La finca de la jueza Alaya (y 2)

Los Alaya se hicieron un chalé con licencia de cubierta y una piscina con permiso de alberca

Los Alaya se hicieron un chalé con licencia de cubierta y una piscina con permiso de alberca
Finca-Alaya

La titular del Juzgado de Instrucción 6 de Sevilla, Mercedes Alaya, se ha construido junto a su marido, el auditor y administrador concursal Jorge Castro, una vivienda con los materiales más caros del mercado en su finca de casi 40 hectáreas en el municipio sevillano de El Castillo de las Guardas. El matrimonio Alaya-Castro también se ha regalado una piscina en un escenario medioambientalmente protegido más un jardín con un césped en perfecto estado de revista.

El chalé de la instructora del caso Betis, de los ERE, de los cursos de formación (que comparte con otros jueces) y de Mercasevilla tiene 254 metros cuadrados repartidos en dos plantas. La piscina, que supuestamente se habría ejecutado con licencia de alberca, también se llevó a cabo hace tres años. En el Ayuntamiento, desde luego, no consta ningún permiso para ejecutar una instalación para la práctica de la natación.

La nueva vivienda, levantada sobre una edificación previa en pésimo estado, es de piedra y tiene 254 metros cuadrados

La magistrada natural de Écija y su esposo compraron en marzo de 2011 esta finca de casi 40 hectáreas en la localidad de El Castillo de las Guardas. El precio oficialmente abonado fue de 150.000 euros: 60.000 satisfechos mediante dos cheques bancarios y 90.000 “en efectivo metálico”, según reza textualmente la escritura. Jorge Castro asegura que no desembolsaron los 90.000 euros en billetes y apostilla a continuación: “Ese tecnicismo alude en realidad a la entrega al vendedor de un apartamento valorado en esa cantidad. Fue una permuta”.

La finca está situada, tal y como ayer desveló www.indablog.es,  en plena Sierra de Aracena, uno de los enclaves más bonitos del oeste andaluz a caballo de Sevilla y Huelva. Se trata de una sucesión de escarpados latifundios repletos de encinares en los que convive todo tipo de fauna, desde jabalíes hasta ciervos pasando por lobos o águilas.

Mercedes Alaya y Jorge Castro adquirieron las dos fincas (Pago de la Navarra y Cerro de Alicante), que suman casi 40 hectáreas, por un precio confesado total de 150.000 euros cuando su valor de mercado era de cerca de 400.000. El anterior propietario se había hecho con ambos terrenos en 2005 por un importe global de 362.000 euros, dos veces y media más. La operación se consumó en gananciales. Un año más tarde, pasaron al régimen de separación de bienes y el maridísimo inscribió a su nombre los cerca de 400.000 metros cuadrados.

Las obras sólo contaban con cuatro permisos: “Nave de aperos, alberca, muro y consolidación y reposición de cubierta”

El ‘latifundio’ tenía por aquel entonces una edificación semiderruida y una alberca aneja en semejante pésimo estado. La pareja se construyó en tiempo récord un chalé de 254 metros cuadrados en piedra maciza, más la correspondiente piscina, trampolín incluido, en el mismo lugar donde antaño había una alberca. Y a unos 200 metros de allí levantaron otra gran construcción que teóricamente es una nave ganadera. Allí pasan todos los fines de semana y las vacaciones con sus cuatro hijos. La Sierra de Aracena es uno de los destinos predilectos de la alta sociedad sevillana para su solaz: no en vano, dista tan sólo 59 kilómetros por carretera de la capital.

El marido de la juez asegura tener el IBI y la licencia de ocupación, el Ayuntamiento asegura que sólo hay estos cuatro permisos 

Toda la zona está declarada terreno no urbanizable. Sólo está permitido retocar las viviendas preexistentes sin añadir un solo metro cuadrado y dentro de unas estrictas limitaciones. La pareja más famosa de Sevilla tiró adelante con cuatro licencias. El Ayuntamiento otorgó la primera para “la construcción de una alberca de 4.000 euros para actividad agrícola”. Y eso que el primer informe fue negativo. Los Alaya-Castro recurrieron alegando la necesidad de “regar los 200 robles” con los que iban a reforestar parte de los cerca de 400.000 metros cuadrados. El Consistorio les otorgó un segundo permiso para ejecutar una nave ganadera. La obra tenía un presupuesto de 21.000 euros. El tercer plácet fue para un muro de piedra que, presumiblemente, es el que rodea la piscina. Y el cuarto visto bueno se pidió y se otorgó teóricamente para “la reparación y consolidación de una cubierta” por un importe de 48.000 euros. Estos curiosos subterfugios legales serían los que habrían empleado para edificar sobre las ruinas preexistentes el chalé de 254 metros cuadrados y la piscina. En el consistorio no hay ningún otro permiso concedido a nombre de Jorge Castro o de Mercedes Alaya.

Jorge Castro, que abandonó para siempre el anonimato hace un año al re-casarse 20 años después con Mercedes Alaya en una boda por todo lo alto en el sevillano Palacio de los Condes de Lebrija, ha negado la comisión de cualquier tipo de irregularidad. “Tenemos la licencia de ocupación [que ha mostrado a www.indablog.es] y el documento que certifica que estamos al corriente de pago del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI)”, asegura claramente nervioso.

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