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La Comunidad envió un emisario a Eroski para verificar el robo de Cifuentes 3 meses después

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Ignacio González, Esperanza Aguirre y Cristina Cifuentes. | Última hora Cristina Cifuentes.

La cúpula de la Comunidad de Madrid conoció de primera mano el robo de Cristina Cifuentes en el híper Eroski de Vallecas pocas semanas después de producirse el incidente. La información les llegó a través de los servicios de Seguridad de la Asamblea de Madrid, dirigidos por Fernando Rivera, que fue informado por la Comisaría del Puente de Vallecas.

Según las fuentes consultadas por OKDIARIO, tres meses después del hurto un destacado miembro del operativo de escoltas de la entonces presidenta madrileña Esperanza Aguirre se personó en las instalaciones de la cadena vasca para cerciorarse de la veracidad de los rumores que habían llegado al edificio de la Puerta del Sol.

Durante su visita, pudo confirmar y conocer todos los detalles de lo sucedido. Una información que trasladó luego a sus superiores políticos. OKDIARIO ha intentado contrastar estos extremos con el antiguo escolta de Esperanza Aguirre que realizó esta investigación interna, quien se ha negado por completo a responder cualquier pregunta al respecto.

Como desveló OKDIARIO, Cristina Cifuentes fue retenida el 4 de mayo de 2001 durante unos 45 minutos por los vigilantes de seguridad del supermercado Eroski, situado a unos cien metros de la Asamblea de Madrid, en la que la diputada popular ocupaba entonces el cargo de vicepresidenta primera. Dos agentes de la Policía Nacional, que acudieron al híper porque Cifuentes se negaba a pagar, levantaron después un acta en la que se recogía el incidente que quedó archivada en la Comisaría de Puente de Vallecas.

Preocupaba la «vulnerabilidad» de Cifuentes

Una persona del entorno de la ex presidenta de la Comunidad de Madrid aseguró ayer a OKDIARIO que es poco probable que Esperanza Aguirre hubiera recibido información sobre el hurto de Cifuentes en el súper de Vallecas. La versión del ex colaborador de Aguirre, que fue presidenta entre 2003 y 2012, es creíble porque en aquel año de 2011 le tocó vivir su enfermedad de cáncer con cirugía y radioterapia incluida.

Otras fuentes próximas aseguran que podría haber sido otro alto cargo de la Comunidad el que utilizara los servicios del escolta porque la lideresa jamás hablaba ni daba instrucciones a sus policías de seguridad. «La presidenta ni siquiera conocía el nombre del policía que se responsabilizaba de su protección, me cuesta creer que le encargara una tarea tan delicada», señalan las mismas fuentes.

Otra de las versiones del entorno de Aguirre es que el policía pudo actuar por su propia cuenta tras conocer los hechos que colocaban a Cifuentes en una situación de debilidad. «O que el encargo partiera de otro responsable de la Comunidad», según un ex alto cargo del gobierno madrileño.

Según fuentes de la Seguridad de la Asamblea de Madrid -entonces la responsable de la protección de Cifuentes- la visita a Eroski se produjo porque existía cierta preocupación entre la cúpula madrileña del PP por la extrema vulnerabilidad de la ya presidenta dimitida si llegaba el momento de promocionarla a un cargo de mayor responsabilidad.

Pidió a Aguirre que la nombrara consejera

En aquella época, el jefe de los escoltas de Aguirre era un subinspector de la Policía Nacional en excedencia, Fernando R.M., quien luego fue nombrado por Ignacio González jefe de seguridad de la sede de la Presidencia de la Comunidad, en la Puerta del Sol. Y ha continuado en el mismo cargo durante la etapa de Cristina Cifuentes como presidenta.

Como ha informado OKDIARIO, el robo de las cremas Olay se produjo tan sólo 35 horas antes del arranque de la campaña de las elecciones autonómicas del 22 de mayo de 2011. Tras aquellos comicios, en los que el PP de Madrid obtuvo una mayoría absoluta arrolladora de 72 escaños, Cristina Cifuentes pidió a la Esperanza Aguirre que la nombrara consejera en su gobierno regional.

