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Cualquier fin de semana disfrutando de la naturaleza en entornos rurales es un planazo. Pero si, además, se trata de un plan refrescante, deportivo, divertido y curioso ¡mucho mejor!

Os invitamos a conocer todos los secretos del río Tajo –uno de los más largos de España con 1.000 km de longitud, ya que desemboca en el Atlántico– que atraviesa varias localidades de la Comunidad de Madrid. En detalle, vamos a viajar a Villamanrique de Tajo, Fuentidueña de Tajo y Estremera, tres pueblos fantásticos que esconden secretos muy sorprendentes que están a tan sólo 45 minutos del centro de Madrid. Sus paisajes y sus gentes, harto simpáticas y hospitalarias, enamoran y, además, os tratarán de fábula.

Fuentidueña de Tajo: piragüismo en el Tajo y procesiones fluviales

En Fuentidueña del Tajo el agua es súper protagonista. No sólo porque el Tajo marca el paisaje, como en las otras localidades de la comarca de Las Vegas sino porque los vecinos son aficionados al piragüismo y porque, además, tienen una procesión fluvial donde la Virgen de la Alarilla es fascinante.

Raimundo Terres, junto a su amigo Dionisio, fue uno de los fundadores del Club Oficial de Piragüismo El Tajo en el pueblo. Un espacio para el deporte que hoy, tras cuatro décadas de vida, sigue en activo dado clases a los jóvenes del pueblo y brindando una actividad acuática en el río a todos los visitantes que lleguen a Fuentidueña en busca de aventuras a bordo de las piraguas.

“Dionisio y yo siempre hemos sido amigos, somos dos personas de pueblo que estaban siempre en la calle disfrutando de la naturaleza. Antes no había ni consolas ni teléfonos, sólo el río y los juegos. Cuando éramos niños y había alguna riada que arrancaba árboles nosotros nos subiamos sobre ellos y bajábamos por el río a toda velocidad durante varios kilómetros. Nos encantaba, creo que hacíamos piragüismo ya entonces, aunque no lo sabíamos”, explica Terres con simpatía.

Tras años de juegos y disfrute, relata, su amigo del alma se fue a Aranjuez a estudiar y allí descubrió que tenían un club donde se agrupaban para hacer piragüismo. “De ahí tomamos la idea y hoy seguimos en activo y, sin duda, disfrutando del río e invitando a todo el que quiera que venga a vernos ”. Como anécdota, además, contar que de este pequeño club han salido nombres muy importantes del piragüismo como el de Carolina Massagués, varias veces campeona de Piragüismo de España y del mundo.

Pero, sin duda, lo que más impresiona de este pueblo es la celebración de la Embarcación de la Virgen de la Alarilla, una preciosa tradición que se hace el segundo fin de semana de septiembre que celebran con emoción. José Antonio Domínguez, alcalde de Fuentidueña de Tajo, relata con entusiasmo que “se trata de una procesión fluvial sobre el agua dulce de nuestra Virgen que, ademas, va acompañada por alrededor de 400 nadadores que llevan antorchas en la mano. Creo que es una celebración que nos diferencia, así que invitamos a todo el mundo a que venga a vivirla ”

También destaca en este pueblo al sureste de Madrid el Castillo de Santiago, una fortificación que domina el paisaje por completo y desde el que, por cierto, es posible observar la vega del río Tajo con vistas privilegiadas. Los vecinos, además, han aprovechado el depósito de agua para hacer un mirador de madera donde se celebran eventos en la noche de San Juan e incluso bodas.

Villamanrique de Tajo: rutas verdes, huertas ‘eco’ y mucho encanto

También en la zona de Las Vegas, a apenas 10 minutos de Fuentidueña de Tajo, llegamos a un sitio muy coqueto: Villamanrique de Tajo. Un pueblo que está entre Madrid, Cuenca y Toledo, sólo tiene 700 habitantes y se llena de decenas de visitantes cuando hay que hacer una parada rural para disfrutar de la naturaleza, el río Tajo y unas buenas verduras procedentes de sus grandes extensiones de tierras de regadío.

Javier Gurpegui, teniente de alcalde de Villamanrique de Tajo, presume del pueblo al calificarlo como “una de las despensas más importantes de Madrid, ya que cada día salen ajos, pimientos, patatas, etc., de nuestras huertas en camiones camino de Mercamadrid, el centro neurálgico de todo lo que comemos en nuestro país”.

