La ruptura sentimental que sacude Podemos

Pablo Iglesias e Irene Montero: ¡no se puede!

Pablo Iglesias e Irene Montero
GALERÍA: Pablo Iglesias e Irene Montero, un amor entre escaños / Gtres
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Cuando su historia de amor con Tania Sánchez llegó a su fin Pablo Iglesias vio en las redes sociales la plataforma idónea para anunciar oficialmente la ruptura. La pareja siempre había evitado hacer declaraciones públicas sobre su idilio y huyeron de esa posibilidad remota que es hablar con naturalidad de sus sentimientos. Sin embargo, la magnitud mediática de su romance hacía inviable guardar silencio y un comunicado vía Facebook pidiendo privacidad se convirtió en la mejor opción. Entonces corría marzo de 2015 y ahora, dos años y medio después, otra ruptura vuelve a azotar el corazón de Iglesias aunque, en esta ocasión, no hay comunicado de por medio. Al menos, de momento.

Quizá sea porque la ruptura, según ha podido saber LOOK, no puede considerarse definitiva. La relación del líder de Podemos e Irene Montero atraviesa una profunda crisis que ya es vox pópuli entre sus compañeros de partido desde hace semanas. Su distanciamiento ya es evidente incluso para los que no comparten ideología con ellos y para los parlamentarios es un secreto a voces que los otrora tortolitos no atraviesan su mejor momento.

Pablo Iglesias

Pablo Iglesias e Irene Montero durante una sesión en el Congreso /Gtres

El entorno de Iglesias y Montero cierra filas jurándoles lealtad y prefiere no decir ni mú ante una situación que pasó de ser un rumor a ser hoy una realidad. “No vamos a decir ni una palabra”, espetan al respecto cuando se pronuncia la palabra ruptura. El silencio es la pauta marcada desde la cúpula de Podemos y mientras no esté claro si el amor se ha acabado o no para siempre no habrá comunicado, ni desmentidos ni anuncio oficial en redes sociales.

El beso furtivo

Para Pablo Iglesias y la portavoz de Podemos en el Congreso el verano ha resultado demoledor. Como le ocurre a miles de parejas, las vacaciones han causado estragos y ambos han decidido darse un tiempo para decidir si retoman o no su relación sentimental. Actualmente, muy lejos quedan los besos furtivos que se daban y que LOOK pudo captar en exclusiva el pasado mes de febrero.

A pesar de que ya habían celebrado su primer aniversario como pareja, su primer gesto de cariño no fue inmortalizado hasta hace seis meses, cuando una cámara de este digital los sorprendió besándose en un bar cercano al Círculo de Bellas Artes, el lugar en el que acababan de celebrar el congreso de su partido. Aquella tierna imagen evidenció que la relación entre ambos estaba más consolidada que nunca. Ya no importaban las miradas indiscretas ni las de sus compañeros de Podemos, ante quienes al principio se mostraban algo tensos cuando se hizo oficial su noviazgo.

Pablo Iglesias

La pareja, muy sonriente, entrando por separado en el Congreso /Gtres

Sarcasmo en la red

Y no era para menos. Iglesias comenzaba a intimar con su compañera meses después de romper con Tania Sánchez, también colega de partido. Tras su ruptura, su distanciamiento pasó de ser sentimental a ser también ideológico y más físico que nunca. Mientras Irene Montero pasaba a sentarse a la derecha de Pablo en el hemiciclo (al ser nombrada portavoz en Vistalegre), Tania pasaba a sentarse en una de las últimas filas escenificado una ruptura que ya lo era a todos los niveles. Ese ‘destierro’ del que hablaba la prensa entonces no pasó inadvertido para nadie como tampoco lo es que ahora pudiera ocurrir lo mismo con Montero. Las redes llevan días especulando al respecto y ya bromean con la posibilidad de que Irene deje la primera fila en el Congreso para acompañar a Tania.

Ya se sabe que en Twitter reina el sarcasmo y son pocos los que han podido resistirse a bromear con una cuestión, que, sin embargo, no es baladí. Podemos sufre una crisis aún en vías de resolver mientras su líder lo afronta con el corazón roto. A veces el amor lo puede todo. Otras no. No se puede.

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