El CNI mantiene públicamente que quien tenía que controlar a su yihadista confidente era la Policía

El CNI mantiene públicamente que quien tenía que controlar a su yihadista confidente era la Policía
Sede del CNI en Madrid. (Foto: EFE)
Manuel Cerdán

El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) insiste en la información filtrada a varios medios de comunicación que la responsabilidad de mantener controlado al imán de Ripoll, el cerebro de la masacre de Barcelona, no era competencia de los servicios secretos sino de los Cuerpos y Fuerzas de la Seguridad del Estado.

El CNI asegura, a través de las páginas de un periódico, que Aldelbaki Es Satty, el jefe de la célula yihadista que cometió en agosto los atentados de Barcelona y Cambrils, estaba fichado por la Policía desde 2002 y había sido investigado en una operación antiterrorista antes de que ingresara en prisión por un delito de tráficos de drogas.

Los servicios secretos reconocen sus relaciones con el imán terrorista, que ordenó la matanza de Barcelona, pero sólo la circunscriben al tiempo en que estuvo recluido en la cárcel de Castellón hasta abril de 2015. De esa manera, el CNI admite las revelaciones de OKDIARIO sobre la condición de confidente del imán de Ripoll.

Abdelbaki Es Satty era en 2014, cuando fue captado por el CNI, un objetivo ideal para infiltrar en las redes yihadistas. Primero, para informar desde la prisión habitada por decenas de radicales islamistas y después, cuando recobrara la libertad, para infiltrarse en las mezquitas más extremistas.

En los cuatro años que pasó en prisión conoció a Rachid Aglif, un salafista de la corriente más violenta de los takfir, que cumplía condena en Castellón por el atentado del 11-M. Aglif logró adoctrinar a su discípulo a quien radicalizó en la corriente más violenta del Islam. Posiblemente, Es Satty ya salió de la cárcel preparado para interpretar un papel de doble juego. Trabajar para la Yihad mientras sus controladores del CNI estaban convencidos de que era un fiel colaborador.

El CNI afirma que no era un desconocido para la Policía

Pero aquellos antecedentes más su inclusión en una lista de terrorista, desde hacía 10 años, durante la Operación Chacal en Vilanova i la Geltrú, donde él residía, no impidieron que lograra un permiso de residencia en España, algo totalmente inviable para las personas que han sido condenadas por tráfico de drogas. Los investigadores de la Audiencia Nacional están convencidos de que fue en ese proceso cuando el CNI logró captar al imán marroquí.

Sin embargo, en la información filtrada por La Casa, como se conoce a los servicios secretos, se señalaba que Es Satty “no era un desconocido para las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado”. Y se insistía: “Aparte de haber sido investigado en la operación Chacal, fue confidente del CNI al menos durante su estancia en la prisión de Castellón, donde ingresó en 2010”.

Con toda esa información sesgada, los espías españoles pretenden desviar la responsabilidad de los controles sobre Es Satty a los agentes del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) “casi desde que llegó a España en 2002”, como recogía la noticia del diario de Prisa.

Según el CNI, el nombre del imán “ya apareció en la agenda de teléfono de alguno de los detenidos por los atentados del 11-M”, algo poco probable que no ha podido verificar este diario, y “fue investigado en la operación Chacal, aunque las intervenciones telefónicas que le hizo la policía no dieron frutos suficientes para imputarlo”.

La realidad fue que, como adelantó OKDIARIO, la Policía se equivocó y pinchó un teléfono que apenas utilizaba Es Satty cuando residía en Vilanova i la Geltrú, de ahí que los agentes no obtuvieron pruebas contra él. La operación Chacal contra una célula yihadista, a la que pertenecía el cerebro de la matanza de Barcelona, acabó en 2008 en una gran redada con la detención de varios terroristas que preparaban atentados. Pero el imán nunca fue procesado ni ingresó en prisión. La Policía antiterrorista le perdió la pista hasta que fue detenido por tráfico de hachís en 2010.

El CNI, en la información filtrada, afirma que “los indicios apuntan a que los Mossos eran los únicos que no lo tenían fichado, pese a ejercer como imán de Ripoll y tener antecedentes penales”.

La actuación de los Mossos, antes y después del atentado de Barcelona también dejó mucho que desear. Como informó en exclusiva OKDIARIO, un agente de la policía autonómica llamó al autor de la masacre de Barcelona, dos horas antes del atentado, y conversó con él por espacio de cuatro minutos. El contacto telefónico sirvió para alertar a los terroristas de que iban tras ellos.

Los Mossos se justificaron ante el juez de la Audiencia Nacional con la versión de que habían llamado al terrorista para informarle sobre un coche aparcado en la entrada del chalé de Alcanar. La vivienda explosionó, supuestamente de manera accidental, cuando los yihadistas preparaban unas bombas.

Así mismo, nadie entiende por qué los Mossos no actuaron diligentemente cuando se enteraron por los dirigentes de la comunidad musulmana que Es Satty había sido nombrado imán de Ripoll, sin tenerse en cuenta sus antecedentes como narcotraficante y como uno de los yihadistas de la operación Chacal.

Lo último en Investigación

Últimas noticias