De hecho, relata Gurpegui, con la pandemia muchas personas han apostado por el medio rural, no sólo para vivir, sino también para trabajar. “El censo ha ascendido desde el Covid alrededor de un 8%. Hay gente joven que se ha venido de la ciudad, donde trabajaban en banca, por decir un ejemplo, a vivir en la tranquilidad de Villamanrique y, además, aprovechar nuestro suelo para tener su propio huerto ecológico. Podemos asegurar que aquí comemos muy natural, casi todo el mundo tenemos nuestro propio huerto y nos encanta”, añade.

Los aficionados al senderismo también tienen espacio en Villamanrique de Tajo. En el área recreativa de Las Cuevas, donde hay parques infantiles y grandes extensiones de tierra para que los niños puedan jugar, salen dos sendas en plena naturaleza que van bordeando el río durante al menos tres o cuatro kilómetros.

“Son rutas muy agradables que están resguardadas por la sombra de los árboles mientras ves el Tajo. Además, las sendas también atraviesan campos de cultivo de maíz, espárragos y cereales”, relata. Al finalizar la ruta, se llega de nuevo al embarcadero de la zona de Las Cuevas donde se puede hacer la celebración del recorrido comiendo en la bonita zona de los merenderos.

En este espacio verde, con un paisaje dominado por el río es donde cada día se ven más y más visitantes que buscan el fresco del agua. ”Durante los meses más fuertes de turismo tenemos muchos turistas que vienen en sus caravanas o que se alojan en las casas rurales que hay en el pueblo, que hay muchísimas para acoger a todo el que quiera venir”, comenta.

Por último, de este pequeño municipio llama la atención la bonita iglesia ubicada sobre el río Tajo y desde la que se ven los Montes de Toledo. Es cierto, no es demasiado grande, pero sus fachadas encaladas de blanco inmaculado enamoran. Estaba incorporada a la orden de Santiago como ermita de Santa María de Albuher, aunque a finales del S. XV esta ermita se convirtió en la iglesia principal del pueblo para más tarde llamarse oficialmente Nuestra Señora de Arbuel.

Estremera: un pequeño pueblo con playita y una iglesia muy especial

Y de Villamanrique de Tajo a Estremera. Una localidad cercana con 1.400 habitantes con una iglesia muy especial. Se trata del templo de estilo renacentista dedicado a Nuestra Señora de los Remedios (S. XVII), un espacio sagrado que tiene una pieza musical muy especial que se usa sólo en las celebraciones más solemnes.

“Es una de las joyas de nuestra parroquia. Es un órgano barroco construido 1716 por el maestro Pedro de Liborna y es el mas antiguo que se conserva completo en la Comunidad de Madrid, creo que sólo hay alguno más en Segovia y Salamanca. Funciona por fuelle y expulsa el viento por los tubos”, relata el párroco de Estremera, Borja Langdon. Pero no es la única peculiaridad de esta pieza musical barroca. Tal como explica el sacerdote: “Se toca con todo el cuerpo, no sólo tiene pedales para usar los pies, también según la posición de las rodillas, el órgano suena de una forma o de otra. Los registros están marcados y luego el teclado, que es lo más clásico”

Además, cabe destacar que esta iglesia acaba de ser restaurada con financiación de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid y es un primor visitarla porque han aparecido algunas sorpresas interesantes. “Tiene una cúpula muy bonita, de hecho, en la rehabilitación han aparecido unas pinturas en las pechinas, antes estaban tapadas, también en el lucernario se han descubierto pinturas. Es una belleza con muchas cosas especiales, como los dibujos de las naves laterales o el retablo barroco, aunque lo más llamativo que se conserva de este estilo es la parte superior, la inferior está más sencilla porque fue la parte que se perdió en la Guerra Civil, por eso se ven añadidos nuevos”, expone.

Saliendo de la iglesia, en varios puntos de la localidad podemos encontrar interesantes arquitecturas castellanas como, por ejemplo, la Casa Señorial Camacho, también conocida como la Casa de las Columnas. Un antiguo palacio con una portada renacentista de finales del siglo XVI y unas balconadas de forja que perteneció a los Duques del Infantado, muy populares en el Reino de Castilla.

Y por último, dejando de lado el culto y la arquitectura, Estremera es muy conocida por tener muy cerca la Playa de los Villares, una de las cinco zonas que la Comunidad de Madrid autoriza para el baño y que cada verano se convierte en uno de los espacios naturales madrileños más visitados cuando aprieta el calor.

Se trata de un lugar fresco, rodeado de chopos, parques infantiles y unos merenderos estupendos para poder disfrutar de un día en familia. En la zona, además, se encuentran espacios de juego donde los niños disfrutarán muchísimo