Mustafá Abdi: «La Región Federal de Rojava se ha proclamado por el bien y la unidad de Siria»

La proclamación de una región federal en el norte de Siria ha sido acogida con recelos entre los actores que participan del conflicto en el país árabe. El régimen la ha rechazado por «atentar contra la unidad del país», Turquía insiste en que no permitirá «nada que se acerque a un Estado kurdo independiente» y Estados Unidos, que ampara la región federal kurda del norte de Irak, ha anunciado que «no apoyará» a la nueva Administración de Rojava-Norte.

Sin embargo, los kurdos defienden que su movimiento estratégico aboga por que Siria siga en pie como Estado, y ya no aspiran en realidad a un país para su pueblo. Prefieren la practicidad: una región autogestionada dentro del mismo país, eso sí, que respete sus derechos, históricamente pisoteados.

En el actual conflicto en Siria, sólo la coalición liderada por Estados Unidos favorece en parte la posición kurda. Los consideran su ‘fuerza de tierra’ en la lucha contra el autodenominado Estado Islámico, el Frente Al Nusra (la marca de Al Qaeda en Siria) y el resto de grupos islamistas que batallan por el poder. Sin embargo, tanto el régimen de Bashar al Assad como otro socios de Washington en otros frentes de la guerra (Irán en Irak, Turquía en Siria) querrían ver al pueblo kurdo silenciado. Como siempre.

La comunidad kurda en España no es muy numerosa, quizás unos pocos miles. Ni ellos mismos lo saben… porque tampoco tienen intereses comunes. Los procedentes de Irak tienen unas asociaciones diferentes de los sirios, alejadas de los iraníes y nada que ver con las de los provenientes de Turquía. La división de Oriente Próximo surgida del fin de la I Guerra Mundial los convirtió en uno de los pocos pueblos con conciencia de sí mismos que, ya entonces y aún ahora, siguen sin tener un Estado que los ampare.

«Ya ni abogamos por la independencia… claro que está en nuestros sueños, pero lo que realmente nos importa es poder vivir y prosperar allá donde están asentadas nuestras comunidades, sin temores a ser masacrados y con todos los derechos de una sociedad democrática». Quien habla es el doctor Mustafá Abdi, un refugiado kurdo sirio que se radicó en España hace ya más de dos décadas.

Abdi es natural de Kobane, la localidad siria fronteriza con Turquía, donde todavía viven algunos de sus hermanos y sobrinos. Viven sobre los cascotes que dejó el asedio de meses por parte del autoproclamado Estado Islámico. En conversación con OKDIARIO, el doctor Abdi explica las razones de este movimiento estratégico tan arriesgado. «Hoy estamos proclamando la Región Federal de Rojava y el Norte de Siria porque pudimos liberar Kobane y debilitar la alianza de Turquía con los terroristas del Daesh».

En la mañana de este jueves, los tres cantones (Afrin, Kobane y Yazira) proclamados hace más de un año en los territorios del norte de Siria han tomado la iniciativa. «Lo hacemos por la unidad de Siria», explica el doctor Abdi. «Nuestro país será federal o no será».

Los tres cantones de Rojava (que significa Kurdistán sirio en lengua kurda) llevan autogestionándose desde el inicio de la guerra, que comenzó con las manifestaciones pacíficas por una apertura del régimen el 16 de marzo de 2011. La dictadura de Bashar al Assad retiró sus tropas y fuerzas de seguridad de la zona kurda «dejándola a su suerte contra el avance de los terroristas de Daesh», que es como llaman los árabes despectivamente al ISIS.

«Pero somos fuertes, e igual que resistimos en Kobane, hemos ido liberando casi toda la región. Sólo nos queda una franja de unos 90 kilómetros entre Yarablús y Azaz», explica este activista kurdo. Según explica, la fortaleza de los terroristas en la zona tiene una razón de ser: «Es Turquía la que apoya a los terroristas, porque Erdogan teme la creación de un Estado kurdo en el norte de Siria».

«Como en Irak»

Y es la proclamación de esta región federal la que demuestra que no hay tal riesgo. «Queremos un modelo como el de Irak, donde el Kurdistán se autogestiona en un modelo federal con el Gobierno de la capital, Bagdad». Curiosamente, la autonomía de Erbil (capital kurda en Irak) respecto a Bagdad sí que es apoyada por Estados Unidos. «Y por Turquía… Erdogan los tiene comprados con contratos de petróleo e invadidos con sus empresas», explica Abdi.

En Rojava no sólo viven kurdos. De hecho, aunque se ha vendido como una región federal kurda, no es así: el proyecto tiene una base «territorial» y no «étnica». Junto a cuatro millones de kurdos viven unos 50.000 turcomanos, alrededor de 10.000 armenios y unos miles de árabes. Abdi lo explica: «Vivimos en armonía, las decisiones se consensúan y hemos logrado tener una Administración que funciona, pese a las dificultades de la guerra y a la falta de ayuda internacional».

Ésa es su esperanza, lograr la unidad geográfica de Rojava, echar a los terroristas y generar estructuras económicas que funcionen y les den legitimidad ante la comunidad internacional. «En las conversaciones de paz de Ginebra nos han vetado», apunta Abdi. «No pasa nada. De ahí no saldrá la solución para Siria. La tiene que traer el pueblo dialogando y creando administraciones solventes. Eso hemos hecho hoy».