de Lepanto.

No se trata de una fecha sin valor histórico para Villarejo de Salvanés. Con esta festividad, lo que se celebra es la victoria del Imperio Español sobre el Imperio Otomano en la Batalla de Lepanto. Hay una relación muy fuerte entre este pueblo del sureste de Madrid y la batalla librada en el mar Mediterráneo. La victoria obtenida en Lepanto, la presencia de Luis de Requesens en la batalla –como lugarteniente de Juan de Austria- y su cargo como Comendador Mayor en la Encomienda Mayor de Castilla, cuya cabeza administrativa se encontraba en Villarejo, fueron factores decisivos para la construcción y fundación de un convento bajo la advocación de Nuestra Señora de la Victoria de Lepanto por interceder por el triunfo español.

De ahí que el altar mayor esté dominado por la Virgen de la Victoria de Lepanto, una imagen que llegó por mar hasta Valencia y después hasta Madrid en una carreta tirada por bueyes. Como curiosidad, además, contar que la figura actual de la Virgen no es la original, sólo el niño que está en sus brazos, ya que la imagen se perdió en la guerra civil española.

Museo del Cine, un lugar inesperado

Esto va a ser una sorpresa para los amantes del cine, sobre todo porque nadie se espera que en un pueblo tan pequeño haya un Museo del Cine, primer espacio expositivo profesional de España que tiene unas joyas inimaginables.

Se trata de una de las colecciones más ricas de Europa en proyectores de cine, material cinematográfico y piezas increíbles de Edison o los hermanos Lumière, que el coleccionista Carlos Jiménez ha reunido durante toda su vida.

El museo está ubicado en el antiguo Cine París. Posee siete exposiciones temáticas que muestran a los visitantes la historia del cine a través de las máquinas que lo hicieron posible, desde la época precinematográfica hasta nuestros días.