La alcaldesa corrupta de La Muela presumía de tener «hilo directo» con el juez Garzón

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La ex alcaldesa corrupta de La Muela, Mariví Pinilla, presumía de sus excelentes contactos en el mundo de la judicatura y de tener «hilo directo» con el juez Baltasar Garzón. Hasta el punto de que ofreció esta influencia a un amigo que era médico forense, para que pudiera convertirse en magistrado por mediación del Gobierno de Rodríguez Zapatero.

La ex regidora de este municipio de Zaragoza se sentará el próximo 15 de diciembre en el banquillo, acusada de cobrar comisiones millonarias de varios promotores a cambio de recalificar sus terrenos como edificables. El fiscal pide para ella una pena de 37 años de cárcel como autora de 24 delitos, incluyendo el cohecho, blanqueo de capitales, contra la hacienda pública, prevaricación, malversación, fraude y negociaciones prohibidas.

Varias escuchas telefónicas intervenidas por la Policía en 2008, que obran en el sumario del caso Molinos, acreditan que Mariví Pinilla recurrió a la amistad de un médico forense, José Luis S.B., para presionar a dos de los magistrados que ahora forman parte del Tribunal que va a juzgarla: Francisco Picazo y Esperanza de Pedro Bonet.

En aquella ocasión, Pinilla resultó absuelta por ambos magistrados –Picazo en primera instancia y De Pedro en el recurso ante la sala de lo Penal– al ser denunciada por presuntas injurias y calumnias contra un guardia forestal. Y presumía de haberlo logrado gracias a la influencia del forense sobre ambos jueces.

En una llamada pinchada por la Policía en octubre de 2008, la alcaldesa corrupta pregunta a su amigo qué opinión tiene sobre la juez Esperanza de Pedro Bonet. «¿Te acuerdas que el año pasado tuve una denuncia del forestal y hablaste con el juez? Salió bien», dice la regidora del PAR. «Sí, lo llevaba Paco Picazo, del [Juzgado de] Instrucción 5, le dije que eres íntima amiga mía, que cuando te hiciera el interrogatorio mirara a ver cómo te preguntaba…»

«Pues fue bien y ganamos», confirma la alcaldesa imputada por corrupción, «pero el pollo que me denunció ha recurrido por lo Penal y mañana tengo la vista con esta mujer». Y el forense promete hacer una gestión para allanarle el camino: «¿Con [la juez] Esperanza de Pedro? Pues lo miro y hablo con ella, ¿a qué hora estás citada?».

En una nueva conversación grabada por la Policía pocos días después, ambos se felicitan de lo fácil que ha sido la declaración de Pinilla durante el juicio, gracias a la relación de su amigo con la juez. «¿Qué tal fue ayer?», pregunta el forense. «Chico, muy maja [en alusión a la juez], pero es que el otro miente tanto que cualquier le caza».

«Los jueces siempre me piden favores»

«Yo más de lo que hice no puedo hacer», aclara el forense, «es una mujer muy estricta, pero le dije que eres muy amiga mía. Luego me llamó por teléfono y me contó como se había desarrollado todo y me dijo que estés tranquila. A mí es que los jueces me están pidiendo favores siempre…». De este modo, el forense presumió haber conseguido un trato especialmente considerado para su amiga alcaldesa, dado que muchos jueces le deben favores.

Ahora, los dos magistrados (Francisco Picazo y Esperanza de Pedro) sobre los que Mariví Pinilla intentó influir en aquella ocasión a través de su amigo forense, y presumió de haberlo conseguido, forman parte del tribunal que va a juzgarla por graves delitos de corrupción urbanística.

En la última conversación citada, que tuvo lugar en octubre de 2008, ambos interlocutores comentan las gestiones que está realizando el forense José Luis S. para convertirse en magistrado. El forense confirma que se ha puesto en contacto con miembros del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) porque «esto es todo político. Me quieren hacer juez, yo quiero que me hagan, pero no quiero que me manden fuera de Zaragoza».

El forense explica que, si tienen éxito estas gestiones, se convertiría en magistrado «por el cuarto turno, es decir, es totalmente legal. Me nombraría Zapatero». Y añade: «Estuve el otro día estuve cenando con Garzón, que ahora está en momentos bajos, pero pese a todo tiene bastante mano. Lo que estoy intentando es si me podría quedar para temas de medicina legal en la Audiencia Nacional», donde en aquel momento era magistrado Baltasar Garzón.

Cuando sale a relucir este nombre, interviene la alcaldesa corrupta Mariví Pinilla: «Yo con Garzón tengo hilo directo, si te hace falta me lo resumes bien, sin nombres ni firmas ni nada, y yo tengo una cena con él y ya está, ¿vale? Por esa vía, si hay que rematarlo todo, mejor tener dos padrinos que uno».

Unas fortuna oculta en cajas de seguridad de los bancos

El forense le confirma que ya tiene el apoyo de magistrados como Félix Azón –»que es de Huesca y fue compañero mío de estudios» y Javier Araná. Y a continuación insiste: «A mí lo que me interesaría es quedarme en Madrid, y así ir y venir en el AVE. Pero si me tengo que ir al quinto coño, que les den por culo».

Ahora, la alcaldesa que presumía de sus contactos en la judicatura y que soñaba con ver a su amigo forense convertido en magistrado, debe responder ante la Justicia de graves delitos de corrupción urbanística.

Como ha informado OkDiario, Mariví Pinilla y su familia se embolsaron casi 3 millones de euros –parte en metálico y parte en forma de regalos y pago de sus gastos– del empresario Julián de Miguel Ortega, al que el Ayuntamiento de la Muela había otorgado ilegalmente el monopolio para desarrollar el suelo industrial en el municipio.

Con el dinero negro de estas comisiones ilegales, la primera edil y su marido se compraron una vivienda en la calle Zaragoza, un chalé en Sotogrante (Cádiz) escriturado en 553.900 euros y una casa, denominada Villa Los Naranjos, en la zona más lujosa de República Dominicana, además de una flota de siete vehículos, que pusieron a nombre de distintos miembros de la familia. Entre ellos, un Mercedes SLK, un VolksWagen Golf, un Grande Cherokee, un Nissan Trade 3.0 y un Honda CR-V.

Durante los registros ordenados por el juez instructor Alfredo Lajusticia, la Policía encontró en el domicilio de la familia 46.000 euros en billetes de 500 y otros 378.000 euros en billetes de 500 en casa de la hermana de la alcaldesa, además del dinero que ocultaban en metálico en las cajas de seguridad de varias entidades financieras.

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