"HUMILDE" PENSIÓN Y CASA

La ‘ruina económica’ de Carmen Bazán

Carmen Bazán
Carmen Bazán en imagen de archivo /Gtres
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Carmen Bazán ha vuelto a la primera línea mediática con una sincera y polémica entrevista. La madre de Jesulín de Ubrique ha roto su silencio después de la graduación de su nieta Andrea Janeiro -la hija de Belén Esteban- y del alta médica de María José Campanario. En su «humilde» casa de ‘El Bosque’, en Cádiz, a la que se trasladó en 2015, Bazán ha revelado sus ‘apuros’ económicos. «Vivo con una pensión de 487 euros. He comprado el sofá y algún mueble, todo lo demás es de mi hija Carmen. La casa no me la ha regalado nadie, estoy pagando una hipoteca, aunque si me hiciera falta tengo cuatro hijos maravillosos que la pagarían. Siempre están dispuestos a ayudarme», ha asegurado la matriarca en la revista ‘Lecturas’.

Su ‘declive’ económico la ha hecho pasar de los 3.000 metros cuadrados edificados de ‘Ambiciones’ a 70, que son los metros de los que dispone su nuevo hogar, «una humilde casa» de dos plantas, según las palabras de Carmen. Eso sí, la matriarca solo dispone de la planta baja, ya que en la superior vive su hijo Humberto. Ahora bien, ¿a qué se deben sus apuros económicos? Carmen, que siempre ha sido una mujer de su casa y no ha trabajado fuera de ella, vio tambalear su nivel adquisitivo cuando se separó de su marido, Humberto, quien nunca cumplió con la pensión estipulada: «Cuando me separé sufrí muchísimo, fue horrible. Me sangraban las manos de los nervios. El juez dijo que Humberto me tenía que dar mil euros al mes y no me los dio. Para que no lo metieran en la cárcel firmé para renunciar a todo, no quería hacer sufrir a mis hijos».

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Carmen Bazán junto a su exmarido Humberto Jainero en imagen de archivo /Gtres

Este hecho se une a que sus exclusivas en las revistas del corazón no son tan frecuentes como en otras épocas. Dos agravantes que han terminado por mermar su renta. En 2012 desmintió la ‘ruina’ familiar, aunque sí reconoció los sinsabores de la crisis. «La economía familiar padece la crisis, como todo el mundo, pero no estamos arruinados», aseguró mientras promocionaba la dieta de la alcachofa.

Atrás quedaron aquellos tiempos de vinos y rosas en la finca ‘Ambiciones’ donde disponía de 15 cuartos de baño, 6 salones y tres cocinas. La madre de Jesulín de Ubrique no puede evitar la nostalgia cuando rememora esa época. «La disfrutábamos muchísimo cuando estábamos todos. Jesús la compró con 16 años. El último cumpleaños que se celebró allí fue el de Andrea. María José lo organizó con música y cantantes», ha recordado. Aunque no todos los recuerdos que atesora son agradables: «Recuerdo que cuando se casó Jesús, yo ya no estaba con Humberto. Estuve viviendo tres o cuatro años con él. Para el público seguíamos viviendo juntos, pero él hacía su vida y yo la mía. Cuando llegaba la noche y veía que Humberto llegaba a la tantas lo pasaba fatal».

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Carmen Bazán durante la feria taurina de Arcos de la Frontera /Gtres

Su relación con Campanario y Andrea Janeiro

De su nuera, María José Campanario, solo tiene halagüeñas palabras: «Siempre ha sido buena. Tengo la conciencia muy tranquila. Ahora que ha estado en el hospital me ha escrito unos mensajes muy bonitos. Todas las noches he hablado con ella y me decía que no fuera, que estaban los periodistas. He ido a las 11 de la noche a verla y no se ha enterado nadie».

Carmen Bazán nunca olvidará el motivo por el que un día se vio con las maletas en la puerta de ‘Ambiciones’. Fue cuando se atrevió a asegurar públicamente que Belén Esteban había sido el gran amor en la vida de su hijo. Una declaración que le costó más de un disgusto, aunque ella le resta importancia. «Es verdad que tuve una discusión con Jesús, pero nunca me echó. Voy mucho a Ambiciones con mi sobrina, que se ocupa de la casa, y la ayudo a limpiar», apostilla Bazán.

Carmen Bazán

Andrea Janeiro y Carmen Bazán en una imagen de 2014 /Gtres

Sigue la vida de su nieta, Andrea Janeiro, desde la lejanía y se informa de su vida todo lo que le permiten: «Andrea va a cumplir 18 años. Me gustaría verla, haré todo lo que pueda. No me enteré de la graduación, si no hubiera ido, pero me mandaron la foto cuando ya había sido. Hace dos años y pico que no la veo. La felicito en su santo, cumpleaños y en Navidad. No le mando regalos porque no sé ni qué comprarle. Intentaría verla más. Las cosas se han enfriado desde que la niña ha crecido».

Carmen es, ante todo, madre y tiene claro del lado en que se posiciona cuando sale a relucir en la entrevista la polémica decisión de Jesulín de Ubrique de no sufragar los gastos de los estudios en el extranjero de su hija Andrea: «¿Cómo no le va a pagar los estudios? Si no se los paga, le pagará la manuntención, yo qué sé. No me puedo meter, me encuentro entre la espada y la pared. Ella es mi nieta, él es mayor de edad, tiene su casa, su mujer y sus hijos. Jesús habla con su hija, digan lo que digan, que lo aclaren entre ellos. Yo no soy quién».

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