OKDIARIO DESVELA EL DOCUMENTO SESGADO QUE FABRICARON PARA PUIGDEMONT

Un antisemita y un acosador sexual entre los observadores del Govern que hablan de «represión»

Alfred de Zayas
El "experto independiente" de la ONU Alfred de Zayas.
Manuel Cerdán

“Un referéndum desarrollado de manera exitosa, con arreglo a la legislación vigente del Reino de España, amenazado y obstruido por agentes externos”.

“La demostración del ánimo de los catalanes en lo que respecta el derecho al voto y al proceso democrático de la nación de Cataluña, pero con la vulneración por parte del Gobierno español de los derechos humanos y las libertades civiles”.

“La anuencia de la Generalitat para negociar con España de manera legal y amigable el futuro institucional de Cataluña. Y con la lamentable respuesta de la Unión Europea, la Comisión Europea y otros organismos internacional para facilitar y conseguir una solución aceptable para ambas partes”.

Así de contundente y persuasivo se pronuncia la autodenominada Delegación Parlamentaria Internacional en el Referéndum de Autodeterminación de Cataluña en sus conclusiones sobre el 1-O, que el órgano colectivo redactó y entregó al presidente Puigdemont tras la consulta ilegal y sin un mínimo de garantías.

El documento de la impostura

OKDIARIO ha tenido acceso, en exclusiva, al documento de la delegación formada por más de 30 observadores internacionales que fueron contratados por Diplocat, un departamento del Gobierno catalán controlado por Raúl Romeva. Entre ellos destacan personajes como el holandés Daan Evarts, patrocinado por la ong internacional The Hague Center for Strategic Studios (HCSS) de la Haya que, junto con la organización Open Society Foundation de George Soros, lideran el apoyo al independentismo catalán.

Entre los observadores elegidos por Diplocat y HCSS, como ya informó OKDIARIO, se encontraba el miembro de la Casa de los Lores, Chris Rennard, que fue acusado de abusos sexuales en 2013 y suspendido por el Partido Liberal Democrático británico.

Otro de los expertos internacionales era Alfred de Zayas, un antisemita negacionista del holocausto provocado por los nazis. Algo verdaderamente sorprendente porque asociaciones internacionales que apoyan a los independentistas de Puigdemont destacan algunas fundadas por judíos como George Soros.

Zayas además es un defensor de los regímenes totalitarios de Cuba y Venezuela y colaborador de la administración rusa de Putin.

Otro observador marcado por sus antecedentes era Josu Juaristi Abaunz, eurodiputado del partido proetarra Bildu y ex periodista de los diarios batasunos Egin y Gara. Lo acompañaba la también independentista, Lidia Senra, eurodiputada gallega representante de la Alternativa Galega de Esquerdas y ex militante del Bloque Nacionalista Galego.

La delegación, que se presentó ante la prensa internacional como un comité independiente y autónomo, recopila en dos folios una sarta de tergiversaciones y extravagancias que se alejan de la realidad de lo sucedido en Cataluña durante la jornada del 1-O.

Por ejemplo, la autodenominada Delegación Parlamentaria Internacional en el apartado de “conclusiones generales” afirma: “En lo que respecta a los colegio electorales, creemos que el proceso se preparó a fondo y con arreglo a la legislación vigente en el Reino de España”.

Seguidamente, manifiesta que “a pesar del respeto a la ley, las actividades en los colegios electorales fueron amenazadas y obstruidas por agentes externos que consistían en impedimentos electrónicos y físicos, incluyendo el uso de la fuerza por parte de la Policía Nacional española”.

La delegación de observadores internacionales, de quienes no aparecen sus nombres ni sus firmas a pie del documento, toma partido de manera descarada a favor de las proclamas y argumentos ilegales del Gobierno de Puigdemont. Mantiene que “el referéndum es la demostración del ánimo de los catalanes en lo que respecta al derecho al voto y al proceso democrático, lo que significa una exitosa movilización política de la nación de Cataluña”. Pero los expertos extranjeros con esa visión del proceso sólo otorgan voz y voto a los independentistas, olvidándose de la mayoría de la población catalana como la que se manifestó el domingo por las calles de Barcelona en defensa de la unidad.

Unas preferencias que los delatan

Los observadores contratados por la Generalitat no ocultan sus preferencias cuando aseguran: “El proceso democrático fue puesto en peligro, pero no destruido y los catalanes defendieron su derecho al voto con gran coraje y dignidad” o “aunque la Generalitat manifestó su ánimo de negociar con España de manera legal y amigable sobre el futuro institucional de Cataluña, por lo que lamentamos que el Gobierno español rechazara negociar con ellos”.

Y llegan a lo ofensivo cuando sobre el Gobierno de España afirman: “El uso de la fuerza por parte de la Policía Nacional fue brutal en algunas ocasiones, incumpliendo en muchos casos los derechos humanos y las libertades civiles”. Además insisten en que “el Gobierno español no debería haber recurrido a la violencia rompiendo así los principios básicos de los Derechos Humanos firmados y ratificados por el propio Reino de España” o “queremos destacar la violencia del Estado español que afectó a más de 800 personas”.

Una afirmación contundente sobre el número de heridos que, en ningún momento, justifican con documentos médicos o las personas ingresadas en ambulatorios u hospitales.

Pero, cuando los observadores se refieren a los organizadores de un referéndum ilegal, convierten la crítica en afabilidad señalando: “El proceso se desarrolló en una atmósfera pacífica, positiva y amistosa a pesar de las provocaciones” y “nos gustaría expresar nuestra admiración por el escrupuloso y profesional desempeño del personal de los colegios electorales a pesar de los significantes problemas y la gran presión que sufrieron”.

Observadores poco independientes

Los observadores, que se presentan como independientes y neutrales, adoptan conclusiones que sólo benefician a los independentistas de Puigdemont: “Nos gustaría que en el futuro cercano, el Gobierno español negociara con los catalanes” o “pedimos a las instituciones públicas de Cataluña observar el referéndum de autodeterminación”.

Finalmente, hacen un llamamiento a las autoridades europeas en la línea de los secesionistas que insisten en la mediación internacional: “Resulta lamentable que la Unión Europea, la Comisión Europea y otros organismos internacionales no hayan actuado de manera inmediata con el propósito de facilitar y conseguir una solución aceptable para ambas partes”.

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