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EXCLUSIVA: Habla el defensor judicial de Kiko Rivera en la herencia de Paquirri

Paquirri dejó escrito que ninguna de las madres actuara en nombre de sus hijos en el reparto de su herencia. El pequeño Francisco José no había cumplido un año cuando su padre murió. El abogado Ramón Calderón defendió sus intereses. 36 años después, Kiko Rivera lo cuestiona todo. Hablamos con el que fuera su defensor judicial en la partición de la herencia de Paquirri.

Kiko Rivera / GTRES
Kiko Rivera / GTRES

“Luchamos mucho para que no saliera perjudicado”, me explica el abogado Ramón Calderón. Muy amigo de Francisco Rivera ‘Paquirri’, el letrado fue designado como defensor judicial de Kiko Rivera en el reparto de la herencia tras la trágica muerte del diestro en la plaza de Pozoblanco en septiembre de 1984.

Ramón Calderón

En la dura entrevista que Kiko Rivera ha concedido a Mila Ximénez para la revista Lecturas, publicada este miércoles, el hijo menor de Paquirri pone en jaque la relación con su madre, Isabel Pantoja, y descubre lo que él siente como una falta continua de afecto y atención, además de declarar abiertamente sentirse perjudicado en el reparto de la herencia. “Yo no cedí Cantora a mi madre a sabiendas. Firmé lo que ella me pidió”, titula en portada el semanario que  se apunta un éxito con la exclusiva. Ramón Calderón, que defendió sus intereses cuando él aún era un bebé, me explica que las adjudicaciones, tras años de negociaciones muy difíciles, se realizaron de acuerdo con todos los herederos, horas antes de que se cumpliera el plazo legal. De no haberse conseguido el consenso, habrían tenido que ir a juicio.

Isabel Pantoja

Paquirri firmó su último testamento pocas horas antes de casarse con Isabel Pantoja en abril de 1983. Los herederos universales de su legado serían sus dos hijos mayores, habidos de su primer matrimonio con Carmen Ordóñez, Francisco y Cayetano, y el menor de los tres, Kiko, nacido de su unión con Isabel Pantoja. En su testamento, firmado ante un notario de Sevilla, Paco lega a su viuda, Isabel Pantoja, solo el usufructo de la mitad del tercio de libre disposición, más la cuota vidual legítima que se obtiene del tercio de mejora. Sin embargo, Isabel Pantoja inscribe en el registro de la propiedad el 52’40 de la finca Cantora. Es dueña de más de la mitad de la finca.

Mi pregunta es directa. ¿Fue decisión de Isabel conmutar el usufructo que le dejó su marido por acciones en propiedad de la finca? La respuesta de Calderón es rápida. No duda. “Fue una decisión de todos. Había unos albaceas  y un partidor contador. Yo representaba a Francisco, al pequeño, y Antonio Ordóñez a sus nietos, Francisco y Cayetano. Entre todos buscamos una solución. Tuvimos que hacerlo el último día después de 3 años de no llegar a un acuerdo con nadie. Lo que se hizo fue valorar el usufructo de la viuda, en función de unos años y de unas tablas establecidas y adjudicar. Paquirri había luchado mucho por la vida y murió luchando. Tenía, sobre todo, patrimonio inmobiliario, así que lo que se hizo fue  valorar Cantora y se le adjudicó al niño, dentro de los dos tercios que le correspondía, junto con su madre”.

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Insisto. ¿No sale perjudicado Kiko en el momento que se conmuta ese usufructo? Se le resta la mitad de la finca que le deja su padre. Esta segunda respuesta es aún más rápida. “No, su padre deja la finca a los herederos, no a él. No hay ningún perjuicio. Cada cual recibió la parte que le correspondía del patrimonio del que muere”.

El que fuera defensor judicial de Kiko en el reparto de la herencia y representante legal de Isabel Pantoja me detalla: “Ahora mismo, si él quisiera vender la parte de la finca que le corresponde podría hacerlo. Nadie está obligado a permanecer en indiviso”.  Le cuento que precisamente el problema ha surgido cuando el Dj le plantea a su madre vender Cantora para pagar cada uno sus deudas y salir adelante, y la cantante se niega. Pero, claro,obviamenteeso ya es un asunto de familia, no de testamento, y Calderón, muy correcto, no se pronuncia.

Pero mi mayor duda es que si Paquirri dispuso para ella el usufructo, que le permitía disfrutar de la finca hasta el fin de sus días sin necesidad de ostentar la propiedad, por qué Pantoja la conmuta por acciones y se queda con más de la mitad de la finca a su nombre, concretamente un  52’40 por ciento. Calderón vuelve a explicarse: “Cuando una persona es tan joven, es muy complicado recibir el uso y disfrute de bienes que no producen ningún disfrute. Eso está muy bien cuando una finca produce algo que tiene valor. Lo lógico es valorarlo. Es una decisión que tomaron los albaceas, nos pareció bien a todos. Lo acepta también Antonio Ordoñez. Es lo que se hace en cualquier herencia”.

Cantora

De acuerdo, le insisto, pero la decisión afecta solo a Kiko. Me llama la atención que la parte que le corresponde a Isabel sea mayor que la de Kiko, siendo heredero universal y ella solo usufructuaria. El abogado me asegura que los cálculos se realizaron valorando ese usufructo. Isabel era una mujer joven, 29 años recién cumplidos, y según la baremación oficial le correspondía mas del 50 por ciento. Esa es la explicación. “Él deja un legado y a partir de ahí, nombra unos albaceas para que cumplan con la función en la mejor manera posible, de la manera más justa y sin perjuicio para ninguno”. Me asegura que Antonio Ordóñez fue duro en las negociaciones, muy exigente y que defendió a sus nietos con carácter. “Luchamos mucho para que Kiko no saliera perjudicado”. Calderón  reitera que perjuicio no ha habido ninguno y que las cosas se hicieron correctamente.

Para terminar, le pregunto si cree que Kiko Rivera puede emprender alguna acción legal sobre la decisión que se tomó por él cuando era un niño de tres años y medio. Su última respuesta es también rotunda: “No; es una decisión sancionada por los albaceas y por el contador partidor. No ha sufrido ningún prejuicio. El valor que ahora tenga la finca, Kiko lo sigue manteniendo. Es el propietario de la mitad” (47,60 por ciento).

Isabel siempre apeló a la unión de sus dos hijos/Gtres

Estoy convencida de que Kiko sabe muy poco de todo esto. Su padre nombró a Calderón su defensor y su madre convino, junto a él y el resto de herederos, las decisiones tomadas y firmadas por todos el 24 de septiembre de 1987. No hay perjuicio legal. Otra cosa es si, como madre, moralmente…

Me quedó una pregunta a Ramón Calderón. Se la haré la próxima vez.

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