LOS PAPELES DE PODEMOS (10)

El jefe de redes de Podemos: «Somos iguales que la casta: nos han pillado y encima cerramos filas»

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Eduardo Fernández Rubiño, el día de las elecciones (Foto: Twitter)

Aunque jamás se atreverían a decirlo en voz alta, algunos responsables de Podemos se han rendido a la evidencia y de puertas a dentro lo admiten: «Somos iguales que la casta: nos han pillado y encima cerramos filas». Estas palabras están extraídas de un informe interno elaborado el 13 de febrero de 2015 por el responsable de redes sociales de Podemos, Eduardo Fernández Rubiño, que hoy es el diputado más joven de la Asamblea de Madrid.

El documento refleja el auténtico pánico que se había apoderado de la dirección de Podemos, ante la catarata de noticias sobre los casos de corrupción de este partido que habían comenzado a publicar los periódicos: la financiación procedente del Gobierno de Venezuela, el intento de Monedero de defraudar a Hacienda y las irregularidades de la beca de Íñigo Errejón en la Universidad de Málaga.

En su informe, Edu Rubiño realizó un diagnóstico lleno de honestidad sobre la situación de su partido en las redes: «El clima hostil que comentábamos en el anterior informe sigue empeorando. Nunca nos habíamos enfrentado a una situación tan grave. Los golpes llegan desde todas las franjas ideológicas (…) Nuestra propia gente nos pide explicaciones y acciones. Es ésta gente la que utiliza más habitualmente términos como decepción, pérdida de ilusión, no nos falléis…»

«Hay que deviar la atención»

El responsable de redes sociales constató que «no nos enfrentamos ya a una campaña troll de la derecha, sino a un sentimiento generalizado que dice fundamentalmente tres cosas: No damos explicaciones. No es una cuestión de si es legal o no, sino de falta de ética. Somos iguales que la casta: nos han pillado y encima cerramos filas y nos ocultamos».

Edu Rubiño constató las dificultades de su equipo para promocionar la actividad de Podemos en las redes sociales, en medio de un clima tan hostil, a tan sólo tres meses de las elecciones municipales y autonómicas de mayo de 2015.

En consecuencia, recomendó a los dirigentes del partido «desviar la atención», evitar enzarzarse en cualquier debate sobre corrupción porque podía tener un efecto bumerán y «reducir la actividad de la cuenta de Pablo Iglesias al mínimo» en Twitter y Facebook. En suma, esconderse hasta que hubiera pasado el temporal.

Rubiño constató en su informe que «esta situación nos está complicando enormemente la intervención en redes a nivel general. Cada vez que intentamos intervenir con cualquier tema recibimos una oleada de críticas. El marco corrupción, con el que podríamos haber sacado una enorme tajada esta semana debido a la Lista Falciani, se está volviendo impracticable».

 

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El informe del responsable de redes sociales de Podemos sobre los casos de corrupción del partido.

Gracias a la experiencia de Edu Rubiño como activista del 15M, Podemos había nacido mediante el impulso de las redes sociales, en las que se multiplicaban los vídeos y mensajes de Pablo Iglesias en el programa La Tuerka, y luego en las tertulias televisivas. Pero por primera vez, este medio daba la espalda al partido morado.

«Aumenta la intensidad de la corriente de opinión que insiste en la vinculación entre Podemos y Venezuela», relataba Rubiño en su informe, «esta situación nos está arrinconando discursivamente. Es cada vez más contraproducente la estrategia tipo #SuOdioNuestraSonrisa, la gente no quiere que le pidamos ejercicios de fe».

El hoy diputado autonómico de la Asamblea de Madrid admitía que no bastan cuatro consignas de marketing para cambiar este clima desfavorable, como pretende con frecuencia su partido. Porque, advertía, ya no es suficiente con atribuir las noticias de los medios de comunicación a «una campaña de ataques exagerados de la casta, ante un tema tan serio la gente espera que seamos humildes, nos expliquemos suficientemente y tomemos las decisiones oportunas».

Sus recomendaciones, llenas de sentido común, cayeron en saco roto. Edu Rubiño explicó que «la corrupción como marco se nos vuelve en contra en esta coyuntura». Podemos no estaba en situación de dar lecciones morales a nadie. Del mismo modo, añadió, «las cuestiones sociales siguen siendo buen terreno en el que golpear, pero la ausencia de propuestas y programa dificulta que seamos creíbles cuando usamos esta temática».

«No tenemos un discurso creíble»

Hablar de economía en las redes sociales tampoco era la solución, ya que «no tenemos discurso económico que nos permita dar credibilidad al resto de discursos. Es generalizado el Sí, esto está muy mal, pero vosotros no tenéis ninguna alternativa creíble. Estaríamos peor con vosotros».

Su diagnóstico, bastante honesto y acertado, refleja que se habían disparado todas las alarmas en la dirección de Podemos: los discursos de Pablo Iglesias sobre la corrupción se habían vuelto en su contra, mientras a su alrededor se multiplicaban las corruptelas y conductas irregulares de los principales líderes de su partido.

Para atajar esta situación, Rubiño aconsejó «no intervenir en las redes sociales, ni desde la cuenta de Pablo Iglesias, ni desde las cuentas corporativas, sobre el tema de Monedero (…) Es preferible reducir nuestra intervención en temas de corrupción temporalmente. Los días de mayor agitación es incluso recomendable reducir la actividad de la cuenta de PI al mínimo».

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Informe elaborado por Edu Rubiño sobre los casos de corrupción de Podemos.

Y resulta especialmente significativa la siguiente consigna: «El objetivo de los próximos días tiene que ser fundamentalmente desviar la atención». Para ello, aconsejaba realizar una «retransmisión intensiva de la gira de EEUU» (los tres días que Pablo Iglesias permaneció en Nueva York para lanzar un «mensaje de tranquilidad a Wall Street») y centrarse en la cobertura de la campaña autonómica de Andalucía.

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