QUINCE EVIDENCIAS QUE DESTROZAN LA TESIS CONSPIRANOICA DE PUIGDEMONT

Los Mossos sabían que el cerebro de la masacre de Barcelona era confidente del CNI

Satty
El imán de Ripoll, Abdelbaki Es Satty, y el terrorista Younes Abouyaaqoub, que conducía la furgoneta de Las Ramblas.
Manuel Cerdán

Los Mossos conocían de antemano, antes de la masacre de Barcelona, que Abdelbaki Es Satty, el cerebro de la matanza de La Rambla, había sido captado como confidente por el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) en 2014.

El ciudadano marroquí, de 37 años, casado y con cuatro hijos, que estaba a punto de culminar su condena de cuatro años en la cárcel castellonense del Albocàsser por tráfico de hachís, logró la residencia en España en marzo de 2015 a cambio de colaborar con los servicios secretos, que habían desatado una dura batalla contra el terrorismo yihadista.

En esas fechas los Mossos culminaban así mismo la conocida como operación Caronte, codo con codo con el CNI, contra una célula yihadista de Tarrasa, de la que OKDIARIO ha informado profusamente. En esa misión los servicios secretos no tuvieron ningún problema en compartir con la policía autonómica otros confidentes que habían contratado antes de la captación de Es Satty.

Los Mossos conocían los antecedentes como traficante de drogas y yihadista de quien más tarde se convertiría en imán de Ripoll y jamás lo sometió a una vigilancia ni a un control rutinario. La Comisaría de Información de la policía catalana estaba entonces dirigida por Josep Lluis Trapero, el hombre de confianza de la Generalitat que Puigdemont convirtió en el Mayor de la policía autonómica.

Fuentes del CNI y de la Audiencia Nacional manifestaron a OKDIARIO que la dirección de los Mossos conocía el doble juego del imán salafista y que llegaron a beneficiarse de la información facilitada por él sobre redes yihadistas y predicadores de las mezquitas más extremistas.

El ex presidente Carles Puigdemont ha asegurado desde Bruselas que la «deslealtad» del CNI habría impedido el atentado y los 14 muertos del atentado de las Ramblas. Su locura golpista le llevaba a mantener que las relaciones entre el imán y el CNI planteaba muchas preguntas que, según él, creaban «muchas desconfianzas en el sistema de seguridad español».

Las ansias de Puigdemont por perjudicar al CNI y al Estado español le obligaba a decir que ya desde agosto él «olía» los contactos del CNI con el Imán de Ripoll, pero que no se atrevió a denunciarlo públicamente por falta de pruebas. ¿Se trataba de una más de las boutades del ex presidente golpista o Trapero le había informado de los intringulis de las relaciones inconfesables del CNI con los Mossos?

Sin embargo, tras el atentado de Barcelona, quienes quedaron en evidencia fueron los Mossos del mayor Trapero, cuya actuación fue realmente intrigante e impostora. Tres meses después siguen planteándose muchas preguntas sin respuestas sobre el comportamiento de Puigdemont y su brazo policial. Todo ello convierte al Gobierno de la Generalitat como el gran mago del enredo y la falacia. OKDIARIO ha elaborado la lista de una quincena de mentiras y deslealtades de los Mossos que sí suscitan la desconfianza sobre su versión a cerca de la segunda mayor matanza terrorista en Cataluña.

Las 15 evidencias de las mentiras de Puigdemont

  1. Ocultan la alarma de EEUU

    Antes del atentado, el 25 de mayo el Gobierno norteamericano alertó a la Generalitat sobre el riesgo de que el Daesh preparaba para agosto un atentado en una zona turística de Barcelona, señalando a la Rambla como uno de los objetivos potenciales. La información procedía de la National Counterterrorism Center (NCTC), la agencia equivalente al CITCO español que coordina en materia de información antiyihadista a la CIA, al FBI, la NSA y otros departamentos de inteligencia estadounidenses.

    La Generalitat, tras el atentado, ocultó el aviso y tuvo que dar la cara, más tarde, porque un diario catalán publicó la alerta. El propio Puigdemont le había contado a un editor periodístico la existencia de la alarma antes del verano.

    El 21 de agosto, cuatro días después de la matanza, como la Generalitat sometía al atentado a un apagón informativo y ocultaba la existencia del aviso de Washington, la NCTC informó directamente al CITCO por medio de un documento secreto.

    El juez de la Audiencia Nacional, Fernando Andreu, que se había hecho cargo del caso el mismo día de la masacre, nunca fue informado ni por los Mossos ni por la Consejería de Interior del aviso americano.

  2. Sin alarma y sin bolardos

    El silencio de Puigdemont y la Generalitat sobre la alarma estadounidense evitó la colocación de bolardos protectores en las Ramblas, como ya se habían instalado en ciudades como Madrid, Berlín, París o Londres. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, practicó la política de oídos sordos cuando se lo recomendó el Ministerio del Interior. Posiblemente, si la advertencia hubiera llegado desde los Mossos su respuesta habría sido muy diferente, como se pudo comprobar después en otro tipo de relaciones.