Llevaba ya 20 años como diputada autonómica y seis como vicepresidenta de la Asamblea de Madrid, por lo que consideraba que se había ganado a pulso un papel más activo en la política regional. Sin embargo, Aguirre rechazó sus pretensiones. Según las fuentes consultadas por este diario, en aquel momento ya habían llegado a oídos de la lideresa insistentes rumores sobre las sombras en la trayectoria personal de Cifuentes.

Tras el no de Esperanza Aguirre, Cristina Cifuentes comenzó a intensificar sus contactos con la dirección nacional del PP. Y en ese momento llegó el 29 julio de 2011, cuando el entonces presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero anunció su intención de anticipar las elecciones generales al 20 de noviembre sin agotar su segunda legislatura en el Gobierno.

Aguirre consiguió «quitársela de encima»

Fue entonces cuando la diputada autonómica se postuló para ser candidata al Congreso de los Diputados y, gracias al apoyo de María Dolores de Cospedal, logró entrar en la lista confeccionada por Génova. Esperanza Aguirre no puso ningún impedimento porque era la mejor las fórmula «para quitársela de encima», según las palabras literales de un ex alto cargo de la Comunidad de Madrid.

Cifuentes logró que la incluyeran en la lista por Madrid pero no en el puesto que ella quería. Del 11, que era su pretensión, pasó al 22, entre Roberto Soravilla y Esteban Parro. El PP ganó las elecciones pero no obtuvo los votos necesarios en Madrid para que Cifuentes obtuviera el acta de congresista.

Pero, una vez formado el Ejecutivo de Rajoy, recibió el premio de delegada de Gobierno en Madrid. En esa ocasión sin la anuencia de la entonces presidenta de la Comunidad Esperanza Aguirre, que no la apoyó para ese ascenso. El Consejo de Ministros en su reunión del viernes 13 de de enero nombró a Cifuentes delegada del Gobierno de Madrid. La orden apareció publicada en el BOE el día 14.

Dos días después, Cifuentes ocupaba el despacho de la calle Miguel Ángel de Madrid, sede de la Delegación. Habían transcurrido ocho meses desde el incidente del hurto en el supermercado Eroski. Tras las averiguaciones de los policías de la Comunidad y de la Asamblea, lo que hasta entonces era un simple rumor se convertía en una preocupación que encendía las alarmas en un reducido número de dirigentes del PP, siempre encuadrados en el área de Sol.

Se rodeó de mandos policiales

Ni La Moncloa ni Génova tenían conocimiento de los antecedentes de Cifuentes hasta la publicación del vídeo en OKDIARIO. Rajoy se enteró a primeras horas de la mañana del miércoles y obligó a Cifuentes a que presentara su dimisión.

Los controles sobre el pasado de la candidata Cifuentes -elecciones generales, Delegación del Gobierno y Presidencia de la Comunidad- fallaron en el Partido Popular, sobre todo cuando era manifiesto que la dirección de Madrid había sido informada del robo de los dos botes de crema en Eroski.

Ya como presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes se rodeó de antiguos colaboradores policiales de su etapa de delegada del Gobierno, con quienes mantenía una estrecha relación profesional. Entre ellos, el sucesor de Manuel Rodríguez San Román al frente de la Comisaría de Puente de Vallecas –donde acabó el expediente del hurto del Eroski–, el comisario Manuel Soto Seoane, que en agosto de 2017 fue nombrado por el Ministerio de Interior a petición de la presidenta madrileña jefe de la Unidad de Cooperación del Cuerpo Nacional de Policía adscrita a la Comunidad.

Al día siguiente de convertirse en delegada del Gobierno, Cifuentes escribió uno de sus primeros tuits comprometiéndose a «garantizar el respeto a la ley».

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