Las fundaciones de CDC desviaron siete millones al partido con consultorías falsas

Artur Mas
Artur Mas. (Foto: EFE)

Las fundaciones afines a CDC Catdem y Fórum desviaron siete millones de euros al partido presidido por Artur Mas a través de consultorías falsas. Así pretendían dar una apariencia de legalidad a lo que en realidad era una financiación ilegal encubierta, según las sospechas coincidentes de la Fiscalía Anticorrupción y del Tribunal de Cuentas. Documentos en poder de Okdiario prueban, además, los estrechos vínculos entre los empresarios que realizaban aportaciones a las fundaciones y las adjudicaciones de contratos concedidas por los gobernantes de CDC. Es la vía del 3% que investiga la Justicia.

Esos siete millones suponen la mayor parte de los 11 millones que captaron entre ambas fundaciones en donaciones entre 2008 y 2013. Una inaudita cantidad que contrasta con los escasos 600.000 euros de donativos directos y legales que recibió CDC en el mismo periodo. La razón de esta desproporción entre ambas vías de ingresos de CDC es sencilla: las donaciones directas de empresarios a los partidos tienen restricciones tan severas que las hacen casi inviables. No pueden proceder de contratistas públicos ni superar los 50.000 euros anuales. Un obstáculo que la trama salvaba con este sistema: las donaciones de los contratistas iban a las fundaciones y éstas desviaban luego el dinero a CDC como pago por servicios que jamás se han acreditado.

El sistema ideado para la financiación de CDC fue cuestionado por el Tribunal de Cuentas año tras año, al detectar que los servicios que las fundaciones abonaban a Convergència nunca estaban justificados. Esto motivó su reiterada denuncia de que había indicios de una presunta financiación ilegal del partido de Mas. Las sospechas se multiplicaron tras descubrir Anticorrupción una nota del dueño de Teyco que vinculaba comisiones del 3% con el pago de donativos a Catdem.

La ley de financiación de partidos, vigente en los años en los que se centra la investigación, hubiese prohibido que las donaciones captadas por las fundaciones fueran directamente a las arcas de CDC. Serían ilegales, como la norma explica: “Los partidos políticos no podrán aceptar o recibir, directa o indirectamente, donaciones de personas físicas que, en ejercicio de una actividad económica o profesional, sean parte de un contrato vigente de los previstos en la legislación de contratos del sector público». 

Esta norma de la ley de financiación de partidos políticos vigente en los años analizados (2007 a 2013) por este diario chirría cuando se comprueba nombre a nombre el largo listado empresarial (casi unas páginas amarillas) de donantes de Fórum o Catdem: la inmensa mayoría son estómagos agradecidos con contratos de aguas, de construcción, de publicidad…de la Generalitat u organismos controlados por CDC.

Tope de 50.000 euros burlado vía fundaciones

Pero hay un segundo filtro normativo por el que estas donaciones empresariales habrían disparado las alarmas de ilegalidad de haberse entregado directamente a CDC: “Los partidos políticos no podrán aceptar o recibir directa o indirectamente donaciones procedentes de una misma persona superiores a 50.000 euros anuales”. 

Es otro artículo más de la ley de financiación de partidos que, por ejemplo, Bárcenas violó a destajo, al igual que la norma previa, y CDC apunta serios indicios según Anticorrupción de haberle seguido los pasos desde al menos 2007.

Porque el tope legal de 50.000 euros es apenas un aperitivo para los donantes de Catdem y Fórum. Sorea en un año dio 50.000 a una y 120.000 a otra; Aquagest, 75.000 para cada una; Copisa, 115.000 por dos; Impulsa Grupo Ortiz, 65.000 y 65.000…

Para evaluar el peso de las fundaciones Catdem y Fórum como vía de sostenimiento económico de CDC cabe recordar que en el caso Palau, icono hasta ahora de la financiación ilegal del partido de Mas, los investigadores cifraron en 6,6 millones de euros la cantidad que la formación independentista ingresó procedente de dicha entidad. Las fundaciones rebasarían ya ese listón de financiación irregular a través de falsos servicios. Los siete millones desviados a CDC tampoco andan lejos de los 8,4 millones que recaudó Bárcenas para la caja b del PP también procedentes de empresarios.

Esta forma de operar revela que las fundaciones no son una vía complementaria de la financiación del partido liderado por Artur Mas: son el cauce por excelencia para que los donativos de contratistas públicos acaben en las arcas de CDC.

La secuencia donación a la fundación-trasvase al partido a través de consultorías falsas presenta una particularidad: está totalmente documentada. No es necesario interrogar a los empresarios como sucedió con el listado manuscrito de donantes en b de Luis Bárcenas. En este caso las fundaciones no han tenido pudor alguno en anotar en su contabilidad oficial los regalos recibidos de contratistas de su partido matriz. Y tampoco han ocultado año a año en sus cuentas oficiales que pagaban descomunales facturas a CDC.

Sin embargo, durante todos estos años CDC ha sido incapaz de mostrar al Tribunal de Cuentas la naturaleza de los servicios o consultorías por los que sus fundaciones le inyectaron siete millones. Y eso a pesar de que dicho organismo fiscalizador se lo reclamó año tras año. CDC se limitó a entregar «notas internas» para intentar justificar que esos siete millones los había recibido por trabajos realizados, pero no aportó ningún elemento probatorio que se acercase siquiera a una mera factura comercial.

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