  3. La explosión de Alcanar

    Tras saltar por los aires el chalé de Alcanar (Tarragona), a última hora de la noche del 16 de agosto, donde residía la célula yihadista, los Mossos insistieron ante la jueza de Amposta que la explosión se debía a los productos de un laboratorio de drogas. A la juez aquello no le cuadró y mucho menos la versión de la policía autonómica, sobre todo cuando vio desperdigadas entre los cascotes las más de 100 bombonas de butano. Para la elaboración de estupefacientes se utiliza la acetona pero no el gas comprimido en los envases metálicos.

    Los Mossos negaron la intervención de los Tedax de la Guardia Civil y la colaboración de otras fuerzas policiales. Toda hacía pensar que pretendían ocultar algo. El entuerto se deshizo hasta después de la masacre, cuando en la noche del 17 de agosto los agentes encontraron en una furgoneta el pasaporte del autor material del atentado.

  4. Residencia de lujo para terroristas

    La célula yihadista, formada por 12 terroristas residió entre medio y un año en el chalé residencial de Alcanar, propiedad de una entidad bancaria. Los islamistas radicales entraban y salían de la vivienda con total impunidad y se alojaban en ella como okupas, sin alquiler ni permiso de los propietarios. Según los vecinos era un trasiego de entrada y salidas. Y en todo ese tiempo jamás fueron incordiados ni visitados por los Mossos. Nada entendible, al menos que no dieran cobertura al infiltrado Imán de Ripoll.

  5. Butano para demasiadas paellas

    Los terroristas lograron acumular en el chalé de Alcanar más de 100 bombonas de butanos de las que se usan para cocinar o elaborar paellas en el campo. Se trata de otra de las circunstancias inexplicables en torno al atentado, que nadie de la policía catalana se preocupara por el uso desmesurado de gas. Nuevamente aparece el fantasma de Es Satty y su infiltración.

  6. Cuatro minutos con el asesino

    Otra de las grandes lagunas de la investigación: la llamada desde un teléfono de los Mossos al autor de la masacre cuando circulaba por la circunvalación de Barcelona dos horas antes del atentado. Los Mossos dan la versión oficial de que se pusieron en contacto con él para comunicarle que su coche estaba aparcado en la entrada del chalé que había explosionado. Pero es poco entendible porque para tal aviso el interlocutor de los Mossos no necesitaba conversar con el terrorista hasta 4 minutos. Tras las dudas, surge una pregunta de las que le gusta plantear a Puigdemont: ¿Habría cometido el yihadista esa tarde la matanza en las Ramblas si no hubiera sido alertado por el agente de los Mossos?

  7. Acribillado a tiros

    Nunca conoceremos lo que maquinaba el autor de la matanza en esas dos horas antes del atentado porque Younes Abouyaaqoub fue abatido a tiros por los Mossos cuando le dieron el alto en plena fuga. La versión oficial es que llevaba un cinturón con explosivos que pretendía accionar, que luego resultó falso.

    La Policía sospecha de que Younes Abouyaaqoub, el terrorista de 22 años que atropelló y asesinó a 14 personas, formara también parte de la lista de confidentes de la policía autónoma catalana.

  8. Puigdemont ordena el apagón informativo

    Los Mossos, tras los atentados en Barcelona y Cambrils, se esforzaron por cerrar el operativo antiyihadista, de manera sorprendente, en un tiempo récord. A los pocos días de la matanza la Generalitat ya daban por concluida oficialmente la desarticulación de la célula del imán de Ripoll, que había fallecido en la explosión del chalé de Alcanar, en Tarragona. Todo hacía indicar que la policía autonómica tenía prisa por cerrar el expediente, como si temieran sorpresas en la investigación que sigue abierta en el Juzgado Central de Instrucción número 2 de la Audiencia Nacional. En pro del proceso secesionista Puigdemont ordenó un apagón informativo sobre la masacre.

  9. El imán en los ficheros de los Mossos

    Es Satty figuraba en los ficheros de los Mossos como un traficante de hachís y como yihadista, pero esos antecedentes nunca apremiaron a los Mossos a someterle a algún seguimiento. Nadie entiende la impunidad con la que se movía el imán. Es Satty viajó a Francia, Marruecos y Bélgica con absoluta libertad hasta unos días en que se produjo la explosión en el chalé de Alcanar. Incluso, el imán se permitió el lujo de desplazarse a Bruselas en busca de trabajo. Pero fue expulsado, a comienzo de 2016, por las autoridades belgas cuando se enteraron de sus antecedentes por tráfico de drogas.

  10. Imán con antecedentes de narco

    Es Satty fue nombrado imán de Ripoll, de la comunidad Annour, sin tener en cuenta sus antecedentes como narcotraficante y violento salafista. Los líderes de la comunidad musulmana en Cataluña tienen la obligación de comunicar a las autoridades de la Generalitat de Afers Religiosos los nombres de los imanes que predican y dirigen los rezos en las mezquitas, pero desde el Gobierno de Puigdemont nadie reaccionó en contra.

