El jefe de Torra en el Ayuntamiento de Barcelona fue detenido por la trama de corrupción del 3%

Quim Torra
El president de la Generalitat, Quim Torra (Foto: EFE)

Antes de ganarse la vida escribiendo artículos racistas para alimentar el odio contra los españoles, el actual presidente de la Generalitat Quim Torra estuvo estrechamente vinculado durante cuatro años a la maquinaria de corrupción del 3% que financiaba al PDeCAT.

Entre 2011 y 2015, Quim Torra dirigió dos empresas municipales del Ayuntamiento de Barcelona por designación directa del entonces alcalde convergente Xavier Trias, quien hace escasos meses se ha visto obligado a reconocer que ocultaba su fortuna en una cuenta en Suiza controlada a través de una sociedad de las Islas Vírgenes.

Durante este período, Torra dirigió la empresa municipal Foment Ciutat Vella, dedicada a desarrollar actuaciones urbanísticas en este barrio de Barcelona. El presidente de la empresa municipal (y por tanto, superior inmediato de Quim Torra) era en aquel momento el teniente de alcalde de Urbanismo Antoni Vives, quien había sido secretario de la Generalitat durante el último mandato de Jordi Pujol.

Durante la llamada Operación Pika, Antoni Vives fue detenido por la Guardia Civil en febrero de 2017 por su implicación en la trama de cobro de comisiones ilegales del 3%. En la misma operación fueron detenidos el ex gerente del Ayuntamiento de Barcelona Constantí Serrallonga, el presidente del Puerto de Barcelona Sixte Cambra y el ex portavoz de Convergencia Francesc Sánchez.

Antoni Vives
El ex concejal de Urbanismo de Barcelona Antoni Vives, que era el inmediato superior de Quim Torra en el Ayuntamiento (Foto: EFE).

La investigación realizada por la Guardia Civil, respaldada por escuchas telefónicas, señala que el jefe de Quim Torra adjudicó varias obras del Ayuntamiento de Barcelona a cambio de comisiones del 3% para el PDeCAT. Entre ellas, la construcción del túnel bajo la plaza de Las Glorias, que fue adjudicada por 170 millones de euros a una UTE formada por Comsa, Copisa y Rogasa. Se trata de tres de las constructoras que financiaban ilegalmente al partido de Carles Puigdemont y Quim Torra.

Siempre según los informes elaborados por la Guardia Civil, Antoni Vives era uno de los responsables políticos encargados de garantizar que estos contratos públicos se adjudicaran a las empresas que pagaban comisiones ilegales.

Por estos hechos, el juez de la Audiencia Nacional José de la Mata acaba de citar a declarar al que fuera jefe de Quim Torra en el Ayuntamiento de Barcelona, Antoni Vives, imputado por los delitos de prevaricación, cohecho, malversación, fraude, falsedad y tráfico de influencias, entre otros.

La actual alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, también ha denunciado ante la Fiscalía Anticorrupción presuntas irregularidades cometidas por Antoni Vives en otro organismo público del Ayuntamiento, la Agencia Barcelona Regional. Este organismo adjudicó cuatro contratos públicos a la consultora Entorn, de Pere Pujol Ferrusola y la familia Vilarrubí.

La «zona cero» de Cataluña

Por su parte, la Oficina Antifraude de Cataluña también apuntó al presunto pago de comisiones ilegales en otro proyecto impulsado por el antiguo jefe de Quim Torra, Antoni Vives: la recalificación urbanística de la Marina Port Vell para convertirla en una zona de amarre de yates de lujo. Un proyecto que la propia Ada Colau ha presentado como el máximo exponente de la corrupción urbanística en la etapa del alcalde Xavier Trias.

El alcalde Trias también colocó al actual presidente de la Generalitat, Quim Torra, como director del Born Centre Cultural, donde gastó 84 millones de euros para exponer los restos arqueológicos hallados de la Barcelona del siglo XVIII.

Quim Torra presentó este centro cultural como la «zona cero» de Cataluña, trazando así un paralelismo entre la ocupación de Barcelona por las tropas borbónicas durante la Guerra de Secesión y los atentados del 11S perpetrados por Al Qaeda.

Como director del Born Centre Cultural, Quim Torra fue uno de los principales impulsores de los fastos del Tricentenario de 1714, cuyo objetivo fue utilizar el episodio histórico de la Guerra de Sucesión para alimentar el memorial de agravios y el mito de la opresión de España sobre los catalanes. De hecho, el acto central del Tricentenario fue un simposio de historiadores independentistas organizado con dinero público y titulado España contra Cataluña.

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