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Rascafría es sorprendente si es la primera vez que se va. Conduces desde el centro de Madrid y poco a poco te vas adentrando en carreteras más secundarias rodeadas de frondosa naturaleza que forman parte de la Sierra de Guadarrama.

Este pueblo es una de las grandes bellezas de la Comunidad de Madrid y uno de los mayores en extensión. Un lugar de paz y naturaleza donde los aficionados a la naturaleza y el senderismo podrán disfrutar de maravillosas rutas hasta el yacimiento de Oteruelo o desde Cotos a la Laguna de Peñalara, entre otras.

Esta Villa de Madrid posee apenas 2000 habitantes, pero tiene mucha vida debido a su naturaleza y su cultura, así como por los aficionados al esquí en la estación de Valdesquí. Pero hay muchos puntos de interés, además de este punto neurálgico deportivo como el Ayuntamiento de Rascafría, la Iglesia de San Andrés Apóstol o el Puente del Perdón, gracias al cual se puede sortear el río Lozoya.

Este espacio se llama así, del perdón, porque se trataba del lugar donde se solían celebrar los juicios de la localidad, allí podía darse el perdón o, por el contrario, la ejecución. En este último caso, los acusados no regresaban jamás a sus hogares y eran conducidos a la Casa de la Horca.

El paseo por el centro de Rascafría

Si vamos al centro de Rascafría, encontramos el Consistorio que está ubicado en la Plaza de la Villa, con una fachada neo mudéjar en ladrillo rojizo, teja clásica y espacios amplios, ya que antaño albergó las escuelas para los niños. Tiene una espadaña con campana en la parte superior, algo que hace a este ayuntamiento algo especial, ya que este tipo de elementos arquitectónicos está reservado para templos.

Hasta allí caminamos, hasta la Iglesia de San Andrés Apóstol que está en la Plaza de Trastámara, una de las dinastías regias más importantes del Reino de Castilla y también para los habitantes de Rascafría. Pertenece al siglo XV y ha sido declarada Bien de Interés Cultural (BIC) posee una torre de alrededor de 20 metros, tiene una planta de tres naves y destaca en su interior, sobre todo, una escultura del Arcángel San Miguel.

Y, sin duda, no podemos olvidar el Corral de Comedias de San Andrés Apóstol, ubicado en el presbiterio del templo, donde se hacen representaciones teatrales y eventos de ocio muy variados.

El Monasterio de El Paular, imponente y de fundación real

Pero, sin duda, uno de los caminos más atractivos para los visitantes de Rascafría es la ruta que va desde el pueblo hasta el Real Monasterio de Nuestra Señora de Santa María de El Paular. Un espacio que impresiona por su arquitectura, por su pintura y por el paisaje que rodea a este monasterio en el que actualmente viven, rezan y trabajan once monjes de la orden de los Benedictinos. Un espacio que, como veremos, esconde un montón de curiosidades relacionadas con la meteorología.

Se trata de una ruta circular, no demasiado compleja, pero muy acogedora al caminar entre chopos centenarios, fresnos, sauces con formas increíbles hasta llegar al Monasterio de El Paular, el cual, si se ha reservado cita previamente, se puede visitar por dentro en una visita guiada con Fray Martín.

La fundación de la Cartuja de Santa María de El Paular tiene la fecha de 1390, nació de la mano de los Trastámara, la dinastía que le brindó importantes privilegios y que, por supuesto, tal como recuerda el Hermano Martín en la visita, sufragó los gastos de las obras durante todo el reinado. Fue, en concreto, Juan I el monarca que levantó la primera Cartuja de Castilla, la primera del reino y sexta de las fundaciones cartujanas en España.

En la historia de este monasterio, además, hay un acontecimiento clave que es la Ley de Desamortización. ésta conllevó que parte de su archivo, obras de arte y enseres de gran valor se dispersarán en varios lugares del reino. Sin embargo, y a pesar de esta ley impulsada por Mendizábal, el monasterio sigue poseyendo tras sus piedras piezas de gran valor, como el retablo de la iglesia de estilo gótico, a través del cual se relata la vida de Jesús desde la Anunciación hasta su Resurrección. "Aquí es donde hacemos nuestras misas los domingos. Rezar e ir a misa a diario lo hacemos en otra de las capillas ", detalla Fray Martin, quien lleva más de veinte años en este monasterio de Rascafría.

La vida monástica actual: rezo y trabajo

La vida monástica actual, explica, está organizada por lo transmitido por San Benito: vida litúrgica, trabajo manual e intelectual, recepción de huéspedes, acompañamiento a los numerosos visitantes y atención pastoral a la vida sacramental que se desarrolla en la Iglesia del Monasterio. "Oramos y trabajamos, no nos da tiempo a aburrirnos porque tenemos todo el día ocupado", comenta el Hermano Martín mientras paseamos por unos de los claustros más emblemáticos del espacio.

Se trata, en concreto, del claustro mayor del Monasterio. Un espacio lleno de bóvedas y arcos del gótico flamígero isabelino que acoge los rezos de los monjes, así como los cuadros de grandes dimensiones pintados por las manos de Vicenzio Carduccio en el siglo XVIII sobre la vida de San Bruno de Colonia, fundador de la Orden de los Cartujos. Curiosamente, también con la desamortización estas 52 obras salieron de El Paular, pero regresaron a su casa en 2011, el mismo espacio que ocuparon durante dos siglos.

Una de las cosas del Monasterio que casi nunca se ve es el comedor de los monjes, ya que se trata de un espacio privado a salvo de las miradas de los visitantes, pero en esta ocasión el Hermano Martín hizo una excepción. Impresiona porque es diáfano y todas las mesas están pegadas a la pared, dejando un hueco para los bancos donde se sientan los monjes. "Mientras cenamos o comemos, uno de los hermanos lee para todos y otro sirve los alimentos. Así es como lo hacemos cada día", detalla.

La curiosidad meteorológica que esconde El Paular

Caminas por los pasillos y los claustros de El Paular y, por un momento, no sabes bien hacia donde tienes que seguir. Pero los pasos del Hermano Martín nos guían hasta una de las curiosidades que tiene el Monasterio y que pocas personas conocen: una estación meteorológica que manda datos diarios a la AEMET. "Vengo aquí todos los días a las 8:30 de la mañana. La primera medición que hago es la de las temperaturas: máxima, mínima y registro continuo de la temperatura a lo largo de 24 horas", comenta.

La siguiente medición que realiza es la pluviometría. "Con ayuda de una probeta medimos la cantidad de precipitación registrada en 24 horas que se recoge en este recipiente ubicado en el interior del pluviómetro. La estación meteorológica se complementa con un anemómetro y una veleta, que registra la velocidad y la dirección de viento", añade.

Al terminar la visita por los pasillos, salas y capillas del Monasterio de El Paular, los visitantes podemos comprar algunas viandas típicas de la región trabajadas por los monjes como dulces o miel, entre otras delicias.

Rascafría, mucho más

Pero es que, además de los paseos, la naturaleza y la espiritualidad, Rascafría ofrece música y jornadas gastronómicas muy interesantes que hacen disfrutar a los visitantes. Cada verano se celebra el Natural Folk, un festival de música y actividades culturales que salpica de escenarios todo el pueblo y lo llena de vida.

La cita de otoño, por ejemplo, es más gastronómica porque hay una cita con las Jornadas de la Seta, la Caza y el Vino, donde además de deliciosos hongos y carne de caza se pueden degustar algunos de los mejores vinos de Madrid.