    Tampoco fue detectado por los Mossos cuando comenzó a captar a la mayoría de los miembros de la célula terrorista que perpetró el atentado en la Rambla de Barcelona. Todo ello sin presencia policial y sin ser en ningún momento incomodado por sus antecedentes.

    En cambio, de manera inconcebible, sorprende que el CNI filtrara al diario El País la informción de que «los indicios apuntan a que los Mossos eran los únicos que no lo tenían fichado, pese a ejercer como imán de Ripoll y tener antecedentes penales».

  11. En la manada de la Operación Chacal

    Los Mossos tampoco tomaron en consideración la aparición de Es Satty en la lista de investigados de la Operación Chacal en Vilanova i la Geltrú, donde residió unos años.

    En aquellas fechas, el imán de Ripoll, que llevaba tres años viviendo en Cataluña, estaba vinculado, junto con su primo, a una célula terrorista que tenía su base en Vilanova y la Geltrú. El grupo estaba dirigido por Mohamed Mrabet, considerado por los investigadores internacionales como el hombre de Ansar Al Islam y del Grupo Islámico Combatiente Marroquí en España, organizaciones fundamentalistas conectadas con Al Qaeda.

    El imán de Ripoll, aunque su nombre aparecía en las intervenciones telefónicas como uno de los interlocutores de Mrabet con quien también realizó varios viajes fuera de Cataluña, nunca fue procesado por la Audiencia Nacional por falta de pruebas.

  12. La compra de 500 litros de acetona

    Los autores del atentado de Barcelona y Cambrils lograron comprar con gran facilidad más de 500 litros de acetona sin que los Mossos lo detectaran y  lo impidieran. La acetona es un producto que está incluido en la lista de precursores químicos de la categoría 2 sometidos a un control especial por parte de las Fuerzas de Seguridad. Y, en Cataluña, la supervisión de la compra de grandes cantidades de ese líquido es competencia de los Mossos. La compra de acetona está sometida a esa vigilancia porque es utilizada por los grupos de narcotráfico para la elaboración de sustancias estupefacientes, pero ni así hicieron un seguimiento de la célula de Es Satty.

    Con la acetona los terroristas pretendían fabricar el explosivo conocido como «la madre de Satán» -peróxido de acetona-, que posee una gran potencia destructiva.

  13. Unas células controladas, otras no

    Según un infiltrado de la Policía en la red Caronte, los Mossos con la ayuda del CNI, habían puesto en marcha “un proyecto de creación de una asociación islámica denominada ‘Fraternidad Islámica’ con el objetivo de hacerla servir como pantalla de una célula dedicada a la captación de militantes yihadistas”.

    Así mismo se había puesto en marcha un supuesto plan “para secuestrar a una empleada del Banco de Sabadell que podría ser de ascendencia judía” y otro para “atentar con explosivos contra una empresa editorial judía y una sinagoga, radicadas en Barcelona”. Nada de ello ocurrió. Todo era un montaje para captar adeptos yihadistas y después detenerlos.

    Cuando se realiza la gran redada de la Operación Caronte y que acabó con una decena de yihadistas en la cárcel, salta la liebre: todos los arrestados pertenecían a la denominada ‘Fraternidad Islámica’, el mismo grupo que había sido organizado por los Mossos y el CNI.

  14. Prioridad para las urnas

    Mientras los yihadistas preparaban el atentado en el chalet de Alcanar los expertos antiterroristas y de los servicios de información de los Mossos estaban más preocupados en buscar la fórmula para introducir en España 10.000 urnas para el referéndum del 1-O que andar liados en investigar a células yihadistas que creían controladas. Así se deprende de un documento que publicó OKDIARIO.

    Finalmente, las 10.000 fueron compradas desde Francia a un fabricante chino con sede en Hong Kong, Smart Dragon Ballot Expert. Luego fueron introducidas, poco a poco, desde la frontera con la ayuda de los Mossos.

  15. Vacaciones en Bélgica

    El cerebro de la célula yihadista, Es Satty, tuvo la oportunidad de  residir de forma estable en Vilvoorde entre enero y marzo del 2016. Vilvoorde está considerada una de las ciudades clave en la formación de yihadistas en Europa. Pero le salió mal el plan, ya que fue expulsado a España por la policía belga.

    Antes los habían intentado en la mezquita de Diegem pero fue apartado por los mismos antecedentes.

    De regreso a Ripoll, el imán salafista ya empezó a maquinar un atentado de gran magnitud en Cataluña. La Consejería de Interior catalana no ha desvelado si, tras la expulsión de Bélgica, fue informada de los movimientos de Es Satty en una de las ciudades belgas que, junto con el barrio Molenbeek de Bruselas, es la que más yihadistas ha proporcionado a la causa del Daesh. Se trata de los conocidos como foreign fighter, jóvenes musulmanes europeos que se alistaron en el ejército del ISIS para combatir en Siria e Irak.

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