La madre del yihadista español: «Vuestros hijos mueren de sobredosis y vuestras hijas son violadas»

Tomasa Pérez Mollejas
El portavoz español de Estado Islámico, Muhammad Yasin Ahram Pérez, junto a su madre, Tomasa Pérez.

El joven cordobés de 22 años que aparece en el último vídeo de Estado Islámico reivindicando los atentados de Barcelona, Muhammad Yasin Ahram Pérez, es hijo de una mujer andaluza conversa al Islam, Tomasa Pérez Mollejas, y de un yihadista que cumple condena en una cárcel de Marruecos.

El padre del joven español, Abdellah Ahram alias El Andalusí, cumple 12 años de condena en la cárcel de Salé, acusado de formar parte de un grupo yihadista liderado por Ansar al Medhi, que pretendía cometer atentados con explosivos en Marruecos.

Tras convertirse al Islam y huir de España con sus cinco hijos, Tomasa Pérez publicó en diciembre de 2014 una carta en un medio digital en la que explicó: «Me parece asombroso que digan que llevo a mis hijos a un país donde se decapita, parece ser  que estas cabezas hieren vuestra sensibilidad. Es más asombroso cómo tapan los ojos ante la imagen de niños mutilados y muertos, mujeres embarazadas que mueren antes de que sus hijos vean la luz (…), niños que van a la escuela y que nunca volverán a sus casas. Esto les parece natural, ¿dónde están vuestros derechos humanos y vuestra defensa de la mujer y los niños?».

En este escrito, Tomasa Pérez se mostraba indignada porque «presentan a mi hijo de 15 años como a un terrorista y me acusan de vender a mi hija de 11 años. Dejen de mentir sobre mi familia, mis hijos están educados bajo los pasos del profeta y la enseñanza del Corán. No sientan pena por ellos, cuando vuestros hijos mueren de sobredosis y vuestras hijas son violadas después de nifar (sic) cocaína, ellos son realmente los dignos de pena».

«Estoy harto de que me llamen moro»

La madre del yihadista español concluía su misiva invitando al «pueblo andaluz a que vuelva a sus orígenes, al Islam, que es la salvación de la humanidad. Dejen de luchar contra la realidad, el Califato es un estado organizado y se expande con rapidez y sus fronteras llegarán desde la luz a la oscuridad como dijo nuestro profeta».

Aunque nacida en Córdoba y de raíces españolas, Tomasa Pérez también aclaraba que decidió romper sus vínculos con España porque en este país «nunca me dejaron practicar mi religión libremente. Nunca me consideré española y nunca lo seré, los musulmanes no conocemos de nacionalidad. Tanto mi pasaporte como los de mis hijos están cortados y quemados. España tiene que dejar de atacar al Islam».

También su marido, el marroquí condenado por yihadismo Abdellah Ahram, publicó en julio de 2009 un escrito en el que se mostraba extraordinariamente molesto con los españoles. Según explicó, con 17 años viajó por primera vez a España, donde permaneció detenido durante 40 días en Valencia. Tras quedar en libertad, «me dirigía Córdoba, a la tierra de mis antepasados hace 500 años antes haber sido expulsados». Fue allí donde conoció a su mujer, Tomasa Pérez, con la que ha tenido cinco hijos.

«De mi paso por España sólo puedo contar que tanto mi mujer como yo hemos recibido discriminación por ser una pareja mixta», relató. Como en España le denegaron el permiso de residencia, decidió viajar con su familia a Suecia, «harto de recibir xenofobia y de ser llamado moro» en España.

«El servicio secreto español me seguía»

Al cabo de tres meses fue expulsado del país escandinavo, por lo que regresó a Marruecos, «donde empecé a practicar mi religión dejándome barba y vestimenta musulmana. Empecé a trabajar vendiendo hierbas medicinales, heredando los conocimientos de mi padre».

Sus problemas empezaron en 2006 cuando viajó a Asla (Marruecos) a entrevistarse con un «hombre especialista en plantas». En realidad se trataba del terrorista Ansar al Medhi, junto al que fue detenido y condenado a dos años de cárcel. Al salir de prisión, y pese al mal recuerdo que guardaba de España, decidió instalarse con su familia en Ceuta. Pero las autoridades españolas ya habían sido advertidas de su presencia.

«En ese momento empecé a sentirme seguido por el servicio secreto español, cada vez más cercado», relata Abdellah Ahram, «me ofrecieron trabajar con ellos pero tras mi negativa esperaron a que regresara a Marruecos para que las autoridades marroquíes hicieran el trabajo sucio».

El padre del portavoz español de Estado Islámico asegura que viajó a Marruecos para ver a su padre paralítico: «Tras recibir la noticia de mi encarcelación sufrió una embolia, mi madre a los pocos meses de mi libertad murió de un infarto».

«La Policía puso un GPS en mi coche»

Abdellah Ahram fue detenido, acusado de colaborar con el grupo terrorista de Ansar al Medhi que quería atentar en Marruecos con explosivos. «Entonces supe que la Policía española había colocado en GPS en mi coche. Me acusaron de terrorista especializado y de proyectos suicidas. Yo soy el cabeza de turco».

El padre del yihadista español firma con su nombre de guerra, Abu Yasin el Andalucí, la carta en la que concluye con una proclama: «Pido que se me haga justicia. El Islam es una religión de tolerancia, paz y respeto».

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