Televisión

Mario Casas protagoniza su visita más incómoda en ‘El Hormiguero’

El próximo viernes estrena su última película, ‘El fotógrafo de Mauthausen’

Mario Casas
Mario Casas ha estado en El Hormiguero 17 veces / Gtres
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Doce años después de saltar a la fama de la mano de ‘SMS’, Mario Casas sigue siendo uno de los actores más españoles más deseados. Por eso, cada vez que visita ‘El Hormiguero’ su legión de fans acude a plató y disfruta de la entrevista pegada a la pequeña pantalla. La pasada noche volvía a ser su turno y regresaba al programa presentado por Pablo Motos para hablar sobre su última película, ‘El fotógrafo de Mauthausen’, en la que da vida al catalán Francesc Boix, prisionero de un campo de concentración que fotografió los horrores con su cámara, consiguiendo numerosas instantáneas que sirvieron de prueba durante los Juicios de Núremberg.

Una visita a priori de lo más cordial -era la 17ª vez que Mario y Pablo se veían las caras en el programa- que terminó cubierta por una pátina de incomodidad por parte del actor. Como es habitual siempre que acude un actor, el presentador le pidió a Casas que le contara de qué trata su último filme. “Yo pondría el tráiler, ¿para qué voy a contar las cosas dos veces? Es mejor que la gente lo vea, que es más interesante que escucharme a mí”, respondía el novio de Blanca Suárez para sorpresa de Pablo, que señalaba que no había conocido a nadie tan vago. “No es ser vago, es de ser práctico”, rebatía Mario, poco dispuesto a dar su mano a torcer y a gastar más saliva de la cuenta. Finalmente, se salió con la suya, aunque no sin que el valenciano mostrara su asombro: “Es la primera vez que le digo a alguien que me explique la película y me dice que le ponga el tráiler”.

Visto el tráiler, llegó el momento de hablar sobre la transformación física a la que se tuvo que someter y la tensión se rebajó un tanto. “Lo pasé muy mal. Estuve cuatro meses a dieta comiendo brócoli con claras por la mañana, algo de piña por la tarde y cenando pescado”, recordaba el protagonista de ‘Toro’, que también reconoció que se enganchó a los chicles, lo que le provocó un gran inconveniente. “El problema de los chicles… es que te vas de vareta”, contaba entre risas. Pero perder kilos no fue lo único que hizo para meterse en la piel de Boix, para hacer más real la transformación pidió al equipo de maquillaje que le pusiera prótesis para tener las orejas de soplillo. “¡Qué gilipollas sois los guapos!”, respondía Motos tras escuchar la confesión, volviendo a sembrar la incomodidad en plató.

Mario Casas

Mario Casas se puso prótesis en las orejas para parecerse más a Boix / Gtres

Un malestar que permaneció casi hasta que terminó el programa, con Mario negándose a contar el significado de algunos de sus tatuajes, “tampoco te voy a contar aquí mi vida”, contestó a Motos, y haciendo que en las redes sociales muchos se preguntaran qué le pasaba.

La velada acabó con menos diversión de la que se esperaba al principio y con un Mario más bien apático que no quiso despedirse de Pablo Motos como en otras ocasiones. “Muchas gracias, Mario Casas, me he divertido muchísimo contigo aquí…”, decía Motos, a lo que Casas respondía con un seco: “pues muy bien”.

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